La política industrial colombiana bajo el modelo de apertura

INTRODUCCIÓN

El programa de desarrollo que suponía la apertura económica no se realizó, el paso de una economía protegida con un mercado cautivo a una economía abierta y competitiva tropezó con graves problemas de aplicación que no se contemplaron al momento de su implementación. Vivimos en un mundo que se globaliza y la falta de coordinación entre la realidad productiva y la  puesta en marcha de las reformas llevó a la economía nacional a un franco deterioro en todos los órdenes.

En la presente Monografía, queremos participar en el debate acerca de la Política Industrial más adecuada para conseguir los objetivos de desarrollo y crecimiento qué necesitamos para mejorar tanto el nivel económico como el nivel de vida de nuestra sociedad, asumiendo el reto bajo los parámetros que rigen a una economía abierta que busca insertarse  exitosamente en el mercado mundial.

El presente trabajo consta de tres capítulos, concatenados y complementarios. En el primer capítulo, mostraremos el proceso de implementación del modelo de apertura en la década pasada, sus repercusiones sociales en todos los campos y la relación existente entre el proceso de apertura y los problemas de desindustrialización en Colombia, indicaremos las características de nuestro sector externo en dicho proceso, buscaremos demostrar que aunque la apertura suponía un fortalecimiento del aparato exterior, hasta el momento el resultado ha sido el contrario y cada día somos más dependientes del comportamiento de nuestras exportaciones primarias.

En el segundo capítulo mostraremos un resumen de la situación industrial en Colombia, las repercusiones que el proceso de globalización ha tenido sobre nuestro aparato industrial y las tendencias mundiales que se han dado en torno al desarrollo del tejido productivo.

Para finalizar, mostraremos el entorno competitivo colombiano, en donde nos adentraremos en los temas de productividad y competitividad,  mostrando las políticas de ciencia y tecnología y buscando demostrar que éstas son insuficientes en un mundo en donde las ventajas se construyen y no  son producto de la riqueza física o natural.

Entendemos que el incremento de la productividad de nuestro país, es el único camino que nos conducirá a un mayor nivel de vida de la población en el corto plazo, teniendo en cuenta que para lograrlo; necesitamos mejorar los niveles de nuestra inversión en capital humano y capital físico para afectar de manera clara y positiva la tasa de crecimiento colombiana.

Esperamos que este esfuerzo por contribuir a la solución de la problemática social y económica rinda frutos que puedan ser asumidos de manera práctica y que no constituya un simple planteamiento teórico; es decir que pueda ser tenido en cuenta para la construcción de la Política Industrial exitosa en Colombia.

1. APERTURA ECONÓMICA, GLOBALIZACIÓN Y COMERCIO EXTERIOR 

Vivimos en un mundo cambiante en donde existe un nuevo juego, hay nuevas reglas y se deben aplicar nuevas estrategias. El triunfo del capitalismo sobre el comunismo, y la consiguiente globalización mundial, bajo las reglas de libertad económica, propiedad privada y en general los pilares de dicho sistema social, nos impone cambiar y ser más eficientes, competitivos y dinámicos, para insertarnos exitosamente en un mundo unipolar.

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Lester C, Thurow[1][1], afirma que hoy el mundo se encuentra en un período de equilibrio interrumpido, y que dicho equilibrio es causado por cinco tendencias que están marcando el juego económico mundial. Vivimos en un mundo sin comunismo, en donde el cambio tecnológico hace que las industrias se basen en la capacidad intelectual, con índices demográficos nunca antes vistos, bajo un proceso de globalización acelerado y en donde parece no existir un poder político o militar dominante que maneje al mundo sin algún tipo de resistencia económica.

Con el fin del comunismo, un tercio de la humanidad y un cuarto de la superficie total de la Tierra que solían estar controlados por ese sistema se incorporan al viejo mundo capitalista. Aquellos que originariamente vivían bajo el comunismo cambian radicalmente su condición de vida, sus valores y el mapa económico mundial parece eliminar fronteras. A este hecho, se debe sumar que la población mundial está en crecimiento, se desplaza y se envejece. La explosión demográfica, aumenta la miseria en muchas regiones del mundo y el desempleo crece cuando la mano de obra no calificada no es necesaria en un mundo industrial desarrollado.

Respecto a las realidades industriales, encontramos un cambio técnico hacia una era dominada por las industrias basadas en la capacidad intelectual del hombre, las cuales debido a los inmensos avances en la productividad, necesitan de mercados globales, en donde los cambios en la tecnología, el transporte y las comunicaciones están creando un mundo en donde todo se puede hacer y vender en cualquier parte de la tierra y la economía global está cada vez más conectada.

Alain Touraine[2][2], al darnos una noción sobre globalización afirma: … «hay que ver en la idea de globalización una relación que enmascara el mantenimiento de las relaciones de dominación económica al introducir la imagen de un conjunto económico mundial autoregulado o fuera del alcance de la intervención de los centros de decisión política… no puede aceptarse en modo alguno como la descripción de un tipo societal nuevo y perdurable».

La globalización, se ha olvidado del individuo, de sus diferencias y de su identidad, imponiendo una dinámica en las sociedades modernas que afecta a las minorías, a las pequeñas etnias y a las sociedades pequeñas. El triunfo del sistema capitalista, y sobre todo del capital financiero, se ha olvidado de los patrones culturales, de las tradiciones, y nos ha impuesto un ritmo de vida diferente al que estábamos acostumbrados anteriormente.

El proceso de globalización, también puede asociarse con la expansión de la actividad económica, sin que las fronteras nacionales constituyan obstáculos de relieve, asociándose el fenómeno con el libre cambio de mercancías. Además, la globalización, abarca factores más amplios: En primer lugar, hay que tener en cuenta los incrementos registrados en los flujos de inversión directa. Entre 1982 y 1992, por ejemplo, estos flujos aumentaron en un porcentaje medio del 30% anual en el mundo, un ritmo de crecimiento cinco veces superior al del comercio mundial y 10 veces superior al del producto mundial[3][3]. En los últimos diez años 63 países en desarrollo redujeron de manera significativa sus restricciones aduaneras. Sin embargo, durante el mismo período 22 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) elevaron sus barreras, especialmente las no arancelarias, que inciden en los productos agrícolas, productos siderúrgicos, aparatos electrónicos, calzado y prendas de vestir. Se calcula que el porcentaje del comercio de productos manufacturados afectado por estas medidas proteccionistas aumentó desde el 14% del total, en 1981, a más del 19% en 1990.

Otro de los fenómenos más importantes de los últimos años es la globalización de las finanzas. Las transacciones diarias en los mercados de cambio evolucionaron de 15.000 millones de dólares en 1973 a 1,3 billones en 1997, una cantidad casi 60 veces superior al flujo comercial diario. Asimismo se calcula que el total de los activos financieros objeto de transacción en el mundo aumentó de los 5 billones en 1980 a 35 billones en 1992, lo que equivale al doble del PIB de todos los países de la OCDE reunidos. En resumen, la actual etapa de globalización se caracteriza por la ampliación de la globalización comercial, de forma simultánea a la importante globalización financiera, junto a las tendencias de regionalización de los mercados de bienes y servicios, de progreso tecnológico vertiginoso y de generalización de los sistemas flexibles de producción.  

1.1  EFECTOS DE LA GLOBALIZACIÓN 

Los efectos para países como Colombia, son ampliamente debatidos, pero parece haber consenso en afirmar que los procesos de globalización están incrementando la brecha entre los países desarrollados y el mundo subdesarrollado. Se sabe, por ejemplo, que el 80 por ciento del comercio mundial ocurre entre Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, y que los mercados de la periferia como Colombia no son interesantes para las grandes corporaciones multinacionales, dada su baja capacidad de consumo[4][4].

La realidad nos indica que lo que era productivo y competitivo el día de ayer no lo es más hoy. Es decir, lo que era competitivo en un mercado regional o nacional no esta resultando serlo en el nuevo mercado globalizado. Lo que está implicando la destrucción masiva de las capacidades productivas que se encuentran en manos de la gran mayoría de los productores y trabajadores de los países periféricos.

La globalización ha implicado varios problemas para países como Colombia y sería importante destacar los siguientes elementos en torno a los procesos de apertura y globalización.

Características del proceso en los países de la periferia:

  • Fuerte caída de los niveles del ahorro nacional, de las remuneraciones a los trabajadores, del consumo per cápita, de la atención que brinda nuestra sociedad a la salud, la educación y, en general de los niveles de bienestar.
  • Incapacidad para los países como Colombia de tomar decisiones autónomas. Generando la pérdida paulatina del control del Estado sobre el entorno nacional.
  • Acelerada internacionalización de los procesos económicos; la consolidación del sistema financiero internacional y sus consecuencias sobre economías financieramente limitadas como la nuestra; uso de nuevas tecnologías de información, sin aprensión del conocimiento y diferentes formas de intervención del Estado, con la conversión de la cultura en un producto y en un factor de producción.
  • Pérdida de importancia de la producción de materias primas frente a la producción de manufacturas y servicios.
  • Conformación de bloques en el proceso de globalización que alteran los sistemas geopolíticos de seguridad global y en donde los intereses de los bloques se anteponen a los de los países pobres.
  • Las nuevas instituciones internacionales «reguladoras» del mercado global dirigidas por los países de mayor desarrollo imponen su legislación y sus sistemas de sanciones. Las decisiones se toman en el centro, es decir, son locales, pero su alcance es global.

Se produce la interacción de estos factores entre sí, lo que contribuye a un movimiento dirigido a la concentración en las regiones más desarrolladas de la actividad económica y del aprovechamiento de los frutos del progreso tecnológico. Mientras tanto, las naciones en desarrollo, buscan recursos en forma de inversión extranjera para tratar de desarrollarse.

La competencia en este sentido, no es un problema regional sino global, y los cambios realizados en países como Colombia, son un fiel reflejo de los cambios en la economía mundial. 

1.1.1 Respuesta a la Globalización: Apertura Económica.    

En el mundo entero, las políticas de libre mercado representan las recetas aplicadas para responder a la globalización.

Colombia experimentó en la última década del segundo milenio, la transformación de su modelo económico y social, mediante la implementación de políticas de libre mercado. Tras mantener un esquema de economía semi cerrada, la liberalización comercial constituyó el paradigma dominante tanto en Colombia como en toda América Latina. Diez años después  los resultados mostrados resultan desconcertantes para nuestro país, pues el retroceso de nuestra economía no puede explicarse exclusivamente por los ideales aperturistas y existen muchos factores que distorsionan las posibles valoraciones que sobre el proceso se pueden hacer.

Hechos como la violencia e inseguridad, la formalización de la Constitución de 1991, la política monetaria empleada, los problemas de la economía internacional o las crisis políticas distorsionan las diferentes valoraciones que podemos hacer sobre la implementación de la «economía de mercado» en nuestro país. Sin embargo, como punto de partida, podemos afirmar, que las economías abiertas poseen mayores niveles de crecimiento en el largo plazo y que la globalización mundial nos exige mirar abiertamente al mundo. A pesar de que nos encontramos muy rezagados en este proceso, pensamos que es factible crecer sostenidamente e incrementar el nivel de vida de la población bajo un esquema de competencia abierta, ideal que debe perseguir nuestra sociedad. Entendemos que sin paz y desarrollo sostenible, será imposible avanzar adecuadamente hacia el bienestar social que buscamos, pensar en inversión en capital físico y humano, resulta fundamental para mejorar los niveles de competitividad colombiana.

1.2 EL PROCESO DE APERTURA EN COLOMBIA 

El proyecto económico que han seguido la mayoría de países latinoamericanos desde mediados de los años ochenta, es una propuesta de sociedad que conlleva supuestos políticos e ideológicos que se sustentan en el planteamiento que señala que para el funcionamiento adecuado del capitalismo, es imprescindible la libre actuación de las fuerzas del mercado (acorde con las tendencias de globalización) por lo que la apertura de los mercados nacionales, los procesos de privatización, la desregulación económica y la reforma del Estado, se transforman en las herramientas básicas para lograr insertarse en ésta dinámica de crecimiento.

En el caso colombiano, el Consejo Nacional de Política Económica y Social, junto con el Consejo Directivo de Política exterior Aprobaron un Programa de Modernización de la economía colombiana,  el cual se empezó a aplicar a partir de Febrero de 1990,  el argumento principal, para la adopción de las reformas fue la noción de que obstáculos de índole estructural habían impedido a la economía mantener tasas de aumento del PIB cercanas al 5% anual[5][5].

Además, en 1.991 Colombia cambió su modelo de comercio exterior que buscó, a través de un esquema proteccionista, sustituir importaciones, por uno de apertura económica buscando la internacionalización de la economía, estimular los procesos de integración, promover el mercado exterior de bienes, tecnología y servicios. El nuevo esquema facilita el ingreso y la salida de capitales foráneos y permite que nacionales y extranjeros hagan negocios con el exterior, lo cual se asimila casi a una completa libertad cambiaría que permite tener cuentas corrientes en moneda extranjera, conseguir créditos y realizar todo tipo de operaciones en el mercado cambiario libre. La reforma del comercio exterior aparte de racionalizar la protección a la industria doméstica para hacerla más competitiva, modifica la estructura institucional del sector exportador con el fin de mejorar su eficiencia y buscar una mayor competitividad internacional.

Entre las modificaciones realizadas podríamos destacar la creación del Ministerio de Comercio Exterior, la modificación de la organización y funciones del Ministerio de Desarrollo, el Incomex, la Junta de Importaciones, el Consejo de Política Aduanera y se transforma a Proexpo en el Banco Colombiano de Comercio Exterior. (Bancoldex)[6][6]

Los obstáculos que se argumentaron para cambiar todo el esquema económico, tuvieron como eje fundamental la apreciación de que existían pocos incentivos de mercado para mejorar la capacidad productiva del sector privado, que la protección limitaba la capacidad de desarrollar la industria debido a la falta de competencia y que la debilidad del sistema financiero y su escasa libertad, impedía a los agentes económicos movilizar eficientemente los recursos con el fin de aumentar la capacidad productiva.

En este sentido, el modelo de desarrollo seguido por Colombia, comienza por realizar cambios tendientes a implementar un nuevo orden institucional en donde los principios de descentralización del Estado y completa libertad económica rigen los cambios sociales implementados. 

El proceso de descentralización fue inspirado en la noción de que el centralismo excesivo, tanto en funciones como en el manejo de los recursos, aunado a la escasa participación de la población, había derivado en la pérdida de poder de los gobiernos territoriales y municipales, representando grandes desequilibrios sociales y grandes deficiencias en la prestación de los servicios.

Bajo esta óptica se considera  a la descentralización un proceso irreversible, inevitable, y sobre todo eficiente y democrático  para el desarrollo de nuestra nación, rescatando las bondades de la mayor participación ciudadana, y la mayor cercanía en la resolución de los problemas que afrontan las diferentes regiones y busca que las necesidades y preferencias locales, se expresen, se escuchen y se resuelvan desde el nivel de gobierno que se encuentre más cerca de las personas y que sea capaz de hacer los diagnósticos correctos y responder a las necesidades de los habitantes de una manera eficiente y eficaz.

Respecto del fenómeno de la descentralización en Colombia, hay consenso en afirmar que es un proceso joven, incompleto, pero que va por buen camino y que se debe profundizar y afinar ya que es la mejor opción a largo plazo para el desarrollo del país. En este sentido,  se afirma que el proceso de descentralización en Colombia aún no se ha consolidado[7][7]; a pesar de varios logros en materia de descentralización fiscal y administrativa, se afirma que  existen razones sociales, económicas y políticas que interfieren en el proceso. Por otro lado, se observan deficiencias en los instrumentos que definen las relaciones fiscales intergubernamentales y en la implantación de la descentralización en niveles sectoriales.

Se entiende que aún así, el proceso se encuentra en una etapa de transición, en donde Colombia opta por un proceso de descentralización fiscal y administrativa a mediados de los años 80, el que se concreta explícitamente en la Constitución de 1991.

Las políticas propuestas en cuanto a la liberalización del comercio bajo este marco son las de defender  las condiciones de libre competencia y realizar inversiones en las áreas que mejoren la posición competitiva del país. Teóricamente se sostiene que cuando los países, pertenecientes al primer mundo lleguen a niveles de desarrollo tales que la introducción de más factores resulte más costosa que la abstención de hacerlo, volcarán sus capitales hacia los países atrasados. Por esta razón se puede esperar una reducción de la brecha entre los dos tipos de países y una homogeneización de los niveles de productividad en el mundo[8][8].

Los principales planteamientos que justificaron la implementación de la apertura económica se derivaron del diagnóstico según el cual el país no podía crecer a ritmos aceptables y con niveles sustancialmente más bajos de inflación, en ausencia de una inserción más decidida de nuestra economía en el contexto mundial.

Se afirmo al comienzo de la década pasada que el «mayor escollo al avance económico ha radicado en las dificultades que ha tenido el sector privado para percibir con claridad las indicaciones del mercado en materia de precios, fácilmente podemos notar que la intensiva intervención estatal ha sido uno de los factores determinantes en este hecho»[9][9]. Afirmación que muestra claramente la concepción económica de la época.

Las modificaciones que se fueron efectuando en la normatividad económica buscaron como elemento esencial crear condiciones apropiadas para el funcionamiento de los mercados. En términos prácticos, ésta directriz significó el reconocimiento de la necesidad de competir interna y externamente tomando en consideración los aspectos positivos que se derivan de esta guía del manejo económico. Se dieron evidencias de la forma como la acción estatal se fue reduciendo para crearle condiciones apropiadas a la gestión privada.

Cabe destacar el hecho de que algunos de los efectos que  se preveían con la llegada de la apertura se dieron y que en muchos sectores, había coincidencia en cuanto a las políticas que deberían acompañar la apertura.

Sería pertinente citar a Francisco J. Ortega  Acosta,  Gerente General del Banco de la República en 1991, quien en la época afirmaba que en ausencia de políticas  complementarias, un primer efecto de la apertura comercial sería el incremento de las importaciones», inducido por la baja de las tarifas arancelarias, y por la disminución de los controles administrativos.

Se llegó a la conclusión de que una mejor manera de compensar la caída en el precio relativo de los bienes importables, derivada de la desgravación y de menores aranceles, era mediante la utilización de una tasa de devaluación nominal un poco más rápida. 

«Diversos estudios académicos apoyan teórica y empíricamente, la idea de que una apertura exitosa está asociada con una devaluación no solo nominal sino también real[10][10]

Lamentablemente, hoy encontramos demasiados problemas en la implementación del proceso de apertura y vemos que los supuestos que la sustentaron no parecen cumplirse.

Al cumplirse 10 años del proceso de apertura económica, los resultados reales parecen no ser muy favorables, y el país ha afrontado la peor coyuntura económica registrada en el presente siglo. Sin embargo, existe un nuevo enfoque de promoción de las exportaciones y fortalecimiento del aparato exterior del cual no podemos ser ajenos dadas las condiciones de coyuntura internacional, la globalización y la tendencia generalizada al libre comercio.

Tomando en cuenta que el objetivo primordial del capitalismo es el de garantizar la maximización de utilidades para lograr una rentabilidad adecuada en las industrias y poder generar un ahorro que nos ayude a mejorar nuestro nivel de vida; Debemos ser conscientes de que vivimos en un escenario más productivo y en donde el cambio de formas de producción va a determinar la modificación de las bases tecnológicas, los pactos comerciales para el funcionamiento del mercado y las formas de organizar el trabajo.

La globalización es una realidad de la que no podemos ser ajenos, pero debemos aprender a vivir bajo esta realidad, conociendo sus ventajas y desventajas, para optimizar el desarrollo colombiano en este nuevo escenario mundial  Aunque la apertura económica fue concebida como un todo, múltiples aspectos como la estabilidad financiera o el control del gasto fracasaron en el camino de la liberalización, aspectos que ahora afectan nuestro nivel de vida y nuestra competitividad internacional.

2. EL ENTORNO INDUSTRIAL EN COLOMBIA

2.1  TENDENCIAS MUNDIALES Y REALIDAD INDUSTRIAL  

En los últimos años se han producido grandes transformaciones en los países industrializados, en los países en desarrollo y en el conjunto de la economía mundial, donde se destacan cuatro elementos fundamentales: En primer lugar, se ha acentuado la dinámica de la revolución tecnológica, con aumentos en los niveles de producción y menores costos, se han fortalecido los sistemas de información, la informática y las telecomunicaciones representan los sectores con mayor dinamismo en las últimas décadas[11][1]. En segundo lugar,  se ha modificado el marco institucional de las empresas en el mundo, donde los procesos de apertura, liberalización y desregulación, juegan un rol fundamental. En tercer lugar, los polos de desarrollo más dinámicos se encuentran en los países en desarrollo (especialmente en Asia) y por consiguiente se presenta un aumento de la competencia, forzando el desarrollo e incorporación de innovaciones tecnológicas que cambian la posición relativa de sectores y empresas en el mercado mundial cambiando y volviendo más dinámicas a las empresas. Para terminar, se modificaron las interconexiones entre las economías nacionales, y vivimos procesos de globalización, y al mismo tiempo unión regional, en formas de bloques, organizaciones o tratados bilaterales.

El desarrollo industrial de las dos últimas décadas se ha conformado teniendo como epicentro un nuevo sistema técnico, que gira en torno a la información; cuatro pilares sostienen dicho sistema: la electrónica, la informática, las telecomunicaciones y la robótica. La introducción de dichos factores, hizo que se llegara al fin de la era de las ventajas adquiridas y se inició una nueva era: el de las ventajas construidas; en esta nueva fase el eje se desplaza de la «existencia de abundantes recursos naturales y mano de obra hacia la posesión del dominio científico y tecnológico y la capacidad de innovación[12][2].

Las nuevas condiciones de producción conllevan, a cambios en la división del trabajo, tanto en su organización al interior de las unidades de producción, como en lo que atañe a su distribución entre trabajo directo e indirecto y los niveles de calificación requeridos para manipular las nuevas tecnologías implicando una reducción de la cantidad de trabajo requerido por unidad de producto, consecuencia del incremento de la productividad por el uso de nuevas tecnologías.

Para las empresas, hoy cuentan más los niveles de calificación de la fuerza de trabajo que de disponer de mano de obra barata; la disponibilidad de mano de obra calificada se convierte en un objetivo estratégico. En esta situación, el progreso tecnológico principalmente de índole informático exige nuevas formas de calificación del recurso humano y replanteamientos en la organización social del trabajo, creando una dinámica hacia una nueva división internacional del trabajo, y constituyéndose además en fuente adicional de preside sobre los procesos de reformas en los países en desarrollo[13][3].

Respecto a lo institucional, como  se vio en el capítulo anterior, el modelo preponderante en la etapa actual del proceso de globalización en la esfera económica es de corte neoliberal,  basado en un mercado en competencia abierta mediante la liberación de la movilidad de bienes, capitales y servicios. En la globalización llegan al mercado mundial nuevas culturas de empresas y nuevos modelos organizacionales. Y en general, la globalización nos impone reglas hacia el desarrollo de condiciones básicas para el desarrollo de algún tipo de política industrial. Además, en la época de la globalización, es seguro que hay pérdidas de soberanía parciales de los estados nacionales. Pero la globalización no significa el fin de la acción del estado: significa un cambio en los puntos de aplicación y de sus ámbitos.  En los países industrializados se lo sabe perfectamente.[14][4].»

El nuevo escenario del comercio internacional y los principios de competencia son ahora diferentes como en el caso de las ventajas adquiridas que han sido reemplazadas por las llamadas ventajas construidas y que se reafirman cada día como los nuevos pilares de desarrollo. Frente a estas nuevas estructuras el sector industrial colombiano y latinoamericano (Con contadas excepciones) ha tenido que sufrir el desencanto de ver caer sus expectativas de crecimiento al nivel de esperanzas de subsistencia  y ante estos problemas, renace el tema del desarrollo industrial, como salida a los problemas que afrontamos.

La globalización, y el desarrollo industrial en el mundo son factores íntimamente ligados: sobre todo en términos de producción, mercados y competitividad. Si entendemos el proceso de globalización como una nueva fase en la internacionalización de los mercados, encontraremos que la globalización también implica la multinacionalización de las empresas y la necesidad de buscar nuevos mercados, sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que los inmensos avances en la productividad de los países desarrollados, convierte a cualquier ser humano en un posible comprador de productos, y el límite de los mercados ya no se centra en la capacidad de producción sino en el tamaño de nuestro mundo.

En este sentido, sería pertinente entender que la globalización impone nuevas normas de juego a las empresas y sobre todo a las naciones. Cuando pensamos en la apertura económica y en los discursos de libre comercio, donde vemos elementos como la libertad financiera, la neutralidad de Estado o el libre movimiento de mercancías podríamos pensar que las reformas estructurales aplicadas en la década pasada, simplemente abonaron el camino hacia el crecimiento de las empresas multinacionales, que tenían como único límite de producción las restricciones políticas y económicas de las economías reguladas.

En la actualidad, resulta paradójico que las economías más fuertes simplemente se regulan hacia adentro y se liberalizan hacia fuera, siempre caminando de la mano con su sector privado.  Resulta muy triste y desalentador el hecho de que mientras los colombianos rogamos por ampliar preferencias arancelarias, las economías grandes y fuertes piden seguridad para sus inversiones, e incluso obligan a los países a jugar para ellos privilegiando el control de metas macroeconómicas como el control de la inflación sobre consideraciones sociales, bajo discursos que nos dicen que la mejor manera de llegar a la prosperidad es cumplir con metas que solo privilegian a los inversionistas internacionales.

Para terminar, y a manera de conclusión, los países como Colombia son dependientes, tanto económica como institucionalmente de los países desarrollados, y en este sentido, somos nosotros, los que debemos acomodarnos a las reglas de Política Industrial que se imponen, sin importar, el perjuicio que esto implique a las sociedades más pobres. Ante estas tendencias de desarrollo industrial, debemos acomodarnos eficientemente y mejorar nuestros indicadores macro y nuestra producción.

2.2  HISTORIA DEL DESARROLLO INDUSTRIAL EN COLOMBIA 

El desempeño industrial en Colombia, ha sido muy modesto en la última década. Hasta la década de los ochenta, la aplicación de las políticas industriales en los países de América Latina siguió la propuesta del modelo de sustitución de importaciones, la cual postulaba la intervención directa e indirecta del gobierno (incentivos fiscales, crediticios, y protección comercial) como mecanismo indispensable para lograr el desarrollo industrial, lo cual se justificaba por las debilidades estructurales de estas economías, tales como: concentración de las exportaciones en productos de origen primario; evolución desfavorable en los términos de intercambio; mercados internos incipientes, fragmentados y reducidos; escasez de capital y mano de obra calificada y debilidad empresarial. El modelo de sustitución permitió  a los países latinoamericanos entrar en un proceso de industrialización que duró alrededor de tres décadas y dio como resultado la creación de una base industrial.

Jesús Antonio Bejarano explicaba que el proceso de industrialización colombiano y los patrones de acumulación sobre los cuales ha descansado, transcurren de un modo más o menos similar al del resto de los países de América Latina[15][5]. Pueden distinguirse en este proceso dos etapas: una sustitutiva de importaciones, que si bien se inicia desde los años treinta, adquiere su configuración precisa en la década del cincuenta y mantendrá su carácter estrictamente sustitutivo hasta 1967. La otra, que se puede distinguir en la década de lo setentas que sin abandonar su carácter sustitutivo, apoyará su expansión fundamentalmente sobre la exportación de manufacturas, lo que le permitiría modificar, al menos en parte, las condiciones de acumulación desarrolladas desde los años cincuenta.

Existe consenso en afirmar que la industrialización colombiana por sustitución produjo un alto grado de monopolización. Y las restricciones del mercado llevaron tempranamente al sector industrial a una diversificación horizontal demasiado extensa que respondía, por supuesto, a la fragmentación del mercado. La industrialización por sustitución, permitió una importante acumulación de capital en la industria manufacturera, basada en los beneficios extraordinarios  derivados de estructuras oligopólicas de mercado. Y esto dio pie para que los principales grupos económicos pudieran integrarse verticalmente, generando grandes conglomerados económicos, que hasta la actualidad, participan en muchas actividades diferentes al mismo tiempo[16][6].

Cuando culminó la etapa de la sustitución fácil, el modelo comenzó a mostrar los principales síntomas de agotamiento como resultado de la subsistencia de serios problemas de carácter estructural: excesiva orientación hacia el mercado interno, incapacidad para generar divisas para satisfacer sus necesidades de importación, desarticulación  del tejido industrial, falta de competitividad, incapacidad para generar empleos y oligopolización protegida.

La sustitución, crea algún tipo de tejido industrial los años setenta, aprovechando las ventajas que la protección trae y favoreciendo el desarrollo industrial a partir de la protección y no la innovación. Lamentablemente, las limitaciones del mercado interior generaron una barrera muy clara a la industria colombiana  y la protección que en un primer estado de industrialización es un fenómeno positivo se convirtió en un fenómeno desastroso para la economía nacional.

A partir de la década de los setenta, ninguna empresa industrial colombiana creció realmente más allá de las oportunidades del mercado interior y Colombia siguió viviendo de las exportaciones primarias de café, carbón, petróleo y otros productos, protegiendo el mercado interior y manteniendo una industria que para los años ochentas se hizo pequeña, ineficiente y poco competitiva con una participación nula en el mercado internacional. Al finalizar la década de los ochenta hace su aparición el neoliberalismo, como una respuesta teórica para modernizar y hacer más competitivas las economías emergentes, aplicando aperturas de choque que fortalecerían y harían más modernas las economías, pensando en la importancia de las ventajas comparativas entre los países y bajo el supuesto de que el mercado internacional haría una distribución justa de los recursos y que los países en desarrollo crecerían más rápidamente gracias a las nuevas condiciones de mercado.  

Los países como Colombia pierden terreno en el ámbito mundial y la apertura de los mercados nos hace más vulnerables a las crisis mundiales y al comportamiento de los precios de bienes primarios quienes a pesar de la apertura siguen dándonos el pan de cada día en nuestro país.   El desalentador manejo macroeconómico que permitió la pérdida de competitividad de la economía en su conjunto, al dejar revaluar nuestra moneda en los años más cruciales de apertura y la falta de apoyo estatal para reanimar a la industria resultaron factores fatales en el camino colombiano hacia la prosperidad económica y por el contrario resultó en un proceso de desindustrialización.

Los datos muestran la historia de la industrialización en Colombia, donde se experimentó un largo proceso de cambio estructural, que se tradujo en un notorio aumento del PIB industrial en relación con el PIB Total, de 8.38% en 1940 a 23.47% en 1975. A partir de 1975 esta participación comenzó a descender y llegó en 1996 al 17.94%. Esto sugiere que efectivamente se ha presentado una gradual pero notable pérdida de dinamismo  en el sector industrial, que se ha acentuado en los noventa. Además, la apertura de choque ocasionó efectos contrarios a los anunciados como justificación de la política; en lugar de emergencia y dinámica de sectores transables[17][7], se fortalecieron los no transables y en los primeros se originó una sustitución  de producción nacional por importada en las mismas empresas locales que, aprovechando barreras naturales de localización utilizaron sus redes de comercialización para vender lo importado

El modelo de liberalización generó serios desequilibrios en la economía colombiana que produjeron efectos negativos en la industria. Con la apertura se dio un exagerado crecimiento de las actividades no transables, con un auge del consumo privado, la caída del ahorro nacional y serios desequilibrios en las cuentas del estado. A pesar del dinamismo de algunos nuevos sectores y la recuperación de otros que decrecieron en la década de los ochenta, el sector industrial permaneció invariable durante los primeros años de los noventa. Prevalece la estructura oligopólica y la alta dependencia del ciclo económico general. La apertura no produjo una reducción sustancial de los niveles de protección a la industria manufacturera y en realidad, se tradujo en un mejoramiento de la posición de los grandes grupos económicos y de las empresas con inversión extranjera directa. Los grupos económicos ganaron y pudieron participar en sectores de servicios tales como energía, comunicaciones y finanzas.

Se fortaleció la posición de las empresas que producían bienes no transables, y las empresas expuestas verdaderamente a la competencia internacional resultaron seriamente perjudicadas. La reforma comercial, en conjunto con la revaluación real, determinó un cambio relativo en contra de los productos de alto valor agregado. Los recursos y las actividades se desplazaron hacia las actividades de alto contenido importado[18][8].

En general el resultado que producen estos procesos de estabilización y apertura (rezago del tipo de cambio y modificación de la relación de precios transables – no transables) es que, por una parte, el crecimiento de las importaciones sea mayor que el de las exportaciones, generándose nuevos desequilibrios en las cuentas externas y, por otra, que los retornos en moneda nacional por las exportaciones sean inferiores a los que habrían sido con un tipo de cambio de equilibrio y sin modificaciones de la estructura de precios relativos.

En este contexto, la industria tiene que competir contra dos actores externos, la devaluación nominal y la competencia desleal, y generan un problema fundamental. El capital privado nacional, no alcanza para desarrollar proyectos rentables, y a gran escala, sin que se haga necesario el uso de inversión extranjera.

Lo que se está viviendo en la industria nacional es que la declinación del valor agregado  manufacturero como parte del PIB[19][9], se produce porque la industria nacional no puede competir contra las importaciones ni en los mercados de exportación. Además hay declinación del empleo en la industria manufacturera a medida que las nuevas tecnologías genéricas sustituyen mano de obra por capital, pese a las ventajas comparativas de una mano de obra abundante con una mayor dependencia de la producción primaria y algunos servicios (turismo), causados por la pérdida de las ventajas comparativas debido a una actualización tecnológica inadecuada, o al cierre de industrias de sustitución de importaciones que no pueden competir en condiciones de economía abierta.

Los resultados de la competencia internacional, afectaron de manera significativa el desarrollo industrial en nuestro país, marginalizando la producción y empeorando nuestros indicadores de desempeño, son pocas las empresas que sobreviven, y las que lo hacen, tienen un fuerte componente de inversión extranjera, lo cual nos impide generar procesos de acumulación propios. (ver cuadros)

Para desarrollar el tejido industrial en Colombia, se sugiere el siguiente decálogo de propuestas: Es evidente, que la respuesta obvia para mejorar el entorno industrial en nuestro país, es luchar por mejorar nuestros niveles de competitividad y productividad, en este sentido, nos adentraremos al tema de desarrollo científico y tecnológico, como el elemento central hacia el desarrollo de una política industrial, acorde con un Estado que supone la no intervención y que se rige bajo las reglas del libre comercio

3. PRODUCTIVIDAD Y COMPETITIVIDAD: EL PAPEL DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA Y SU RELACIÓN CON LAS EMPRESAS

El desarrollo de este capítulo nos llevará a través de los conceptos de la competitividad y su función con la productividad, sin embargo hemos considerado como objeto principal de esta exposición el entorno científico y tecnológico que contiene la política industrial para luego desembocar en el papel del capital humano con relación a la creación de ventajas y el consecuente aumento del valor agregado en la producción de las empresas y de los países por agregación. Por lo tanto no dementamos la importancia de las otras dimensiones de la política industrial ni entramos en discusión con la teoría de la competitividad, pero si queremos disertar la actual política para C&T y si es posible  promover mejoras en ella a través de nuestras observaciones. 

3.1 DEFINICIONES Y CONSIDERACIONES TEÓRICAS. 

«El incremento de la productividad de un país es el único camino que conduce a un mayor nivel de vida de la población en el largo plazo» (Krugman 1992.)[20][1]

La productividad es un factor determinante de la competitividad internacional de un país y debe entenderse como el mejoramiento de la capacidad productiva, y del entorno general, buscando la eficiencia en el sentido de Pareto, es decir, mejorando el producto, la eficiencia, los salarios etc, sin desmejorar algún otro indicador.

En Colombia, antes de iniciarse la apertura económica, la productividad estaba creciendo a bajo ritmo, y este fenómeno fue uno de los principales argumentos para la liberalización tanto del comercio internacional como el régimen de inversión extranjera. El aumento de la productividad en los países es el camino más acertado hacia la búsqueda del bienestar económico general, el comportamiento de la productividad laboral industrial en Colombia de la década de los ochenta mostró un aumento cercano al 4%[21][2], notablemente más alto que el resto de América Latina, La productividad presentó un gran aumento en 1984, se deterioró en 1985 y después de recuperarse en 1986, comienza un período continuo de desaceleración. Sin embargo, la productividad del trabajo en la industria colombiana vuelve a elevarse a partir de 1992 y en 1993 alcanza ritmos de crecimiento superiores al 4%. En la actualidad, a pesar de las dificultades, la productividad laboral está aumentando, pero el mercado laboral carece de la suficiente especialización, y la mano de obra calificada es muy escasa.

La productividad media de la empresa latinoamericana es apenas un tercio de la correspondiente a las empresas de los países desarrollados. Cerrar esta brecha de productividad requiere de una modernización tecnológica tanto de los equipos y de las tecnologías de proceso, actualmente muy anticuados como de las formas de organización del trabajo y de la producción, también sumamente atrasados. Sin embargo, se mira tal modernización con recelo puesto que se teme que la contrapartida de tal aumento en la productividad sea una disminución en el empleo[22][3]

El concepto de Competitividad es uno de los temas que aun hoy se discuten, sin embargo se ha podido llegar a algunos acuerdos mas o menos generales al respecto; y es que resulta que la misma evolución de las relaciones comerciales han moldeado las definiciones, respondiendo a las observaciones y necesidades de la coyuntura, inclusive se ha llegado a criticar si el termino en si es correcto para querer explicar lo que se quiere ó si es que se ha abusado de su bondad  para aplicarlo incorrectamente a elementos que no corresponden.

Según Garay (1998)  La competitividad de una nación es el grado al cual se puede producir  bajo condiciones de libre mercado, bienes y servicios que satisfacen el test de los mercados internacionales, y simultáneamente incrementar los ingresos reales de sus ciudadanos. La competitividad a nivel nacional esta basada en un comportamiento superior de la productividad»[23][4]. Pese a esta definición convencional los ejercicios de acercamiento a la competitividad adolecieron de enfoques  parciales dando como resultado conceptos que no pueden considerarse como finales, inclusive los intentos de formalización  vienen desde Ricardo cuando menciona las ventajas comparativas como la fuente de la competitividad, tal vez  para la época resultó acertado pero es el momento de ir tras las ventajas creadas cuya efectividad  ha sido demostrada ampliamente por los Nuevos Países Industrializados.

La vieja teoría del comercio internacional que asumía la competencia basada en las ventajas naturales estáticas por dotación de factores ya ha sido superada, las economías nacionales deben desarrollar ventajas competitivas dinámicas mediante estrategias de desarrollo científico y tecnológico que les permitan insertarse en fracciones de mercado que posibiliten el intercambio internacional o hacer frente a los productos de bajo costo que amenacen inundar sus propios espacios, desplazando producción y empleo domésticos[24][5].

La definición macroeconomista, la desregulacionista, la neolaborista, la neoinstitucionalista, plantean que un elemento es el responsable de la proyección de la economía, esto es erróneo y como veremos son muchos los factores que deben considerarse como motores de la competitividad, no solo los indicadores ni el nivel de intervención de un mercado y si bien la cuestión laboral de un país  es muy importante tampoco loes tanto para dejar en sus manos el absoluto de la competitividad como tampoco un aparato institucional desarrollado puede  serlo. Es decir que estos enfoques fallan por la excesiva figuración del componente.

Una observación importante que hace Garay es la distinción entre dos tipos de competitividad una artificial y otra estructural, la primera es el fruto de la protección y de la explotación de los recursos internos (naturales y de mercado) que por definición no es sostenible en el largo plazo. Esta práctica fue ampliamente difundida en América Latina a través del modelo de sustitución de importaciones que quería crear una industria  moderna; lastimosamente esta política hizo de la industria una especie de “hijo bobo” que no ha podido responder positivamente en el ambiente abierto. La segunda por el contrario descansa sobre objetivos mucho más sólidos pero que necesitan de las acciones decididas de todo el conglomerado social para que sean los factores de competitividad real los impulsadores de la economía y es que los factores que crean ventajas no solo dependen del estado sino también de la empresa privada y del tejido social en general.

En las siguientes páginas recorreremos las principales corrientes entorno a la definición de competitividad.

3.1.1 Enfoque de Ventaja Competitiva    

Según esta iniciativa adelantada por Porter se hacen interactuar cuatro elementos:

Condiciones de demanda: “hace referencia a la demanda interna de bienes y servicios producidos por las empresas de un sector»[25][6].

Factores de producción:  dotación de recursos, jerarquía, creación, y desventaja selectiva

Industrias conexas y de apoyo: “ son aquellos en los cuales las empresas que compiten entre si pueden coordinar o compartir actividades en la cadena de valor, o aquellos que comprenden productos que son complementarios y con respecto a los cuales es posible establecer alianzas entre los productores».

Estrategia, estructura y competencia: Se refiere a la organización y gestión de las empresas del sector y a las condiciones de competencia en el mercado doméstico, las cuales deben ser exigentes para estimular permanentemente la innovación empresarial y productiva».

Según este enfoque la importancia del estado se encuentra en la creación del entorno estable y en las políticas relacionadas con la creación de capital humano y la dotación de la infraestructura física.

3.1.2  La Competitividad Sistémica  

Esta nueva etapa se basa en la importancia de las instituciones en la creación y mantenimiento de un orden que rodee el contexto empresarial, para lo cual abstrae cuatro niveles que comprometen la dimensión social y la económica.

Nivel Micro: este es un elemento claramente empresarial y es precisamente la firma la responsable de este nivel  a través del aprovechamiento óptimo de los recursos y de la adaptabilidad a las nuevas circunstancias para mantenerse en el mercado.

Nivel Macro: este aspecto es de orden estatal y corresponde al entorno macroeconómico que puede ser decisivo para el éxito de las empresas.

Nivel Meta: este sugiere la participación de las estructuras sociales que forman la base del funcionamiento del sistema.

El nivel Meso: entra a discutir la importancia directamente institucional o en otras palabras está conformado por la estructura funcional de la gestión que ayuda a la organización del conglomerado.

3.1.3    La Competitividad Global   

Esta iniciativa aborda el concepto de la competitividad partiendo de la idea que los factores se dividen en dos grandes grupos  que determinan dos tipos de competitividad.

Competitividad Costo: incluye elementos como el costo del trabajo, el costo del capital y el costo de los insumos.

Competitividad No-Costo: Refiere su nombre a la estructura creada de la empresa y a los factores de eficiencia, calidad y diferenciación, es decir que le otorga la importancia a los factores estratégicos y de servicio.

3.1.4    Determinantes de la Competitividad     

La idea de este enfoque asume que la competitividad de las empresas determina la competitividad del país por el método de agregación, por lo tanto la empresa debe ser el centro de atención y el elemento es el estudio de cómo ella puede solucionar sus problemas dentro de un marco dado por la situación de tres factores en algunos de los cuales puede influir.

Factores empresariales: Directamente relacionados con la firma, entre ellos está la gestión, la innovación la producción, el recurso humano.

Factores Estructurales: la influencia en estos resultan un poco lejanos para la empresa. El  mercado, la estructura industrial, el régimen de incentivos y regulaciones.

Factores Sistémicos: resultan ser externalidades de la empresa y la injerencia sobre estos es casi nula .el estado macroeconómico, la política y la institucionalidad, los factores legales, sociales , internacionales y en la misma infraestructura.

3.2    DIAGNÓSTICOS SOBRE COMPETITIVIDAD[26][7]      

La medición de la competitividad es un instrumento de mucha utilidad para la toma de decisiones que conlleven a una determinación de la política  necesaria, más cuando estos estudios son comparativos entre varios países.

Para dar una idea más completa de la situación del país en el entorno internacional tomamos los indicadores realizados por el Institute for Management Development para el World Competitiveness Yearbook de 1.999 (en adelante I.M.D.) y El Informe Anual De Competitividad 1999 que publicó el foro económico  mundial (FEM); de otra parte La Encuesta De Competitividad Nacional del Ministerio De Comercio Exterior  (Noviembre de 1.999) para de alguna manera poder conocer la percepción de los industriales colombianos sobre el desarrollo de los últimos seis meses (en adelante E.C.N)

En los estudios se han considerado por igual ocho factores determinantes de la competitividad de los países, sin embargo las el tamaño de las muestras para los dos estudios internacionales es diferente por lo tanto se darán los resultados para cada una por separado en cada uno de los factores. Sin embargo el peso de los factores en el total de cada una de las mediciones es similar llevando el mayor peso internacionalización, finanzas, capital humano & trabajo y gobierno seguido de infraestructura y tecnología, por ultimo gerencia e instituciones.

En términos generales los estudios concluyen lo mismo – esto es preocupante – la competitividad de Colombia es muy baja en comparación con los otros países de la muestra.

En el estudio del I.M.D. la muestra fue de 47 países donde Colombia ocupó la posición 43, de los países latinoamericanos incluidos: Chile, Argentina, Brasil, México y Venezuela, únicamente este último se encuentra por debajo de Colombia, mientras en el FEM de una muestra de 59  países solo calificamos de 54 con el 92% de la muestra sobre nosotros; en ambos casos se ha presentado un retroceso con respecto a las anteriores entregas. Por otro lado la ECN muestra que la percepción de los empresarios es positiva respecto al entorno competitivo y que se mantiene el caso  de productividad promedio en la firma. 

3.2.1 Comportamiento de la Economía o Instituciones              

En el I.M.D. se calificó en el puesto 33. Y se considera:

  • Recuperar las tasas de crecimiento anteriores a 1996.
  • Reducir la inflación a un dígito.
  • Generar mayor ahorro doméstico.
  • Generar mayor valor agregado.

En lo que respecta a la del FEM se mejora porcentualmente (90%) pero aún así no es halagador el resultado.

La ECN. Los empresarios señalaron que en transparencia el 79% de las instituciones listadas deberían mejorar, en lo que respecta a la reducción de trámites señalaron al 87%, en reducción de burocracia al 84%. Esto demuestra un alto grado de descontento con la organización del estado

3.2.2  Internacionalización       

Según el IMD la economía cayo al puesto 47 siendo urgente actuar sobre:

  • Una dinamización de las exportaciones.
  • Una estructura arancelaria más simple.
  • Una legislación más amigable más simple para la inversión extranjera.
  • Una reducción del déficit en cuenta corriente.

Según la FEM este factor conserva su posición inicial relativa 83%. Siendo uno de los mejor posicionados para el país.

En la ECN encontramos que el 63% de los encuestados señaló que los aspectos favorables estaban relacionados con la tasa de cambio, las preferencias comerciales y los incentivos a las exportaciones, mientras que el arancel al insumo fue señalado negativamente por el 39%.

3.2.3   Gobierno        

El IMD indica que se pasó del puesto 26 al 38. Para resolver este problema es importante actuar sobre:

  • El retorno de la disciplina fiscal.
  • El incremento de la eficiencia en la provisión de bienes públicos (justicia y seguridad)
  • Logros contundentes en políticas de paz.

Al respecto el FEM señala que hubo un deterioro porcentual, así quedamos con un 93% de la muestra por encima de nosotros.

Los empresarios colombianos respondieron a la ECN sobre tres factores para mejorar.

  1. a) Continuidad de políticas (55.3%)
  2. b) Transparencia tributaria (20.6%)
  3. c) Consulta al sector privado (12.8%)

3.2.4 Infraestructura   

En escala de infraestructura Colombia ocupó para el IMD la casilla 41 de la muestra, se espera que el sector privado genere una mayor productividad, y desarrolle el sector.

En el estudio del FEM este factor representa  una mejoría (81%)  pero esto se opaca al considerar que las variables consideradas cambiaron en nuestro favor.

Los empresarios señalan su inconformidad con la infraestructura en carreteras y al tiempo lo acreditan como el factor que más influye en su estructura de costos.  

3.2.5 Ciencia y Tecnología      

Según el IMD se califica en el puesto 34. Pero se puede mejorar aplicando lo siguiente

  • Incrementar el gasto en investigación y desarrollo tecnológico y el personal dedicado a estas actividades.
  • Crear un ambiente científico y académico más riguroso, que alcance los estándares internacionales.

El FEM calificó a Colombia con el 97% de la muestra, superándola, sin embargo se destaca la variable de uso de comercio electrónico, donde se obtiene el puesto 30.

La ECN arroja datos muy preocupantes, al encontrar que solo el 4% ha hecho inversión en innovación y desarrollo, y que el 66% de esa inversión ha sido con recursos propios, principalmente por obstáculos financieros. 

3.2.6   Capital Humano y Trabajo      

Lastimosamente se ocupa el lugar 43 en la tabla lo que muestra tremendos traumas en la calidad de vida. por eso se señala lo siguiente:

  • Calificar la fuerza de trabajo.
  • Generar empleo.
  • Mejorar la calidad y extender la cobertura de la educación y la salud.

Con respecto a la opinión del FEM la caída es aun más radical con un 98% de la muestra con mejor calificación que la nuestra.

La ECN encontró que los empresarios consideran la calidad del recurso humano como excelente en el nivel profesional , y por último  los operarios obtienen la más baja calificación, esto arroja luces sobre las necesidades de las empresas.

3.3 LA POLÍTICA PARA LA PRODUCTIVIDAD Y COMPETITIVIDAD DEL GOBIERNO NACIONAL

La política de productividad y competitividad que se traza el Gobierno Nacional, está estrechamente relacionada con el Plan Nacional de Desarrollo, en este sentido se enfoca más hacia el exterior teniendo en cuenta la competitividad internacional de la producción colombiana.

El mejoramiento del entorno en el cual las empresas se desempeñan se logra por medio de la acumulación de factores productivos que generen economías externas, como el capital humano, el conocimiento y la infraestructura, por una parte; y mediante una adecuada y eficiente provisión de bienes públicos, como la justicia y la seguridad, por la otra[27][1].

El plan hace una distinción entre una productividad Macro, que abarca los factores externos a la empresa que afectan su competitividad, donde se destacan la seguridad, la infraestructura física, la regulación, las instituciones económicas, la educación y el entorno macroeconómico. De otra parte, hace énfasis en la productividad Micro, la cual agrupa los factores internos de las empresas en donde se destacan los procesos de gestión y los procesos productivos, dándole la responsabilidad Micro a las empresas. Por ultimo hace referencia a la estrategia empresarial que según Porter[28][2] es la capacidad de la firma para combinar sus acciones de la mejor manera posible… diferenciando su producto del de sus rivales… la estrategia determina la manera de posicionarse  sosteniblemente en el mercado.

3.3.1 Productividad Macro Colombiana.  

Como es lógico, Colombia afronta una especial coyuntura social que merma la competitividad del aparato exterior colombiano; el Ministerio de Comercio Exterior, en el estudio: «Estimación De Sobrecostos A Las Exportaciones No Tradicionales», afirma que los sobrecostos de dichas exportaciones son del orden del 10. 38%, cifra que demuestra las difíciles condiciones externas que afrontan las empresas en nuestro país.

Los sobrecostos citados por el Plan sector por sector son las siguientes[29][3]

Podemos afirmar que el entorno ajeno a las empresas es muy inestable, y que es necesaria la eliminación de los costos de transacción que afectan la actividad productiva nacional. 

3.3.2   Productividad Micro Colombiana.  

Respecto a la productividad Micro se afirma que ésta ha fluctuado en el largo plazo, mostrando crecimientos del 4% desde 1981 a 1986, deteriorándose hasta 1993 donde se afirma que con la llegada de la internacionalización de la economía los incrementos vuelven a ser positivos hasta la actualidad.

El plan destaca el hecho de que las empresas con vocación hacia el exterior presentan aumentos en la productividad mayores. En términos de evolución de la productividad total, las firmas de tamaño intermedio han tenido avances mayores que las grandes empresas industriales.

Se afirma que las firmas nacionales presentan una serie de ineficiencias y costos internos que afectan adversamente su competitividad internacional, donde se destaca el alto índice de accidental laboral y los grandes sobrecostos en los procesos de gestión y transformación que pueden llegar incluso hasta el 40% de los costos totales de las empresas.

Intuitivamente podemos pensar que la suma de factores internos y externos merman inmensamente las posibilidades productivas y la capacidad de competencia de nuestra nación.

3.3.3   Estrategia Empresarial       

La visión de las firmas de los países en desarrollo no está de acuerdo con la actual situación de globalización y competencia, y es necesario cambiar la concepción que de la competencia se ha generado dentro del conglomerado como producto de décadas de proteccionismo.

Las empresas tendrán que cambiar sus estrategias y tener horizontes de mediano plazo para hacerlo. En términos generales las empresas de las economías en desarrollo se caracterizan por competir con base en el bajo costo de los factores, usan métodos ineficientes , no innovan, imitan y buscan posiciones dominantes en el mercado local, sus horizontes de planeación son cortos, la inversión en entrenamiento y capacitación del trabajador , en tecnología, y en investigación y desarrollo es mínima, y finalmente su relación con el gobierno la enfoca a obtener concesiones, licencias, subsidios, y protección[30][1]”

Por último es vital entender que el plan no le impone toda la carga productiva a las empresas exportadoras, ya que la influencia de los sectores no transables es alta en la estructura de los precios de los productos que se quieren enviar al exterior, asimismo se debe recordar que el diseño de esta política relaciona como determinantes de la competitividad a la productividad macro (el entorno económico), micro (con referencia a los sectores)  y la estrategia empresarial  (firmas) así que aumentar la productividad y mejorar la competitividad debe ser por  tanto, propósito de toda la sociedad.

3.4   LOS CLUSTER COMO ELEMENTO DE ACCIÓN.

Para facilitar la aplicación de los programas del plan, se ha establecido que las organizaciones empresariales y las cadenas productivas serán los elementos sobre los cuales se trabajara, aprovechando las ventajas que de por si ya tienen por su organización tipo cluster.

Según el plan  hay cuatro formas de incrementar la productividad de una economía:

a) Disminuyendo costos.

b) Incrementando y focalizando la inversión en programas de tipo tecnológico.

c) Mejorando la calidad del capital humano.

d) Produciendo más valor agregado en los bienes.

De esta forma podemos determinar que la productividad no solo hace referencia a los volúmenes con mínimo costo sino que es imperioso aceptar la dimensión como la capacidad de producir valor con costos mínimos.

En cuanto a la definición de cluster este se refiere a un grupo de empresas que tienen fines comunes y que conforman una estructura que se retroalimenta positivamente ya que se refuerzan mutuamente pero sin perder el ambiente de competencia al interior, con lo cual el cliente obtendrá mejor calidad y el cluster ganará mayor capacidad  de negociación, asimismo son centros de innovación. 

3.5 SOLUCIONES PLANTEADAS POR EL PLAN NACIONAL DE PLAN NACIONAL PARA LA PRODUCTIVIDAD Y COMPETITIVIDAD 

«El pivote de la mayor productividad en cualquier economía descansa sobre la estabilidad macroeconómica. Dicha estabilidad a su turno, resulta del comportamiento y de la trayectoria que tomen el déficit fiscal y el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos».[31][2]

Como respuesta estratégica, el plan presenta soluciones específicas a los problemas estructurales citados anteriormente bajo el supuesto de que con un Estado más equilibrado, el sector privado podrá desarrollarse eficazmente y en este sentido, las exportaciones rescatarán a la nación de la crisis social.

El plan destaca los siguientes puntos: 

3.5.1   Entorno macroeconómico estable   

El plan postula que en la década de los noventa Colombia ha tenido que afrontar serias restricciones institucionales que han impedido controlar la expansión del gasto público, elevando sistemáticamente el monto de la deuda pública. Con una balanza comercial deficitaria que llegó incluso a ser del 5% del PIB.  

«El mejor aporte que la política macroeconómica puede hacer a la competitividad es reducir los desequilibrios externo y fiscal para asegurar estabilidad cambiaria, inflacionaria y en materia de tasas de interés»[32][3]. 

3.5.2  Una política comercial estratégica      

En esta parte, se resalta el hecho de que a pesar de la pérdida de competitividad de las exportaciones colombianas debido a la revaluación del peso, estas han crecido, y se han consolidado nuevos mercados para los productos colombianos incluyendo a los Estados Unidos o a la Comunidad Andina.

Se resalta la necesidad de garantizar condiciones equitativas a la producción doméstica y el Gobierno se compromete a:

  • Fortalecer el área de investigaciones de dumping, subsidios y salvaguardia.
  • Revisar el arancel externo común para defender la producción y el valor agregado nacional.
  • Celebrar acuerdos de cooperación aduanera con nuestros socios comerciales.
  • Aplicar precios mínimos y de referencia a las importaciones que presenten indicios de subfacturación.
  • Aplicar normas técnicas de producción que sigan los estándares internacionales.

Respecto a los productos a exportar:

  • Mejorar las condiciones de acceso a los principales mercados de destino. (Estados Unidos, Comunidad Andina, Japón)
  • Consolidar la producción subregional.
  • Igualar las condiciones de acceso de los productos y servicios colombianos a las de sus competidores en terceros mercados.
  • Diversificar la fuente de insumos y bienes de capital para la industria colombiana.

3.5.3  Una efectiva gestión aduanera

La administración aduanera colombiana tiene bajo su responsabilidad, dos tipos de funciones; en primer lugar, todas aquellas relacionadas con la facilitación y agilización de las operaciones de comercio exterior y en segundo lugar, el desarrollo de actividades de fiscalización y supervisión para evitar el fraude comercial a través del contrabando o a través de infracciones cambiarias.

El fortalecimiento de la DIAN y la expedición de normas y decretos aduaneros, así como la generación de convenios con las empresas multinacionales, han sido factores utilizados para buscar eliminar las prácticas desleales de comercio. 

3.5.4     Infraestructura para la competitividad 

El plan de infraestructura presentado por el Gobierno nacional, está ligado a cuatro grandes factores:

  • Comunicaciones e información.
  • Costos del transporte.
  • Costos de interconexión y generación eléctrica.
  • Provisión de combustibles.

El plan muestra algunos proyectos de infraestructura vial, y alienta el proceso de privatizaciones del sector eléctrico y la liberación de los precios de los combustibles.

Lamentablemente, en la actualidad, el factor seguridad resulta el más determinante y los sobrecostos generados por la violencia no pueden ser controlados por el Gobierno Nacional, además los proyectos de infraestructura están paralizados y es evidente que la inversión productiva del Gobierno será prácticamente nula para los años venideros. Sin contar el hecho de que las licitaciones privadas para el mejoramiento de las vías están casi paralizadas.

3.5.5    Capital humano y ventajas competitivas      

El sistema de educación en Colombia presenta grandes debilidades, no solo en términos de cobertura sino especialmente en cuanto a su calidad y correspondencia con las necesidades de formación que requiere el país.

El plan sostiene que por medio de un programa de incentivos se promoverá especialmente, el ingreso a carreras estratégicas para el desarrollo de la competitividad nacional, dando prioridad a los estudiantes matriculados en universidades que satisfagan estándares de calidad. La política de ciencia y tecnología se constituye en un punto de entrada fundamental para la educación superior, donde la modernización del SENA, será un punto fundamental.

3.6  EL FONDO NACIONAL DE PRODUCTIVIDAD Y COMPETITIVIDAD 

«El fondo nacional de Productividad y Competitividad tiene por objeto potenciar los instrumentos y la capacidad institucional desarrollada en el país, con el fin de elevar la productividad y competitividad empresarial»[33][4]. 

La creación del Fondo, será un complemento del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, recibirá la orientación del consejo superior de Comercio Exterior y será financiado por el Gobierno Nacional. Brindará recursos a las empresas para mejorar la gestión y modernización empresarial desarrollando cadenas de valor de la productividad enfocándose en las empresas con potencial exportador. Sería pertinente destacar el hecho de que el Gobierno se preocupe por el desarrollo de la productividad empresarial, sin embargo, los recursos utilizados para los fondos son insuficientes y el desarrollo global del programa no parece aplicarse adecuadamente.

3.6.1   Consideraciones acerca de la política para la productividad y competitividad 

La principal respuesta de política ante los problemas mostrados por el plan, se centra en la reducción del déficit fiscal. Aunque es evidente que la nación debe tener unas cuentas balanceadas, es imposible pensar en mejorar la infraestructura, fortalecer la educación, mejorar la cobertura de servicios públicos etc, sin recursos.

Lo que resulta paradójico es que mientras el Gobierno dice apoyar a la industria, aumenta los costos de transacción mediante el aumento de recaudos por impuestos, no se esfuerza por mejorar la seguridad, no le brinda estabilidad a la inversión y no mejora la calidad en el transporte, con un sistema de inteligencia de mercados ineficiente. Factores que al sumarse impiden el desarrollo de una industria competitiva, sin ineficiencias en la distribución y para todos.

Además, el renacer industrial es una simple defensa de las empresas existentes y en una nación en guerra, con altos niveles de desempleo y en recesión, sería pertinente buscar nuevos empresarios y no limitarse al capital oligopólico nacional, esto quiere decir buscar nuevas empresas pero con nuevos dueños.

Como se muestran las cosas y como generalmente sucede, los planes de Gobierno se reducen a simples catálogos de buenas intenciones.

Actualmente  se viene avanzando en la aplicación de la política a través de los Comités Asesores Regionales de Comercio Exterior (CARCE) que a la fecha suman once a través de los cuales los programas especiales de competitividad como los convenios de competitividad y los programas de construcción de ventajas competitivas regionales llegan eficientemente a su objetivo.

En el último encuentro para la productividad y la competitividad que se realizo en San Andrés se tomó como elemento de discusión la tecnología de la información y su influencia en la productividad de un país, con ello se da paso a un nuevo nivel de iniciativas para el desarrollo integral de la economía Colombiana.

Sin embargo, los avances que se presentan no son tan claros y aun se cae en la retórica y la planeación sin considerar las herramientas para aplicar las nuevas normas.

3.7   CIENCIA & TECNOLOGÍA: El Camino hacia el Valor Agregado. 

Diversos estudios sustentan la idea de que el crecimiento endógeno esta relacionado con el cambio tecnológico, esto a su vez es un factor definitivo en el posicionamiento de los países.

El conocimiento y sus múltiples aplicaciones son elementos centrales para el desarrollo económico y social de las sociedades contemporáneas. La brecha entre las capacidades científicas y tecnológicas de los países industrializados y los países en desarrollo es una de las manifestaciones contemporáneas de la persistencia del subdesarrollo y también una de sus causas mayores[34][5].  Asimismo el potencial humano de un país es fundamental en la implementación de esas nuevas afluencias de tecnología así como el grado de capital foráneo es importante como propagador tecnológico.

Las incursiones teóricas sobre la influencia positiva de la investigación  en ciencia y tecnología reafirman la importancia del factor. Asimismo señalan cuatro tipos de innovación[35][6].

Aprender haciendo: mediante una mayor incorporación de capital humano en la función de producción, se generan externalidades que determinan mayores niveles de crecimiento

Capital humano: una mayor inversión en educación se fundamente en que esta hace parte del desarrollo tecnológico, y es esencial en las decisiones de los empresarios para alcanzar mayores aumentos de productividad.

Investigación y desarrollo

Infraestructura pública

El caso en si es que la inversión en investigación y desarrollo es un elemento generador de valor agregado en los productos de la economía a optimizar los procesos productivos y gerencias que intervienen; asimismo es de entender que la aplicación de esta tecnología a los procesos es cuestión también de un adecuado aparato educativo que responda a las necesidades de las empresas para así mejorar la competitividad individual.

Sin embargo el tipo de investigación es un punto de discusión, ya que la financiación de este tipo de inversiones no es claro, es decir, la investigación básica debe pertenecer al estado, sin embargo las firmas no muestran un interés en avanzar sobre las bases para crear procesos aplicables y en general no se invierte en innovación. Tal vez esto se deba al tipo de investigación que adelanta el estado que esta dirigido al interés social y que se aleja de los objetivos de las empresas ó por la facilidad de importar tecnología  empaquetada, sin embargo en las economías modernas el principal recurso es el conocimiento, y por lo  tanto, el proceso económico fundamental es el aprendizaje”.

3.8    POLÍTICA NACIONAL DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA 

La Política nacional de Ciencia y Tecnología[36][7] se traza objetivos muy acordes con las políticas nuevas en donde el papel del Estado se limita a acompañar los procesos y que carga el peso del desarrollo al sector privado. En este sentido los objetivos de la política son:

  • Fortalecer la capacidad del Sistema nacional de Ciencia y Tecnología, ampliando su acción y repercusión en las dinámicas sociales, económicas y académicas del ámbito nacional y regional.
  • Orientar los esfuerzos de consolidación de la capacidad de investigación y generación de conocimiento hacia temas estratégicos y críticos para el desarrollo del país y su competitividad global.
  • Fomentar procesos de articulación entre los sectores académico, público y privado, así como de apropiación y uso del conocimiento generado.

Son pocos objetivos, ante la inmensa tarea de mejorar la competitividad internacional del país desde el punto de vista de las ventajas competitivas, además, como se verá más adelante el presupuesto otorgado a la ciencia y la tecnología, es muy pequeño, y no es acorde con las necesidades de la nación.

Las estrategias citadas para alcanzar  dichos objetivos y sus diferentes justificaciones son: 

El fortalecimiento institucional del Sistema Nacional de Ciencia y tecnología  El conocimiento por sí mismo no transforma las economías ni las sociedades. Tal capacidad se da sólo cuando la generación de conocimiento se desarrolla en el marco de un sistema social nacional de ciencia, tecnología e innovación, que propenda por su incorporación efectiva, tanto al sector productor de bienes y servicios, como a la formulación e implementación de políticas e iniciativas que contribuyan al desarrollo social. El Sistema Nacional de Ciencia y tecnología obedece a un diseño adecuado y bien concebido. Sin embargo es débil y presenta deficiencias en su operación, que se reflejan en la desarticulación de los distintos sectores y entidades del Sistema. De ahí la necesidad de impulsar su fortalecimiento institucional, que permita la adecuada formulación, implementación, evaluación y gestión de estrategias y políticas de Ciencia y Tecnología[37][8]. 

Fomentos de la investigación y de la generación de conocimiento para la solución de problemas nacional y regionales.      Respecto a este punto se afirma que los grupos y centros de investigación expresan la forma moderna y más activa de organización de la actividad investigativa y científica, existen en el país por lo menos 106 centros y 234 grupos de investigación. Estas entidades atraviesan serias dificultades, para financiar tanto su funcionamiento como los nuevos proyectos, siendo ésta una de las principales razones por las cuales la investigación que hay en curso en el país sea insuficiente para atender satisfactoriamente la solución de los problemas nacionales.

Generación de una mayor capacidad de innovación tecnológica. El objetivo de la Política de Innovación y Desarrollo Tecnológico es la consolidación de un Sistema Nacional de Innovación que dinamice la interacción de los elementos científicos, tecnológicos, productivos y financieros, nacionales y regionales y que apunten al desarrollo de una oferta de productos y servicios exportables con capacidad de competir en los mercados internacionales

Fomento de la investigación y desarrollo tecnológico agropecuario. El Plan afirma que se dará especial prioridad al sector agropecuario ya que es necesario para el desarrollo del país. Es necesario producir una visión compartida e integral que permita orientar adecuadamente los esfuerzos de investigación y desarrollo articulando  componentes y actividades de lo nacional y lo regional, lo público y lo privado. 

Articulación y consolidación de la investigación en medio ambiente y hábitat.

Es necesaria la adopción de políticas que garanticen el uso de tecnologías limpias, y que permitan procesos productivos sostenibles ambientalmente. Respecto a esto Colombia enfrenta graves problemas de deterioro ambiental, tanto en sus recursos naturales renovables (suelo, agua, biodiversidad vegetal y animal, aire, ecosistemas y hombre), como en el hábitat o ambiente construido de la población colombiana. La investigación científica en medio ambiente y hábitat cumple una función primordial, pues busca resolver estos graves problemas, garantizando:

  • El conocimiento de nuestro patrimonio ecológico y de nuestro hábitat
  • Su Conservación, recuperación y manejo apropiado.
  • Su utilización eficiente y sostenible por el hombre y demás seres vivos, con impacto ambiental benéfico a nivel físico, social y económico. 

Formación de capital humano en investigación y Desarrollo (I&D) en áreas estratégicas.

Uno de los puntos importantes que presenta el Plan de Ciencia y tecnología, tiene que ver con el capital humano

El elemento central para el vínculo efectivo entre ciencia y desarrollo lo constituye la formación de capital humano. La solidez de este vínculo depende de la interacción entre educación e investigación; la educación como proceso de aprendizaje y la investigación como proceso de generación y adaptación del conocimiento. Los recursos humanos aparecen así, como el punto de partida del crecimiento, la equidad y el desarrollo, dentro de una concepción según la cual una formación de alto nivel y calidad, es condición necesaria para producir y socializar el conocimiento, factores que ciertamente se constituyen en ventajas permanentes para un desarrollo sostenible a largo plazo. La globalización y el acelerado cambio tecnológico, base de la competitividad y crecimiento exportador, hacen necesario contar con un recurso humano cuyas características sean la flexibilidad y la capacidad de aprendizaje continuo y de adaptación a los permanentes cambios de orden tecnológico y organizacional.

El tipo de recurso humano requerido para la innovación, la competitividad y el desarrollo tecnológico, supone que las empresas sean también concebidas como espacios pedagógicos. Allí, fuera de inducir el aprendizaje permanente de los procesos de producción, se debe apoyar la reflexión prospectiva sobre el futuro tecnológico de las organizaciones y la transferencia horizontal de tecnología entre directivos, profesionales, trabajadores, instituciones de educación superior y grupos de investigación y de desarrollo tecnológico. 

Incremento de actividades de apropiación social del conocimiento.   Partiendo del principio de que no existe conocimiento sin comunicación, y que es inseparable la generación de conocimiento de su apropiación y aplicación, es indispensable el fortalecimiento de mecanismos de comunicación e información de la actividad científica y tecnológica, así como de la difusión, discusión y uso de sus resultados entre académicos, investigadores, gobierno, empresarios y público en general. En este sentido, una de las falencias que se puede identificar en el país es que el acceso al conocimiento permanece restringido a ciertas comunidades y regiones del país. De ahí la necesidad de trabajar por que el conocimiento sea un bien público accesible, en lo posible, tanto a todos los sectores de la sociedad, como a todas las regiones de Colombia. Otra de las debilidades del sistema consiste en que muchos de los resultados de los proyectos de investigación no son apropiados debidamente por la sociedad o el sector productivo.

Optimización de los mecanismos de información, seguimiento y evaluación de las actividades en Ciencia y tecnología. 

Consiste en monitorear los avances en Ciencia y Tecnología. Para desarrollar adecuadamente las estrategias planteadas.

3.9   RECURSOS PARA LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA 

Cuando se leen las políticas nacionales sobre Ciencia y Tecnología, encontramos que dichas políticas son acordes con nuestras necesidades, buscan objetivos loables e interesantes como el aumento de la productividad de las empresas, el mejoramiento del capital humano, el desarrollo sostenible etc, sin embargo, cuando analizamos a fondo los recursos destinados para conseguir dichos objetivos, simplemente encontraremos que solo pueden considerarse como insuficientes o pequeños y resulta ilógico considerar que con dichos montos se puedan conseguir los objetivos que nuestros gobernantes dicen perseguir.

Uno de los principales problemas que observamos es que no existe ninguna relación entre las personas que diseñan las políticas y quienes deben asignar los recursos para desarrollarlas, en otras palabras, lo que está escrito, no tienen nada que ver con lo que realmente se presenta. Para desarrollar este punto sería conveniente ver el siguiente cuadro, que aparece como un anexo en el documento CONPES 3080. «Política Nacional de Ciencia y Tecnología 2000 – 2002».

El presupuesto total para inversión en Ciencia y tecnología para el año 2000 es de 690.000 millones de pesos, si analizamos el gasto que se le otorga al sector privado, en innovación y desarrollo tecnológico, encontraremos que la mitad del presupuesto total, 331.218 millones no son inversión en Ciencia y tecnología sino apoyos indirectos a las industrias.

690.000 millones (sin contar los gastos en funcionamiento de las entidades) para Ciencia y tecnología representa aproximadamente el 0.41% del Producto Interno Bruto, lo que representa una cifra escandalosamente baja, teniendo en cuenta los supuestos que acompañan al Plan de Desarrollo, al Plan Estratégico Exportador, a la Política Nacional de Productividad y Competitividad o a la Política Nacional de Ciencia y tecnología, en donde se le da especial énfasis a los procesos de agregación de valor, especialización, procesos de inteligencia de mercados etc.

Si seguimos el discurso del Gobierno, encontraremos que los objetivos que se persiguen no son consistentes con los presupuestos presentados, sin contar el hecho de que estos serán probablemente recortados. Parece no existir coherencia entre las políticas, los instrumentos y los recursos, además la liberalización general de la economía y los evidentes problemas actuales, nos hacen pensar que la nación por resolver los problemas urgentes, parece descuidar las cuestiones realmente importantes como lo son el desarrollo, la educación, la ciencia y Tecnología o la competitividad ganada vía eficiencia y valor agregado y no precios.

Sin embargo en la reciente entrega sobre avances de financiamiento, de innovación y desarrollo tecnológico[38][1] se hace hincapié en los proyectos de innovación que se han impulsado gracias a los instrumentos de financiación.

Se plantean soluciones a la financiación del orden de:

  • Créditos de reembolso obligatorio
  • Cofinanciación
  • Fondo de capital de riesgo
  • Incentivos fiscales
  • Creación del fondo nacional de productividad y competitividad

3.10  EDUCACIÓN Y CAPACITACIÓN DEL FACTOR CAPITAL HUMANO 

El ser humano como tal es una fuente inagotable de recursos que pueden ser utilizados eficientemente en las relaciones productivas, es así como el capital humano cobra su importancia dentro de la teoría del desarrollo, no como un factor mas sino también como un instrumento de bienestar ya que no se puede concebir como un elemento mas sino como el instrumento creador, realizador, y beneficiario en ultima instancia de los avances logrados.

El capital humano se asume desde el punto de la educación que acumula la sociedad, que finalmente resulta generando niveles superiores de producción y posiblemente se llegue a avances tecnológicos.

“ la clave del crecimiento económico recae en el hecho de que las personas no las maquinas pueden aprender. Inversiones que aumenten las habilidades de las personas y su productividad arrojan por tanto, no rendimientos decrecientes, sino constantes e inclusive crecientes[39][1]”. 

«El  reentrenamiento del recurso humano será esencial para que los trabajadores colombianos puedan adaptarse al acelerado y constante cambio tecnológico. [40][2] 

Las teorías desarrolladas en los últimos diez años hacen hincapié en la inversión en capital humano y en tecnología como principales determinantes del crecimiento a largo plazo. De acuerdo con esta teoría, el conocimiento es un bien de capital que tiene un producto marginal creciente. Parte de la base de que el acervo de capital es un bien compuesto en el cual el componente de conocimientos, o el capital de conocimientos, tiene rendimientos crecientes a escala que contrarrestan la decreciente rentabilidad del acervo de capital físico. Como consecuencia de ello, es posible que el incentivo a acumular capital subsista indefinidamente. Entretanto, el cambio tecnológico termina por determinarse en forma endógena, al igual que cualquier otro insumo que tenga un precio y un producto marginal, y no se logra en forma exógena. Asimismo, el rendimiento que proporcionan los conocimientos no puede ser plenamente aprovechado por la empresa que los genera sino que, por el contrario, constituye una externalidad que puede beneficiar a otros agentes económicos (es decir, la información como bien público). En estas circunstancias, convendría que la política pública estimulara el desarrollo de los sectores que llevan a la creación o a la absorción de conocimientos, o a ambos.

Las nuevas teorías sobre el comercio internacional también hacen hincapié en las externalidades dinámicas, tanto interiores como exteriores a la empresa. El incremento de la productividad es consecuencia de un proceso de aprendizaje práctico adicional y a largo plazo, basado en experiencias de producción actuales y pasadas. Sin embargo, dentro de la economía, hay sectores que tienen mayor capacidad de innovación tecnológica, mientras que otros son sectores estratégicos que transmiten sus fuertes externalidades al resto del sistema de producción. Con el tiempo, el carácter tácito, concreto y acumulativo de la innovación tecnológica puede dar lugar a tasas divergentes de acumulación de la capacidad tecnológica entre los países. De acuerdo con este punto de vista, podría promoverse el desarrollo de algunas industrias que ofrezcan gran potencial para el futuro, aplicando criterios claros para el otorgamiento de incentivos moderados y finitos basados en la selectividad y el desempeño.

El desarrollo industrial de las dos últimas décadas se ha conformado teniendo como epicentro un nuevo sistema técnico, que gira en torno a la información; cuatro pilares sostienen dicho sistema: la electrónica, la informática, las telecomunicaciones y la robótica. La introducción de dichos factores, hizo que se llegara al fin de la era de las ventajas adquiridas y se inició una nueva era: el de las ventajas construidas; en esta nueva fase el eje se desplaza de la existencia de abundantes recursos naturales y mano de obra hacia la posesión del dominio científico y tecnológico y la capacidad de innovación.

Para las empresas, hoy cuentan más los niveles de calificación de la fuerza de trabajo (teoría de los salarios de eficiencia)  que de disponer de mano de obra barata; la disponibilidad de mano de obra calificada se convierte en un objetivo estratégico. Los cambios originados por los países del centro, rápidamente se han apoderado de la industria de los países de la periferia, lo que ha obligado a muchos de ellos a reestructurar profundamente sus sectores manufactureros, para poder seguir siendo competitivos en los mercados internacionales. Estos procesos ya se están presentando Colombia.

Se requieren trabajadores cuya principal cualidad sea la flexibilidad ante los nuevos conocimientos y formas de gestión, su capacidad de aprendizaje continuo y de adaptación a los permanentes cambios de orden tecnológico y organizacional.

Si retomamos lo descrito por Gabriel Misas, encontraremos que la innovación, es un factor fundamental hacia las nuevas realidades del comercio internacional, sin embargo, las políticas diseñadas en términos de Ciencia, tecnología y valor agregado, son muy escasas y encontraremos que no existe una estrategia realmente integral para llegar a niveles tecnológicos aceptables en un futuro cercano. 

«Diversos trabajos han mostrado que dos variables afectan de manera clara la tasa de crecimiento de los países; la inversión en capital humano y la inversión en capital físico»[41][3].

La primera etapa en materia de desarrollo humano es el logro de una cobertura amplia de la educación. Muchos países como Hong Kong, Corea y Singapur han demostrado que en pocos años se puede lograr que toda la población tenga acceso a la educación secundaria. Estos son los países que han logrado las más altas tasas de crecimiento de las últimas décadas. En lo que respecta a Colombia, se estimaba que un programa ambicioso de educación, que incluiría nueve años de escolarización para todos los niños, bachillerato completo para el 95% de los niños, más gastos en investigación, educación de adultos, cultura y deporte según patrones internacionales, implicaría gasta 4.6% del PIB contra el 3% del mismo que se gastaba el Estado en educación hacia 1990.[42][4]

Sin embargo las exigencias del mercado globalizado indican que si bien la educación secundaria representa un factor muy importante en el desarrollo del capital humano, este se queda corto con la instrucción que puede recibir en este nivel. Es decir que la población debe tener acceso a otras dimensiones de aprendizaje, tal vez aún estamos a tiempo para corregir esta situación, pero será necesario un compromiso político de muy largo plazo y la adopción de políticas de estado para que la brecha se empiece a cerrar. Para este efecto habrá de reestructurarse la concepción que tenemos de la educación media imprimiéndole características técnicas que lleven a los bachilleres a una adaptación más rápida en lo que respecta al ejercicio laboral e inclusive como preparación mas seria para los estadios superiores de la educación. El objetivo de la inversión en educación es la disminución de la brecha entre los salarios de los trabajadores calificados con los no calificados, y esto a su vez es un esfuerzo que se hace para aumentar la demanda agregada de los agentes y el valor agregado en la productividad. No olvidemos en ningún momento que la educación puede mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos.

El Gobierno, destaca en el informe: «Avances en la política para la productividad y la competitividad»[43][5], lo siguiente:

«La calidad del recurso humano es un factor determinante en la productividad empresarial, en el contexto de la internacionalización del capital humano y en general la competencia laboral se convierte en factores diferenciados de las empresas en el mercado, por esto, el Gobierno nacional, ha incentivado la formación de capital humano incrementando en los últimos años la inversión en educación y consolidando la modernización del SENA como instrumento de estímulo al crecimiento de la productividad de la fuerza laboral. Los  esfuerzos en materia de política educativa se ha concentrado en aumentar la inversión en el sector así como establecer un vínculo estrecho entre la formación y capacitación del recurso humano y las actividades encaminadas a fortalecer la investigación y el desarrollo tecnológico en las empresas».

Asimismo el estado ha  iniciado la implementación de varios programas para la formación de recursos humanos de alto nivel, estos son:

  1. a) programa de capacitación no formal para la identificación de proyectos de I&D
  2. b) difusión y divulgación del sistema nacional de innovación.
  3. c) Programa de incremento en la productividad mediante proyectos de mejoramiento continuo gestión y tecnología.
  4. d) Proyectos asociativos para el fortalecimiento de culturas regionales de ciencia , tecnología e innovación.
  5. e) Internacionalización de empresarios y empresas

Sin embargo, en este campo, las afirmaciones del Gobierno son algo exageradas, como se mostró anteriormente, si observamos los gastos en ciencia y tecnología, del Gobierno, dichos gastos no sobrepasar el 0.5% del PIB para el 2000, y lo peor, los presupuestos para COLCIENCIAS y el SENA serán recortados para el año 2001. 

Destacar como un logro, aumentar el gasto en educación, teniendo en cuenta que las necesidades modernas requieren de trabajo especializado y de calidad, es descontextualizar las acciones. La verdadera agregación de valor se encuentra en los procesos productivos especializados e innovadores que requieren personal calificado, y no en la educación básica primaria ni en la secundaria, sin embargo estas si pueden afectar positivamente la calificación de competitividad. Es necesario profundizar las políticas respecto a la educación superior ya que una economía competitiva así lo requiere.

Podríamos decir que mientras las políticas y las acciones industriales se encuentran en una fase superior (post-apertura) las iniciativas en educación y la velocidad de los ajustes se encuentran peligrosamente retardados, es decir, la concepción de una sociedad con educación primaria y secundaria en una economía abierta, donde la generación de conocimiento es la base, y este conocimiento se genera en los estadios superiores de la formación profesional. Los discursos no pueden limitarse a afirmar que el mercado suplirá siempre las deficiencias.  De nuestra capacidad intelectual, dependerá el desarrollo de nuestras futuras generaciones. Mejorar la infraestructura educativa, y en general el entorno global, tiene un objetivo claro, la agregación de valor y el mejor desempeño general de la industria hacia el bienestar económico general.

En un principio, la política industrial fomentó la creación de pequeñas empresas llevándolas a niveles de endeudamiento que resultaron ahogando a los pequeños industriales; aparte de esto, la responsabilidad del empleo recayó en gran parte sobre este tipo de organizaciones, que no contaban ni con los recursos de capital ni con la infraestructura para responder a la difícil competencia que se venía con la llegada de las empresas multinacionales y transnacionales; hubiera sido preferible crear, apoyar e impulsar las cooperativas industriales, las cuales habrían podido dar una mejor respuesta a la competencia externa. Esta idea es retomada actualmente a través del apoyo a los clusters industriales que son grupos de cadenas productivas con retroalimentación positiva, donde las ventajas competitivas de unas se refuerzan con las de otras. La organización de este conjunto de industrias y el apoyo que se prestan unas a otras para la consecución de fines comunes refuerzan mutuamente sus ventajas competitivas, mejorando la productividad al facilitar la inclusión de innovación y lograr mayor capacidad de negociación. Esta eficiencia en la construcción de la oferta  ha hecho que el apoyo a los clusters sea un objetivo dentro de la política para la productividad, ya que el valor agregado dentro de estas cadenas se aumenta mejorando la competitividad tanto interna como externa.

La concepción de valor agregado puede tener la visión tanto para el productor como para el consumidor,  siendo en la actualidad según las últimas teorías de la organización un problema dinámico que compromete tanto a productores como a consumidores. Sin embargo las exigencias de la demanda frente a la variedad de opciones y sustitutos han llevado el concepto hacia el valor agregado que efectivamente es demandado; es decir, que la productividad debe incluir factores de medición de realización efectiva.

En Colombia, la verdadera agregación de valor por las vías de eficiencia y productividad han estado estancadas. La innovación tecnológica es prácticamente nula y utilizamos tecnologías que en estos momentos son obsoletas en las economías de punta. Si no hay inversión en capital, infraestructura, innovación o mejoras en las condiciones comerciales, las únicas herramientas para mejorar la competitividad de nuestra nación, estarán ligadas a políticas de carácter fiscal o monetarias, las cuales deberían acompañar, más no inducir el comportamiento de los agentes. Como podemos ver, las vías de generación de valor agregado son diversas y necesitan de la atención del sector oficial como de la responsabilidad de los mismos empresarios, los cuales deben abandonar los supuestos tradicionales de la empresa protegida y mejorar sus esfuerzos en la creación de un sector industrial de punta, que realmente beneficie el desarrollo social, y que sea lo suficientemente fuerte para sortear las coyunturas.

4. CONCLUSIONES 

Las expectativas por la apertura de la economía fueron alimentadas por un ingenuo espejismo competitivo. Se supuso, que el solo hecho de abrirnos comercialmente era sinónimo de éxito inmediato e inminente, de ahí las grandes expectativas que se formaron sobre el proceso de apertura, sin embargo el marco institucional y la preparación real del país eran insuficientes, e inclusive se podría pensar que el concepto de Política Industrial desapareció del escenario durante varios años bajo los supuestos de suficiencia del mercado para solucionar los problemas que se presentaran.

Parece haber consenso en afirmar que los procesos de globalización están incrementando la brecha entre los países desarrollados y el mundo subdesarrollado.

Nuestro inconsciente colectivo pronto mostró su destructivo alcance al terminar con un mercado interno saturado de mercancías importadas que no siempre suponían buena calidad y con miles de desempleados y empresas quebradas; solo hasta entonces se hicieron los estudios de impacto de la apertura en la pequeña mediana y gran empresa, con resultados bastante reveladores y para algunos inesperados. En esto se debe mencionar la explotación de redes de distribución y los problemas de carácter especulativo que evidenciaron nuestra debilidad financiera y nuestra incapacidad de responder adecuadamente a los retos de la apertura, con los consecuentes desarreglos en los agregados de la producción y el empleo.

El panorama económico actual ha puesto en duda el enfoque neoliberal, los mecanismos automáticos del mercado, liberados a su propia suerte no necesariamente son óptimos, ya que no vivimos en mercados perfectos. La evidencia nos muestra como ahora las empresas buscan apoyo en el Estado y como la sociedad en general, reclama mejores condiciones de su aparato estatal. Nuestra limitación, es el mundo global, en este sentido competir en desventaja y abrirnos al mundo no ha sido satisfactorio, lo que todavía no se puede establecer es si a largo plazo, podremos salir adelante, o simplemente tenemos que volver a cerrarnos y cambiar nuestros paradigmas de desarrollo.

Los límites principales del proceso de reestructuración de América Latina, se encuentran en la estructura productiva que ha profundizado su deterioro y desarticulación. Este proceso está acotado por la recomposición del mercado mundial, ya que la competencia por espacios económicos de producción y de realización es más intensa, en un marco de lento crecimiento de las economías desarrolladas y de lento crecimiento del mercado mundial.

Otro aspecto que resalta la actual situación, es la debilidad financiera y la pérdida de autonomía de nuestras naciones. Los empresarios latinoamericanos están actuando solo para el corto plazo, y las únicas empresas que triunfan son las que tienen inversión extranjera directa, en otras palabras, las que no poseemos.

Las estructuras son  débiles y se enfocan a los sectores no productivos o de servicios, acentuando los desequilibrios productivos y sectoriales de las economías latinoamericanas. En este escenario y frente a un mercado interno deprimido, surge con fuerza el sector informal. Al conjugarse en este, la producción y el intercambio de productos, que ha permitido resolver por el momento, la reproducción del grueso de la población y contener el estallido social.

Ante esta situación, la modernización de los aparatos productivos es fragmentada y lamentablemente excluyente. Los proyectos nacionales deben ser más complejos, apoyar la obtención de excedentes económicos nacionales, y deben aumentar el ahorro interno defendiendo a la población, es necesario incentivar la inversión productiva, atender al mercado interno manteniendo las relaciones con el exterior, resolver la crisis y crear empleos, esta comprobado que las recetas aplicadas en América Latina solo han beneficiado a unos pocos y cada día somos más pobres y dependientes.

Necesitamos un estado que garantice educación, seguridad social y capacitación, incorporar otras formas de producción y de organización de la sociedad, que permita visualizar la verdadera complejidad de la situación actual. Colombia vive una especial coyuntura, y las soluciones a nuestros problemas requieren soluciones más agresivas a la realidad nacional, la violencia y la coyuntura social, deben ser actores activos en la construcción de las políticas y no parece haber coherencia entre lo que las altas esferas dicen hacer y lo que realmente sucede.

La falta de preparación de nuestra nación, se ha evidenciado en los múltiples y graves inconvenientes que hemos sufrido muchos colombianos en los últimos años, cualquier avance nuevo en crecimiento o infraestructura social, simplemente recuperará el terreno que hemos perdido en la última década.

La industria adolecía de retardos en la utilización de nuevas tecnologías, las pequeñas empresas sucumbieron por la falta de capital en todas sus manifestaciones Y mientras tanto las grandes resultaban demasiado vetustas y poco inclinadas a la renovación y el replanteamiento de sus organizaciones, por otro lado las catalogadas medianas empresas pudieron responder mejor por su capacidad de acomodamiento y eficiencia administrativa, sin embargo los productos componentes del stock exportable siguen siendo los mismos pese a un reciente repunte de los no-tradicionales.

El retomar la Política Industrial como una herramienta efectiva y necesaria, refleja una maduración en la conciencia del Estado, el cual retoma su papel dentro del contexto del desarrollo del país por la vía industrial enfocada al mercado externo. El reconocimiento de la importancia de un sector exportador fuerte dentro del nuevo panorama mundial comercial resulta obvio, sin embargo parece ser que esto no es suficiente y las acciones de Política Industrial resultan imprescindibles.

Dentro de ese menú de Políticas Industriales los planes y programas que realzan la competitividad parecen ser los que mayor atención concentran, sin embargo no podemos considerar que la infraestructura es el único elemento importante dentro de la competitividad, en otras palabras, la creación de valor agregado se fundamenta en la optimización de la utilización de todos los recursos en el proceso de producción, pero al mismo tiempo la innovación y la creación de nuevas fórmulas productivas junto con los nuevos descubrimientos y su aplicación fruto de la investigación crean ventajas que llegan a ser decisivas en la competencia por la realización de los productos y el firme asentamiento en los mercados.

Los indicadores de competitividad hablan por sí mismos; Colombia no es competitiva aún y serán necesarios muchos años de inversión seria y constante en  educación en todos los niveles con un desarrollo mayor en la investigación científica y tecnológica para alcanzar los grados deseados de aprensión tecnológica, modernización y mejoramiento del capital humano. La concepción de la educación para los colombianos debe ampliarse, y debe considerar los elementos técnicos y científicos básicos en la formación de los estudiantes para una incorporación más provechosa al aparato productivo, esto quiere decir tomar conciencia y exigirnos mejor calidad en la educación tanto por parte de los instructores como de los alumnos.

La abstracción teórica de los elementos que en este trabajo se manejaron pueden resultar distrayendo nuestra atención hacia la realidad social y de orden público que atraviesa Colombia; es decir, debemos tener en cuenta los problemas de inseguridad y violencia para que con iniciativas hacia el desarrollo, busquemos la paz y no gastemos en armas y  ejércitos lo que bien podría utilizarse en educación y desarrollo.

Resulta paradójico el hecho de que la inversión del estado en capital humano, ciencia y tecnología este disminuyendo en nuestro País, siendo que es así como podemos a largo plazo construir una «Empresa Colombia» eficiente y competitiva, atractiva para vivir y disfrutar y generadora de bienestar para sus habitantes.

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