Uno de los sentimientos más paralizantes para la mujer emprendedora es el de sentirse estancada. Aquí te enumero varias situaciones en tu negocio que te pueden llevar a sentirte así, ¡y te enseño 3 simples pasos para salir rápidamente de ahí!
No existe algo más frustrante para la mujer emprendedora que el sentirse estancada con su negocio.
Quizás ni siquiera sabes que estás estancada, porque no lo definirías con estas palabras, pero te sientes frustrada, desmotivada y agobiada y convives con esos sentimientos pensando que es normal para un negocio.
Estás estancada con tu negocio online si sientes que:
- Quieres llevar tu negocio a un mejor nivel de ingresos, pero no te atreves, porque te sientes insegura sobre cómo reaccionarán tus clientes actuales.
- Tu nicho de mercado no responde a tus ofertas y no parece ser tan ideal como tú lo pensabas inicialmente.
- Tienes muchas ideas, pero no logras la claridad necesaria para establecer un plan de acción para implementarlas.
- Tienes posibles clientes que manifiestan querer trabajar contigo, pero, al final, no te contratan.
- Tu modelo de negocio actual te está agobiando y estresando, pero no estás ingresando el dinero que quieres ganar.
Si te identificas con cualquiera de estos síntomas, entonces es hora de tomar estos 3 pasos para salir de ahí:
1. Sale de la confusión
No podrás salir de adonde estás si no tienes claridad sobre tu situación. Sé brutalmente honesta contigo misma. Analiza las cinco situaciones anteriores y escoge la que más te está afectando y pregúntate qué debes hacer para salir de ahí. Luego elabora un plan de pasos para salir de ahí.
Por ejemplo, si necesitas claridad para establecer un plan de acción, es el momento oportuno de contratar a un mentor o mentora que ya han llegado adonde tú quieres llegar.
¡No tienes que inventar la rueda de nuevo, ya existen estrategias probadas que puedes copiar!
2. Hazte coaching a ti misma
¿Alguna vez te ha pasado que les estás dando excelentes consejos a otros sobre cómo resolver sus problemas y te das cuenta que tú también deberías seguirlos?
Muchas veces nos es más fácil ayudarles a otros que a nosotras mismas, porque podemos analizar los problemas de otros de manera más objetiva. Nuestra propia situación nos parece ser una maraña de circunstancias reales mezcladas con emociones que nos cuestan controlar.
Pon tu mente en “neutro” e ignora los sentimientos que te evocan esos pasos que anotaste en el punto anterior. Anótalos como si estuvieras ayudándole a tu mejor amiga (o cliente).
3. Vence el miedo
Una vez que anotaste los pasos necesarios para salir de tu estancamiento, tienes un plan que te da la claridad para seguir adelante.
Ahora es el momento de dirigirte a tus miedos y temores que te detienen de tomar acción.
Mi acción favorita en este momento es recordar que no estoy sola en esto. Dios está conmigo. Me llamó a hacer esto y no me va a abandonar en medio de la batalla.
¡Y mi Dios es más grande que cualquier obstáculo que se me pueda atravesar! ¿De qué he de temer?