Incentivos fiscales para proteger el medio ambiente

Resumen

El medio ambiente constituye la principal fuente de materia prima para la industria, la cual forma parte de este suprasistema. Se han establecido normas para incentivar la preservación del medio. El enfoque de incentivos es susceptible de utilizarse mediante dos políticas: Impuestos y Subsidios y Permisos Negociables de Descargas (PND). Los impuestos y subsidios corresponden a un sistema centralizado. Se encarga directa y continuamente de las interacciones con los agentes contaminantes.

Los PND es un enfoque descentralizado que crea un nuevo tipo de derechos de propiedad el cual consiste en un permiso para emitir contaminantes.

Paulatinamente deben crearse soluciones diferentes que incentiven y comprometan a la población para la conservación ambiental.

El medio ambiente constituye la principal fuente de abastecimiento de materia prima para las empresas productoras de bienes y servicios. Sin embargo, el uso inmoderado de los recursos naturales ha sido una de las causas de su agotamiento o deterioro en algunos casos.

Los entes económicos lejos de ser sistemas aislados forman parte del suprasistema medio ambiente con el que interactúan activamente, tomando de él los recursos necesarios para desarrollar sus actividades de producción y por lo tanto lucrativas.

Tal situación amerita de medidas innovadoras que incentiven la preservación del medio y a la vez permitan desarrollar las actividades que el hombre necesita para vivir de forma sustentable.

El uso indiscriminado de los recursos naturales no renovables en el planeta por parte del sector industrial y otras asociaciones, ha sido motivo de preocupación y estudio de grupos ecologistas alarmados por las cifras que diariamente se obtienen sobre el deterioro ambiental.

El interés económico ha prevalecido sobre el de preservación y el propósito principal ha sido obtener beneficio sin importar los medios para alcanzarlo.

En este sentido la población ha utilizado los servicios de disposición final de desechos del ambiente casi sin ningún costo, de tal forma que ha habido pocos incentivos que induzcan a reflexionar sobre las consecuencias ambientales de sus acciones y de la irracionalidad en la utilización de los recursos naturales.

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Ante tal crisis los gobiernos y legisladores de países desarrollados y en especial quienes pertenecen a tratados de comercio internacional, han buscado salidas inmediatas estableciendo normas para incentivar la preservación del reservorio natural aún existente en el planeta y tratar de rescatar lo que está a tiempo en cuanto a recurso hídrico, suelos, bosques, flora y fauna se refiere, considerando para ello, entre las diversas alternativas planteadas, el enfoque de incentivos, el cual es susceptible de ponerse en práctica mediante dos tipos de políticas, como lo son:

  1.  Impuestos y subsidios
  2.  Permisos negociables de descargas

Los impuestos y subsidios corresponden a un sistema centralizado, que exige una entidad administradora para aplicar el programa y se encarga directa y continuamente de las interacciones con los agentes contaminantes.

Los permisos negociables de descargas es un enfoque descentralizado en el cual una vez establecido el sistema y especificada las reglas fundamentales, el sistema debe funcionar automáticamente mediante las interacciones que se den entre los contaminadores y otras partes interesadas.

Profundizando un poco más en cada uno de estos conceptos, en cuanto a los primeros puede señalarse que los impuestos y subsidios es una de las formas, posiblemente, la más directa para controlar las emisiones de un residuo en particular.

Consiste en hacer que un ente autorizado para ello ofrezca un incentivo financiero para modificar estas emisiones, lo cual se puede realizar de dos maneras:

  • Aplicando un impuesto a cada unidad de emisiones
  • Suministrando un subsidio por cada unidad de emisiones que reduzca la fuente.

Cuando se aplica un impuesto a las emisiones, la empresa responsable por ellas debe pagar por los servicios prestados por el sistema natural (transporte, dilución, descomposición química, etc.) de la misma forma como pagan por todos los demás insumos utilizados en sus operaciones.

De esta manera, se permite que los contaminadores determinen libremente de qué manera pueden reducir mejor las emisiones, entrando en juego su propia energía, creatividad y deseo de minimizar costos para hallar la forma más idónea de reducir las emisiones, como puede ser una combinación de tratamientos, cambios internos de procesamiento, cambios en los insumos, reciclaje, etc.

La importancia de este enfoque de impuestos consiste en suministrar un incentivo para que los contaminantes por sí mismos hallen la mejor manera de reducir las emisiones, en lugar de tener una autoridad central que determine como debe llevarse a cabo esta tarea.

Un aspecto importante en los impuestos a las emisiones es establecer la alícuota de impuesto.

Un criterio puede ser establecer un impuesto para producir el nivel eficiente de emisiones, teniendo que los impuestos a las emisiones se fundamentan en el derecho a la utilización de los recursos ambientales, no en la noción de compensación entre sí.

De tal forma que si se considera una alícuota fija a las emisiones se generarían situaciones en las cuales los pagos tributarios totales por las empresas excederían considerablemente los daños remanentes.

En consecuencia y como una alternativa para evitar o minimizar los efectos de tal situación lo más indicado es crear un impuesto para las emisiones que excedan el límite superior de lo establecido, quedando libre de impuesto las emisiones que se encuentran por debajo de él.

Establecer la tasa de impuesto adecuada no puede ser un juego al azar. Debe considerarse que las emisiones están vinculadas a la calidad ambiental, es decir, cuanto menores sean las emisiones, menor será la concentración ambiental del contaminante.

El impuesto debe surgir de observaciones directas sobre el efecto por éste producido al ser aplicado en un intervalo de tiempo prudencial en el mejoramiento de los niveles de calidad ambiental.

Se trata pues, de un proceso sucesivo para hallar el impuesto correcto a las emisiones a largo plazo, ya que no se trata de considerar el nivel de tasa de impuesto adecuado, sino de considerar también que al querer responder a un impuesto, los contaminadores tendrían que invertir en una variedad de instrumentos y prácticas para el control de la contaminación, muchos de los cuales tendrían costos directos iniciales relativamente altos.

En cuanto a los subsidios para la reducción de emisiones, se diferencian de los impuestos en que éstos funcionan cuando se asigna un precio al activo ambiental en el cual están ocurriendo las emisiones, mientras que en el caso de los subsidios para reducir las emisiones, la autoridad pública paga al contaminante determinada cantidad de dinero por una cantidad de emisiones que reduzca a partir de cierto nivel como punto de referencia.

El subsidio funciona como una recompensa por reducir emisiones, actúa como un costo de oportunidad ya que cuando el agente contaminador escoge emitir una unidad de desechos, en efecto está renunciando al pago de subsidio que podría obtener si toma la alternativa contraria de restringir esa unidad de efluente.

Existe otra alternativa de subsidio más práctica que la ya señalada, tal como lo es el sistema de reembolso de depósitos, el cual consiste en la combinación de un impuesto y un subsidio.

El subsidio cancela a los consumidores cuando ellos devuelven un bien a un punto designado de recolección.

El propósito del subsidio consiste en suministrar el incentivo a las personas para que se abstengan de eliminar estos artículos de forma perjudicial para el medio ambiente. Por otra parte, los fondos para pagar el subsidio se consiguen al aplicar impuestos a estos artículos en el momento de comprarlos.

En sí, el propósito del impuesto no necesariamente consiste tanto en que las personas reduzcan el consumo del bien, sino en conseguir dinero para pagar el subsidio, pero denominando al impuesto depósito y al subsidio reembolso.

Los sistemas de reembolso de depósitos se adecuan muy particularmente a situaciones en las cuales un producto se dispersa de manera amplia cuando se compra y la disposición final es difícil o imposible de monitorear por parte de las autoridades.

La segunda política de incentivos a analizar es los Permisos Negociables de Descarga (PND).

En este sistema se crea un nuevo tipo de derechos de propiedad. Este derecho de propiedad consiste en un permiso para emitir contaminantes.

Cada permiso da la facultad a su portador de emitir una cantidad de material de desecho especificado en el permiso.

Un programa de permisos negociables de descargas se inicia con una decisión centralizada sobre la cantidad total de permisos de descarga que se colocarán en circulación y la adecuada distribución entre las fuentes responsables de las emisiones.

De esta forma un programa PND se diferencia de los enfoques de impuestos aplicados a los efluentes en que éstos hacen que las personas paguen por bienes que alguna vez obtenían en forma gratuita, mientras que los programas PND comienzan mediante la generación y distribución de un nuevo tipo de derecho de propiedad.

Desde un punto de vista político, quizás es más fácil que las personas estén de acuerdo con una política de control a la contaminación que comience mediante la distribución de nuevos derechos de propiedad valiosos, si se compara con el hecho de notificar a las personas que se encuentran sujetas a un nuevo impuesto.

Conclusiones

La lucha por mejorar las condiciones ambientales cada día es mayor. La búsqueda de soluciones ha pasado de sus propios límites y ha llegado a tocar las puertas en disciplinas que en principio no parecían tener relación alguna con ello, como lo es el área fiscal, económica y contable, como una posibilidad de encontrar alternativas novedosas e incentivadoras para mejorar la calidad de los ecosistemas.

No obstante, el éxito de cualquier estrategia para conservar y rescatar espacios naturales y mejorar la calidad del medio ambiente, depende en gran medida del comportamiento y actitud responsable y comprometida de la población que realmente desee vivir en un medio ambiente mejor y sin degradaciones.

Cita esta página

De La Cruz Rondón Victoria Emilia. (2004, mayo 14). Incentivos fiscales para proteger el medio ambiente. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/incentivos-fiscales-proteger-medio-ambiente/
De La Cruz Rondón Victoria Emilia. "Incentivos fiscales para proteger el medio ambiente". gestiopolis. 14 mayo 2004. Web. <https://www.gestiopolis.com/incentivos-fiscales-proteger-medio-ambiente/>.
De La Cruz Rondón Victoria Emilia. "Incentivos fiscales para proteger el medio ambiente". gestiopolis. mayo 14, 2004. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/incentivos-fiscales-proteger-medio-ambiente/.
De La Cruz Rondón Victoria Emilia. Incentivos fiscales para proteger el medio ambiente [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/incentivos-fiscales-proteger-medio-ambiente/> [Citado el ].
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