El acceso a la información se ha convertido en un condicionante importante del crecimiento económico y del bienestar. Acceder a las telecomunicaciones resulta, en tal sentido, un paso necesario hacia el objetivo más amplio del desarrollo económico.
Lejos de encaminarse en esta dirección, el acceso a los servicios de comunicación en el Perú es aún muy bajo. Esta situación es incluso más grave en las áreas rurales. Las razones detrás de la brecha rural-urbana en el sector pueden resumirse en dos aspectos: problemas de demanda y tecnologías adecuadas para la misma.
El primero encuentra fundamento en el bajo nivel de ingresos de la población rural, lo que no genera incentivos para la inversión privada. El segundo, por su parte, se relaciona con la ineficiencia en este mercado y con la adversidad geográfica de estas zonas, que implican la adecuación de tecnologías más específicas.
En un escenario en el que el servicio de telecomunicaciones se vislumbra como motor para el desarrollo local, el presente estudio tiene un doble objetivo: mostrar la importancia del tiempo de acceso al servicio como determinante de su uso y, sobre esta base, demostrar que este último genera un impacto positivo en el bienestar de los hogares.
En particular, se integra el análisis económico con el geográfico para mostrar que mientras menor sea el costo de acceder a los servicios de comunicación, mayor será la probabilidad de uso y, por tanto, mayor será el beneficio de los hogares.
Marco teórico y los proyectos de telefonía rural en el Perú
El impacto de las telecomunicaciones en el desarrollo ha motivado un conjunto importante de investigaciones. La mayor parte de ellas, no obstante, ha centrado su análisis en el nivel agregado. Contrariamente, el presente documento utiliza un enfoque microeconómico que busca calcular el impacto de una mayor oferta de servicios de telecomunicaciones en el bienestar del hogar. Internacionalmente, la literatura ha confirmado una relación positiva entre el uso del teléfono y su bienestar.
En el caso del Perú, existen trabajos que abordan esta temática: Torero (2000)4, por un lado, se enfoca únicamente en los usuarios residenciales de telefonía fija; mientras que Galdo (2001)5 y Torero etal. (2003)6, de otro lado, estiman la ganancia del excedente del consumidor generada por la instalación de teléfonos públicos rurales. El aporte de este estudio, en el contexto expuesto, reside en la inclusión de la variable de tiempo de acceso medida por métodos geográficos.
Ello contribuye tanto con el cálculo de los tiempos de desplazamiento, como con una propuesta para la ubicación óptima de los teléfonos rurales. Por otro lado, resulta importante evaluar los antecedentes de la telefonía rural en el país. Al respecto, el desarrollo de las telecomunicaciones ha sido bastante lento y reducido. Como se hizo mención, tal retraso es consecuencia de la agreste geografía y los bajos ingresos de la población rural.
Como respuesta a esta falta de incentivos del sector privado, el Estado se vio en la necesidad de promover su desarrollo a través de dos acciones.
Un primer esfuerzo se realizó mediante el proceso de privatización de los servicios de telecomunicaciones. A través de él, el Estado comprometió a Telefónica del Perú a expandir tales servicios, principalmente, en el área rural. En paralelo, no obstante, se creó un segundo mecanismo que tuvo como resultado la creación del Fondo de Inversión en Telecomunicaciones (Fitel). Su objetivo era promover el acceso universal a los servicios de telecomunicaciones, a través del financiamiento de la provisión de estos servicios en centros poblados rurales y de interés social que no se encontrasen en las obligaciones de Telefónica del Perú.
Toda vez que resulta necesario identificar centros poblados que se constituyan en polos de desarrollo a los que sea fácil acceder desde zonas aledañas, Fitel ha dado prioridad a los centros rurales cuya población estuviese comprendida entre 400 y 3.000 habitantes. Así, y con el objetivo de incrementar la cobertura sin importar la penetración, este fondo ha instalado teléfonos en 4.227 localidades a lo largo del país, como puede apreciarse en el cuadro 1. De esta forma, entre Telefónica del Perú y Fitel se han instalado más de 7.000 teléfonos rurales en el Perú.
No obstante, aún existe una brecha importante que debe reducirse: de las 70.000 localidades existentes en el Perú, 95% son rurales. Pero solo el 6,3% de estas cuentan con acceso a un teléfono público.
