Hay que ser como niño para alcanzar la sabiduría

Hacía los años 72, época en que una niña muy hermosa de siete años con cabellos largos, color canela, altiva, alegre, soñadora, llena de ilusiones, con un espíritu progresista con un corazón noble, empezó a sentir angustia y pavor por los incendios que se presentaban en la providencia donde vivía con sus padres y demás familiares, no le contaba a nadie su gran preocupación, por lo que en ciertos momentos no le dejaba dormir bien, lo más probable era que no tenía esa persona que estuviera en capacidad de aclararle la fobia que ella sentía, puesto que sus padres no tenían la suficiente educación para mostrarle la realidad de su gran temor.

Existen unos antecedentes que tal vez incitaron a que cada día se incrementará el miedo; ¡ y no era más¡, que el solo hecho de pensar que la casa donde vivía estaba construida de barro, no tenía puertas seguras y el techo era de palma, este último material propicio para generar fuego, no obstante nunca presenció una casa quemándose, pero si escuchaba los cuentos de las abuelas, cuando “Decían que las casas de palma ardían rápidamente y no había agua que las apagará”. Además que las familias que padecían este tipo de calamidad doméstica se les quemaba hasta la ropa, es decir quedaban sin nada, ¡en la calle.

A pesar de todo empezó a buscar estrategias que le ayudarán a resolver al interior de su alma la difícil situación. Entonces fue cuando se le ocurrió escribir en una libreta que hacía un año le había regalado una de sus madrinas, la señora Dorina Marrugo, ésta era de color azul, con un pajarito pintado en su portada principal, cuando vio ese animalito allí plasmado en el papel, pensó y dijo quiero ser como tú, para volar e irme de esta casa y poder conocer otro mundo, además tener la certeza de vivir en un sitio, que me proporcione seguridad y comodidad, pero en realidad no resolvía nada con ese pensamiento ambicioso, puesto que las condiciones económicas de sus padres no le permitían vivir en un lugar diferente.

Sin embargo inició el escrito que quería hacer, imagínese lo que pudo haber hecho?, ¡nadie lo puede creer que a esa edad y en aquel tiempo que esa niña tuviera imaginación para llegar hasta generar un texto, donde habló de las funciones cognitivas que el ser humano pueda tener al interior de su cerebro¡, tanto fue así que pienso que hubo un ser superior que la iluminó para en ese instante ella fuera capaz de redactar cinco páginas completas de un tema, del cual no tenía ningún tipo de conocimiento.

La única explicación lógica desde mí percepción es que tuvo la gran oportunidad de recibir en el corazón ese ser especial que ha vivido en su espíritu, desde que nació y que a medida que pasa el tiempo siente que siempre está con ella y da sabiduría y entendimiento para realizar tan brillante labor, como lo expreso “ su maestra de Español”, a quien ella le presentó el escrito, con el ánimo de que la profesora realizará las correcciones pertinentes, y de esta manera poder venderlo representado en un librito, con el propósito de recolectar fondos y comprarle a sus familiares la casa de sus sueños.

A pesar de sus esfuerzos por adquirir los recursos necesarios, no pudo realizar la compra debido a que sus padres se percataron de las actividades que la niña estaba haciendo, y empezaron a castigarla, según ellos por ser atrevida y no conformarse con que ellos podían darle.

Después de haber transcurrido cinco años, tuvo la suerte de hablar con un especialista en el tema, se trató de la Psicóloga de la Institución donde empezó sus estudios de bachillerato, y fue ella con sus conocimientos que le explicó, lo que significa la vida y que cada persona está en la tierra con un fin que cumplir, una misión, al principio no le entendió por los términos científicos que utilizó la brillante profesional al explicarle por qué? , ella sentía tanto miedo por el fuego, posteriormente empezó a comprender, y de allí en adelante, fue capaz de seguir escribiendo en su casita de mal aspecto, hasta cuando terminó sus estudios de la secundaria y empezó a trabajar en un supermercado, posteriormente se independizó cuando cumplió los 17 años.

Sin embargo ella por ser una persona positiva e insistente siguió escribiendo, pero ya no para comprar su casa, sino para presentar en un futuro su obra con todos los requerimiento que este tipo de actividad exige, es por ellos que a medida que pasan los años se ha ido preparando para alcanzar su gran sueño, esa ilusión que sus padres en su momento no le permitieron desarrollar.

Hoy por Hoy esa mujer agradece a Dios haberle puesto en esa situación a tan temprana edad, ya que fueron momentos muy difíciles, pero hoy en día se notan los resultados de esa experiencia maravillosa, en aras hacía la construcción de una escritora con sentido crítico, para ser ejemplo a la sociedad, en especial a sus hijos. Adicionalmente mostrar que la pobreza no es pecado, es pobre quien lo es del corazón y del espíritu.

Señor lector, adivine quién esa Mujer actualmente? ¿, Dónde está?, Cómo es?…

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Marrugo Tarrá Rosalba. (2005, agosto 30). Hay que ser como niño para alcanzar la sabiduría. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/hay-que-ser-como-nino-para-alcanzar-la-sabiduria/
Marrugo Tarrá Rosalba. "Hay que ser como niño para alcanzar la sabiduría". gestiopolis. 30 agosto 2005. Web. <https://www.gestiopolis.com/hay-que-ser-como-nino-para-alcanzar-la-sabiduria/>.
Marrugo Tarrá Rosalba. "Hay que ser como niño para alcanzar la sabiduría". gestiopolis. agosto 30, 2005. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/hay-que-ser-como-nino-para-alcanzar-la-sabiduria/.
Marrugo Tarrá Rosalba. Hay que ser como niño para alcanzar la sabiduría [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/hay-que-ser-como-nino-para-alcanzar-la-sabiduria/> [Citado el ].
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