Jaime ha leído que la visión de la IMF donde labora es “Ser la empresa líder en microfinanzas”. Sin embargo ha podido apreciar que las estrategias implementadas por la IMF no apuntan hacia la situación deseada futura y el personal no está consciente de la visión del negocio.
Ha podido constatar que las estrategias están encauzadas más hacia el logro de una meta de colocaciones que ha convertir a la IMF en una líder en microfinanzas.
Se ha percatado que se incentiva de manera abierta o en silencio cómplice, la colocación de créditos no minoristas, en abierta competencia con la banca múltiple. Para lo cual la IMF está dispuesta a ofrecer tasas de interés por debajo de su punto de equilibrio y asumir mayores riesgos, para ser «competitiva», olvidando que por su estructura de pasivos no puede competir con la banca y tampoco cuenta con Analistas especializados en la evaluación de créditos no minoristas.
Por otra parte, ha podido observar que los Analistas de Crédito ven dificultada su labor de colocar créditos a microempresas, debido a que en el ámbito de su mercado, la mayoría de potenciales clientes ya se encuentran al tope de su endeudamiento máximo o sobre-endeudados; y no existe una política institucional de ampliarse a nuevos mercados. Es decir, se persiste en continuar en un mercado saturado o al borde de la saturación y, peor aún, con los mismos productos, sin mayor innovación.
Asimismo dentro del personal no está claro cuál es el rumbo del negocio, puesto que el único mensaje que recibe es el de colocar, colocar y colocar.
Situaciones como las descritas son propias de las IMF que han perdido el horizonte y se encuentran atrapadas en el medio de la pirámide crediticia, peleando con los bancos y descuidando su mercado natural: los microcréditos. Además de aquellas atrapadas en el corto plazo, que sólo buscan la “foto” para salvaguardar los puestos de trabajo de los responsables.
Ante esto, lo único que queda es modificar la estrategia, cuántas veces sea necesaria, con tal de alinearla con la visión del negocio y alinear a todo el personal detrás de ella. No deben importar los resultados de corto plazo, cuándo se hace lo correcto.
Todas las acciones del personal y áreas de la organización deben estar alineadas bajo el mismo objetivo. No deben distraerse los recursos en aquello que no conlleve a la situación deseada y los productos que se estructuren deben estar pensados en función de los clientes que se pretende satisfacer.
Asimismo, el personal debe tener las competencias necesarias para es el puesto, buscando la especialización de los Analistas de Crédito.
Y lo más importante: dejar de atender a los clientes que no corresponden al segmento objetivo y ampliar el mercado hacía las zonas no atendidas.
Ha podido constatar que las estrategias están encauzadas más hacia el logro de una meta de colocaciones que ha convertir a la IMF en una líder en microfinanzas.
Se ha percatado que se incentiva de manera abierta o en silencio cómplice, la colocación de créditos no minoristas, en abierta competencia con la banca múltiple. Para lo cual la IMF está dispuesta a ofrecer tasas de interés por debajo de su punto de equilibrio y asumir mayores riesgos, para ser «competitiva», olvidando que por su estructura de pasivos no puede competir con la banca y tampoco cuenta con Analistas especializados en la evaluación de créditos no minoristas.
Por otra parte, ha podido observar que los Analistas de Crédito ven dificultada su labor de colocar créditos a microempresas, debido a que en el ámbito de su mercado, la mayoría de potenciales clientes ya se encuentran al tope de su endeudamiento máximo o sobre-endeudados; y no existe una política institucional de ampliarse a nuevos mercados. Es decir, se persiste en continuar en un mercado saturado o al borde de la saturación y, peor aún, con los mismos productos, sin mayor innovación.
Asimismo dentro del personal no está claro cuál es el rumbo del negocio, puesto que el único mensaje que recibe es el de colocar, colocar y colocar.
Situaciones como las descritas son propias de las IMF que han perdido el horizonte y se encuentran atrapadas en el medio de la pirámide crediticia, peleando con los bancos y descuidando su mercado natural: los microcréditos. Además de aquellas atrapadas en el corto plazo, que sólo buscan la “foto” para salvaguardar los puestos de trabajo de los responsables.
Ante esto, lo único que queda es modificar la estrategia, cuántas veces sea necesaria, con tal de alinearla con la visión del negocio y alinear a todo el personal detrás de ella. No deben importar los resultados de corto plazo, cuándo se hace lo correcto.
Todas las acciones del personal y áreas de la organización deben estar alineadas bajo el mismo objetivo. No deben distraerse los recursos en aquello que no conlleve a la situación deseada y los productos que se estructuren deben estar pensados en función de los clientes que se pretende satisfacer.
Asimismo, el personal debe tener las competencias necesarias para es el puesto, buscando la especialización de los Analistas de Crédito.
Y lo más importante: dejar de atender a los clientes que no corresponden al segmento objetivo y ampliar el mercado hacía las zonas no atendidas.
