El chantaje emocional

Laura tenía tres meses de relación con Roberto. Ante los ojos de los demás, todo funcionaba bien y a su juicio, el vínculo marchaba “sobre ruedas”, siempre que ella se mantuviera lejos de sus amigos y dentro de las expectativas de su novio. Si tomaba tiempo para salir sin él, le llovía una avalancha de castigos e incomodidades: él dejaba de hablarle, evitaba tener relaciones sexuales con ella y comenzaba a ausentarse.

Orlando es un vendedor de pólizas de seguros, está divorciado y vive con uno de sus hijos, una adolescente de 19 años llamada Rudy. Cada vez que él tiene una conquista e intenta estabilizar su vida en lo amoroso y parece haber encontrado una mujer adecuada para rehacer su vida, nota que “casualmente”, su hija se torna agresiva y comienza a salir mal en los estudios.

El caso de Andrés sigue una pista similar: es propietario de una pequeña tienda y vive con Magaly, una dama de gran simpatía y recio carácter, quien es, en edad, unos diez años mayor que él. Por la naturaleza de su trabajo, Andrés no tiene horario fijo y en ocasiones  le toca quedarse trabajando un poco más de lo planificado. Ella no soporta que el pase más de dos horas sin contactarla. De hacerlo, ella se aparece en la tienda sin decir nada y le armó un tremendo escándalo frente a sus empleados y algunos clientes que allí se encontraban. Camino a casa, estuvo llorando, y cuando él le dijo que ya estaba harto de ese tipo de situaciones, ella comenzó a respirar como si le faltara el aire y repentinamente, abrió la puerta del vehículo en marcha y amenazó con lanzarse a la calle.”Si ya no me quieres, nada me importa”, le dijo, al estilo de los mejores dramas de Hollywood.

Estos tres episodios tienen un elemento negativo en común: el chantaje emocional. El mensaje claro o disimulado que envía de una persona, que le dice a la otra que si no hace lo que se espera de ella, tendrá que atenerse a consecuencias desagradables. Se trata de una clara manipulación para obtener lo que se desea, a costa del sacrificio, malestar o esfuerzo del otro. Algunos etiquetarán estas conductas como astucia o bajeza, aunque podemos encuadrarlas en el marco psicológico de la baja autoestima.

Curiosamente, el chantaje emocional suele funcionar, solo que en el  corto plazo, ya que a mediano y a largo plazo produce saturación, hastío y deseos de huir, liberarse e incluso vengarse.

En algunos casos, en relaciones jerarquizadas, como las que se dan entre padres e hijos, jefes y empleados o líderes y liderados, la práctica del chantaje emocional es frecuente, intensa y a veces consciente, lo que puede bordear los límites de la psicopatología.

Aunque se trata de una práctica común y lo usual es que uno o varios en cada familia se sirvan de esta estrategia neurótica, conviene conocerla y ponerle freno. Por fortuna, existen puertas de salida para escapar de este tipo de situaciones.

Lo primero que debemos hacer es entender que las personas que asumen el chantaje como su esquema favorito para lograr sus metas en las relaciones, muestran rastros de una personalidad desvalorizada, dependiente e insegura. Se trata de individuos que no se creen capaces de lograr lo que desean o necesitan, de modos más sanos y ecológicos, que prefieren tomar el camino más fácil, o que se complacen en el acto mismo de dominar a sus semejantes.

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Puede usted hablar con la persona que lo chantajea, si es de las que muestra algún rastro de sensatez y racionalidad. Así, podría ayudarle a darse cuenta de su estilo manipulador y del efecto emocional que causa. Solo pocos están en este nivel, pues la mayoría actuará como si su justo reclamo es en realidad una ofensa.

Es fundamental realizar un cambio en el lenguaje,  pues es necesario superar las justificaciones o razonamientos de víctima, como: “qué más puedo hacer”, “es que me obligan”, “prefiero evitar”, “debe ser un karma”, etc. Asumamos que cada quien es responsable de lo que hace y en la mayoría de los casos, de lo que permite que le hagan. Salte al terreno de los adultos y deje de culpar a otros por lo que usted elige soportar o “tragarse”.

Otra recomendación es evitar la tendencia a discutir airadamente, o  enfrascarse en la idea de la venganza. Más bien, halague los cambios positivos si acaso se presentan, pues las conductas que son premiadas, tienden a repetirse.  También puede usted buscar ayuda terapéutica de manera individual o para todos los involucrados en el juego chantajista, y si habiendo  puesto de su parte, ve que las cosas no mejoran, puede pensar e la posibilidad de alejarse. Está claro que algunos no están dispuestos a revisarse y cambiar.

Si acaso la persona que se sirve del chantaje emocional es usted, le convendría tomar la decisión de abandonar ese mecanismo problemático, para asumir una conducta madura orientada a persuadir y no a forzar. Comprendamos que no todas se pueden ganar y que toca aceptar lo que no estamos en posibilidad de cambiar. Como ha señalado Albert Ellis, es irracional pensar que todos nos complacerán siempre. Además, nadie quiere verse obligado a hacer lo que no desea hacer. Piense usted en la desagradable sensación de tener que amar a juro, comer sin hambre o dormir sin sueño.

Aprenda a proveerse satisfacción de modos menos traumáticos. Lea libros de autosuperación, reflexione, llene su tiempo con actividades agradables y deje de vivir controlando a los demás.

Las relaciones son espacios de crecimiento y placer, cuya mayor contribución es enseñarnos a trascender el egoísmo. Amar es en esencia comprender y dar. No destruya sus relaciones con acosos sórdidos. Negocie, tolere, viva y deje vivir. Gracias por leerme.

El Dr. Renny Yagosesky es Ph.D en Psicología, Conferencista y Escritor.

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Yagosesky Renny. (2016, mayo 10). El chantaje emocional. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/el-chantaje-emocional/
Yagosesky Renny. "El chantaje emocional". gestiopolis. 10 mayo 2016. Web. <https://www.gestiopolis.com/el-chantaje-emocional/>.
Yagosesky Renny. "El chantaje emocional". gestiopolis. mayo 10, 2016. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/el-chantaje-emocional/.
Yagosesky Renny. El chantaje emocional [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/el-chantaje-emocional/> [Citado el ].
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