Muy a pesar de lo que se diga de Venezuela por los exorbitantes ingresos de las exportaciones petroleras que percibe, en el país se muestra un bajo índice de desempeño en materia microfinancieras.
Para comenzar desarrollemos el término, Microfinanzas. El mismo se refiere aquellas operaciones financieras ofrecidas a los micro-empresarios, (propietarios de una microempresa). Al hablar de microfinanzas entendemos entonces, que son los servicios financieros concedidos a microempresas o micro productores urbanos o rurales o micro actividades económicas de diversa índole, en cualquiera de los sectores, bien sea de transformación, prestación de servicios o comercial. Por tanto, la fuente de circulante de toda obligación por crédito, está en las ventas o ingresos generados por la actividad.
Según fuentes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento, en el último trimestre del 2008, Venezuela se encuentro junto a Argentina en materia micro-financiera en el último puesto, con 27.4 %. En el clima de inversiones, según este informe, Venezuela se ubica en el puesto número 10 junto a Ecuador con 41,3% y en el marco de regulaciones tiene una evaluación pobre (esta en el puesto 14 con 31,3%). En lo que se refiere a desarrollo institucional Venezuela, está en el puesto 15 con 16,7%. Todos estos porcentajes en referencia a 15 países de la región.
En este mismo orden de ideas, es importante reconocer, que en los últimos años el gobierno actual le ha dado carácter de obligatoriedad a los créditos dirigidos a las microfinanzas operando bajo el perfil de figuras comunitarias para acercarse a la población de bajos ingresos (80% de los venezolanos).
Pero el informe del BID afirma que el exceso de regulaciones no ha logrado incrementar este sistema de financiamiento, salvo por una minoría de bancos que ha elevado sus préstamos a este sector de emprendedores.
Las regulaciones del mercado financieros en el área de la microfinanzas ha hecho que el desarrollo de los bancos hacia este sector sea menor, y solo algunas instituciones tienen un mayor porcentaje de operaciones de microcréditos en Venezuela. Todo indica que le hacen falta más instancias que promuevan este tipo de microcréditos hacia el sector empresarial.
Considero que se debe mejorar de una u otra forma la seguridad Jurídica y aumentar significativamente el nivel de gobernabilidad, con el fin de fortalecer las microfinanzas, ya que se tienen antecedentes de naciones con económicas mucho más pequeñas y pobres que las nuestras y aventajan claramente a las más grandes y ricas, las observaciones son claras y difieren de las habitualmente consideradas para las inversiones tradicionales.
No basta con tener condiciones macroeconómicas y políticas estables, si no se cuenta con otras condiciones claves y más especificas para la regulación y operaciones de microfinanzas.
Si esto es tomado en cuenta se calcularía que en los próximos cinco años, las microfinanzas podrían atender un aproximado de 20 millones de personas en el país, con la salvedad de mejorar las condiciones anteriormente mencionadas. Cuánto más favorable es el entorno de negocios en nuestro país, más alta tiende a ser la utilización de los servicios de microfinanzas por parte de la población.
Es importante resaltar que al referirme en estos términos, tiene de manera implícita un componente importante como estrategia y oportunidad de desarrollo de la micro-unidad económico productiva, que indudablemente beneficiara a las familias que la componen, mediante mayores niveles de alimentación, educación, salud, entre otros, con la perspectiva de incremento paulatino de su propio acervo capital o riqueza.
Quiero finalizar este articulo de las Microfinanzas: una estrategia para el desarrollo económico de Venezuela con unas palabras del filosofo, escritor latino, científico y naturalista Plinio que muy bien nos llaman a reflexión: «Muchas cosas se juzgan imposibles de hacer, antes que estén hechas».