Hermenéutica de la ciencia y el método en la investigación

La hermenéutica encierra una pretensión de verdad, no verificable con los medios de la mitología científica, fundamentada sobre la lingüisticidad como modo de ser en el mundo, la comprensión y el acuerdo que se aspira. (Gadamer).

Significado de la hermenéutica

El ser humano por naturaleza es hermeneuta, porque se dedica a interpretar y develar el sentido de los mensajes y las situaciones que se presentan a lo largo de su vida, haciendo que su comprensión sea posible evitando con sus explicaciones los malos entendidos, favoreciendo adecuadamente su función normativa.

El Peri hermeneias, escrito por Aristóteles analiza el discurso poniendo de manifiesto la realidad y una interpretación de lo que es. La hermenéutica es considerada fundamentalmente el arte (Techné) de la interpretación humana.

Por esta razón, al interpretar la ciencia, podrían develarse elementos confusos porque a través de la historia de la humanidad los científicos han generado definiciones con perspectivas distintas o visiones antinómicas. Al analizar el concepto de ciencia, se destaca el pensamiento de Connat en el año 1951 dos visiones: una estática y otra dinámica.
La perspectiva estática, refiere una actividad que aporta al mundo información sistematizada influyente en la mayoría de los investigadores; la perspectiva dinámica alude, un conjunto de hechos, para explicar los fenómenos observados haciendo énfasis en el estado actual del conocimiento, al conjunto de leyes, teorías, hipótesis y principios.

Cabe significar, que la perspectiva dinámica llamada también heurística de la ciencia, se asume como una actividad que realizan los científicos, focalizando su atención en el descubrimiento, en las teorías y en los esquemas conceptuales interconectados básicos para investigaciones posteriores. Se precisa, en la visión heurística de la ciencia, el énfasis en la resolución de problemas más allá de los hechos y conjunto de información pues, éstos resultan importantes para el científico, porque le ayudan a encaminarse hacia teorías, descubrimientos e investigaciones futuras.

En tal sentido, los investigadores deben considerar en sus estudios las dos perspectivas de la ciencia analizadas, que aún siendo distintas, posibilitan los descubrimientos, la adquisición del conocimiento hecho, y avanzar en el conocimiento emergente con el fin de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos del mundo.

Otras perspectivas de la ciencia en las que se debe reflexionar, son dos visiones antinómicas de la ciencia emitidas por Sampson (1999) desde la óptica de la psicología social: perspectiva convencional o tradicional y la sociohistórica.

La visión convencional o tradicional, percibe la ciencia como un espejo de la naturaleza sin sesgos ni distorsiones cuyo objetivo es descubrir con el máximo grado de exactitud cómo es el mundo real; su trabajo es resolver los desacuerdos y distinguir que es cierto y correcto de aquello que no lo es. Los investigadores con esta visión son considerados positivistas pues, piensan cuando la ciencia es incapaz de resolver una situación es porque los datos o información son insuficientes para hacerlo, sólo es cuestión de tiempo para que la verdad sea visible.

En tanto, la visión sociohistórica, concibe la ciencia como una historia, donde los científicos fungen como los narradores y la realidad puede ser descubierta a través de las narraciones de ellas por parte de sus protagonistas. Aquí, no existe un árbitro neutral porque cada historia está relacionada con la orientación que le da su narrador, por lo tanto, no existe una historia única.

Esta visión de la ciencia, en la actualidad es denominada en las ciencias humanas investigación fenomenológica, naturalista, postpositivista o cualitativa, cuya labor de interpretación ha sido confiada a una disciplina compleja denominada hermenéutica siendo su función, traducir los mensajes de los sujetos informantes, a fin de ofrecer una comprensión de modo que se tornen inteligibles para quienes lo reciben.

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No obstante, los investigadores con visión positivista o pospositivista, deben fundamentar el análisis de los datos numéricos, de la información verbal, escritural o visual, en la hermenéutica por ser la disciplina de la interpretación que facilita la comprensión ubicándolos en los contextos situacionales respectivos para entenderlos.

Puede decirse, que la hermenéutica, es una posición que surge como reacción al positivismo, hacia fines del siglo XIX a manera de rechazo de una sola metodología de investigación que se adecuaba al método de las ciencias naturales exactas como único patrón para la comprensión racional de la realidad.

Conceptos clave para la investigación

Cuando vamos a investigar, se requiere de una reflexión sobre algunos de los conceptos clave que giran en torno a la ciencia que se han convertido en una tarea compleja porque existen riesgos de asumir fórmulas y estereotipos esquemáticos, que están muy lejos de explicar el verdadero sentido de la investigación: el conocimiento científico, el método, la técnica, la ciencia, investigación científica.

El Conocimiento Científico

El problema principal que enfrenta actualmente la investigación en las ciencias humanas en general y en las ciencias sociales en particular está relacionado con la metodología a utilizar. Quien así se expresa es Martínez-Miguélez (2006: 1) quien considera el obstáculo es esencialmente epistemológico, pues gira en torno al concepto de “conocimiento”, de “ciencia” y a la respetabilidad científica de sus productos: el conocimiento de la verdad y de las leyes de la naturaleza.

De aquí, la aparición, sobre todo en la segunda parte del siglo XX, de las corrientes postmodernistas, las postestructuralistas, el construccionismo, el desconstruccionismo, la teoría crítica, el análisis del discurso, la desmetaforización del discurso y, en general, los planteamientos que formula la teoría del conocimiento.

De acuerdo con Martínez- Miguélez (2004) la unión de estos dos procesos investigativos, la búsqueda de lo general-universal y lo particular-ordinario, ha exigido el desplazamiento de su ubicación, en el continuo Ciencia-Arte, desde la posición de una rigidez inadecuada para las ciencias humanas, hacia una más cercana al Arte; ha exigido un nuevo espacio a través metodologías cualitativas y cuantitativas (cada una en su propio campo y a su manera), que, especialmente en este lapso, se han ido caracterizando por su esfuerzo en poseer estas dos cualidades indispensables: ser sensibles a la complejidad de la vida humana actual, por un lado, y, al mismo tiempo, por el otro, aplicar procesos rigurosos, sistemáticos y críticos para lograr conocimientos defendibles epistemológica y metodológicamente ante la comunidad científica internacional.

En consecuencia, el conocimiento, está vinculado a la vida práctica del hombre, inmediato, directo, intuitivo y epistémico y todo lo que ve, se refleja activamente en el cerebro generando el conocimiento, se inicia con las sensaciones y percepciones primarias, posteriormente como nociones, conceptos y leyes universales.

Sin embargo, los investigadores no se conforman con conocer superficialmente esta realidad, desea superar la inmediatez de la certeza sensorial del conocimiento cotidiano, más profundo, cualitativo y diferenciador, con pretensiones de validez y confiabilidad para lo cual, utiliza un conjunto de operaciones, reglas y procedimientos sistemáticos que faciliten el proceso de conocer.

Este proceso investigativo, se clarifica con los postulados de Bunge (1982) cuando señalaba que existen dos tipos de conocimiento científico: uno cotidiano, sistemático, general, legal, predictivo y fáctico y el otro, es superficial, no sistemático, acrítico y práctico. Al relacionar estos dos tipos de saberes, se reproduce el pensamiento humano porque éste es el camino para alcanzar la verdad objetiva dado que, el contenido de los conocimientos no depende de la voluntad ni de los deseos del sujeto.

Lo presuntamente científico con sus métodos hoy, se ha convertido para los investigadores en una fórmula para resolver todo tipo de problema, dejó de ser un medio, un instrumento empírico, conceptual para conocer la verdad transformándose en el único instrumento del cual disponen las personas para construir su porvenir.

El Método en la investigación

Etimológicamente, el método surge del griego metha (más allá) y odos (camino), significa literalmente camino o vía para llegar más lejos; hace referencia al medio para llegar a un fin.

En su significado original esta palabra indica que el camino conduce a un lugar. En la investigación, consiste en el procedimiento para conocer una situación, evento o fenómeno. Quiérase o no, la mayoría de las ciencias y las disciplinas que las estudian, siguen teniendo como preocupación básica la formulación de un método de carácter universal que pueda sustituir la habilidad personal para investigar.

De acuerdo a lo antes citado, el método en la práctica investigativa, constituye la manera ordenada y sistemática para conocer una situación, evento o fenómeno. El orden, se refiere a cómo están ubicados los elementos que hacen parte de un proceso indagatorio colocándola en el lugar que le corresponde, conforma la dimensión epistemológica porque focaliza su atención en la organización del conocimiento.

Lo sistemático, comprende ese conjunto de reglas y procedimientos que contribuyen a alcanzar los objetivos determinados, se infiere, que se está haciendo referencia al paradigma epistemológico de la investigación pues, las técnicas permiten al sujeto indagador dar respuesta a sus interrogantes.

En el campo específico de las ciencias naturales y sociales en general, son interminables la variedad de métodos que existen para investigar constituyéndose, en los caminos propios que se adoptan en cada una de las disciplinas y áreas de conocimiento. Históricamente, la actividad científica ha sido dominada por tres métodos básicos de investigación surgidos en épocas remotas pero sin embargo, no han perdido su vigencia pues en esta primera década del siglo XXI son utilizados por los investigadores, ellos son: el Baconiano, Galileano y Cartesiano.

El Método Baconiano

El método Baconiano, de Francis Bacon (1561 -1626), surge en el siglo XVII durante la segunda etapa de la Edad Media, el problema de la ciencia y la filosofía se resuelven a través de dos métodos: el del argumento o razonamiento y el experimento, ambos concebidos como medios a través de los cuales se adquieren los conocimientos. En lo referente al razonamiento o método argumentativo, éste elabora las conclusiones que pueden ser aceptadas por una comunidad científica, sin embargo, no es garante de la verdad ni elimina las dudas, porque la mente humana no descansa hasta que la verdad sea descubierta por el método de la experimentación y concluye diciendo, que sólo el intelecto recibe la certeza y descansa en la posesión de la verdad después que se ha experimentad.

Vale reflexionar sobre el pensamiento de Bacon, cuando insistía, que el conocimiento científico no sólo conduce a la sabiduría sino también al poder, y la mejor ciencia es la que se institucionaliza llevada a cabo por grupos de investigadores, en contraste con la que permanece privada y es el resultado del trabajo de individuos aislados. El método Baconiano, postula el desarrollo del empirismo inductivo de la ciencia, por lo cual se afirma que la postura de Bacon respecto a la ciencia, es cualitativa.

El Método de Galileano

El método de Galileano, ha contribuido con lo que hoy se llama el método científico y también uno de los fundadores de la física clásica. Utilizando las observaciones experimentales, idealizaciones y deducciones lógicas, logró avanzar sobre la física aristotélica y cambiar conceptos que estaban firmemente arraigados desde hacía casi 2000 años.

Vale significar, que el pensamiento de Galileo Galilei (1564 -1642), establece una vinculación recíproca entre observación y la demostración, llamadas por él, las experiencias logradas mediante los sentidos y las demostraciones lógico-matemáticas de su necesidad. Según el científico citado, una observación no puede valer científicamente sin la relativa demostración de su necesidad, ni la demostración lógica y matemática podía alcanzar su «absoluta certeza objetiva» igual a la de la naturaleza, sin apoyarse en la experiencia en su punto de partida y confirmarse con ella al llegar a su conclusión.

Para alcanzar un conocimiento verdaderamente científico (pensaba Galileo), hay que lograr la comprensión de la necesidad intrínseca de los fenómenos de la naturaleza, la cual puede generarse por el cálculo matemático en la astronomía, el método experimental en la física.

Ambos procesos lógico-deductivos, están constituidos, uno por símbolos abstractos, otro por símbolos concretos, que llevan de la acumulación de observaciones y experiencias, a la comprensión cierta de su necesidad. Por su método experimental, buscó descubrir en el hecho observado una necesidad intrínseca por su vinculación con la causa que lo produce, su objetivo era expresar los fenómenos naturales matemáticamente por consiguiente, se hace necesario que el método científico se apoye en:

  1. La observación rigurosa de los fenómenos.
  2. Hacer repetidas experiencias y separar lo esencial de lo accidental.
  3. Formular hipótesis y corroborarlas con los hechos.

Con la reciprocidad de vinculación, Galileo se diferencia al mismo tiempo de Bacon porque éste representa el empirismo inductivo, mientras que Descartes el racionalismo deductivo, superando a ambos por su método experimental, que une la observación con la demostración, la experiencia con la necesidad. Se concluye afirmando, que el método de investigación Galileano es cuantitativo, puesto que Galileo como creador del método científico, centra su obsesión en la cuantificación de la realidad, su afán por expresar cualquier fenómeno de la realidad (aunque fuese a todas luces cualitativo) lo hacía mediante una fórmula matemática, esto le permitió desarrollar teorías novedosas y atrevidas para la época que le tocó vivir.

El Método Cartesiano

El método Cartesiano de René Descartes (1596 -1650), se desarrolla a partir de la duda, el examen de los problemas mediante el uso sistemático del análisis y la síntesis, buscaba reglas fijas para descubrir verdades, no para defender tesis o exponer teorías por eso, el procedimiento matemático es el que, desde un principio, llamó poderosamente su atención. El científico precitado explica también lo que es el análisis en un pasaje de la Geometría: «… Si se quiere resolver un problema, hay que considerarlo primero como ya resuelto y poner nombres a todas las líneas que parecen necesarias para construirlo, tanto a las conocidas como a las desconocidas. Luego, sin hacer ninguna diferencia entre las conocidas y las desconocidas, se recorrerá la dificultad, según el orden que muestre, con más naturalidad, la dependencia mutua de unas y otras.

El análisis es, pues, el primer momento del método. Dada una dificultad, planteado un problema, es preciso ante todo considerarlo en bloque y dividirlo en tantas partes como se pueda, se desarrolla a partir de la duda, el examen de los problemas mediante el uso sistemático del análisis y la síntesis. El método Cartesiano representa el racionalismo deductivo, por lo tanto, también es cuantitativo.

Los tres métodos básicos para abordar la actividad científica, se encuentran implícitos o explícitos en la mayoría de las variantes metodológicas que han adoptado las diversas escuelas filosóficas, en su defecto, las disciplinas científicas o áreas del conocimiento, ya que en este terreno son innumerables los métodos que se han adoptado en cada caso. En la actualidad, conceptos como método científico y metodología se han convertido en los verdaderos mitos de la cientificidad y de la tecnología moderna, ya que en torno a éstos se han construido numerosas escuelas, tendencias, paradigmas filosóficos y epistemológicos, los cuales han contribuido a alimentar numerosas inquietudes sobre el verdadero significado de éstos.

El conocimiento y el método científico

El conocimiento científico es, por definición de Mario Bunge (1982), el resultado de la investigación realizada con el método y el objetivo de la ciencia. Mientras que el método, en las ciencias es utilizado, primeramente, como el camino o proceso que el investigador ha de seguir para alcanzar un objetivo. (El conocimiento y conocimiento científico hoy día presenta autores con otras perspectivas, comparar)

Respecto al método científica en relación con el conocimiento, Martínez-Mígueles (2006) señala que la ciencia es, conocimiento de leyes generares observadas en casos particulares y suele ubicarse en un género determinado. . Este rasgo diferenciaría el conocimiento científico del conocimiento local y ordinario referido a un caso, entidad, hecho o individuo particular. Ya los filósofos escolásticos solían repetir que scientia non est individuorum (la ciencia no trata de individuos o casos particulares.

Cuando se habla de ciencia según Ander-Egg (2004: 58), se hace referencia a un conjunto de conocimientos, de tipo conjetural que pueden ser verdaderos o falsos que se obtienen de una manera metódica y se verifican en su validez mediante la contrastación empírica” Se evidencia en las tres perspectivas coincidencias al considerar a la ciencia como un conjunto de conocimientos, pues la base racional del método científico está constituida por el conjunto de ideas dice Martínez-Miguélez (2006), el objetivo de la ciencia consiste en obtener el conocimiento científico de acuerdo con Bunge (1982) y de acuerdo con Ander-Egg (2004) cuando se habla de ciencia, se hace referencia a un conjunto de conocimientos
Se trata de un método específico y determinado que recibe el nombre de científico, porque su origen, aplicación y desarrollo está fundamentado en las ciencias consideradas típicas, físicas y naturales. Existen distintos tipos de métodos de investigación bajo la modalidad de científico, en cuanto suponen formas de actuación que orientan y amplían el conocimiento de la realidad que nos rodea. Más aún, por la perfección y eficacia que han logrado, constituyen sin duda el método de investigación por excelencia.

Por esta razón, debe ser llamado método de investigación científico, en el que se puede distinguir su contenido o método propiamente dicho, formado fundamentalmente por la serie de etapas sucesivas a seguir para alcanzar el resultado pretendido y su base racional, constituida por el conjunto de ideas que sirven de fundamento y de orientación al método propiamente dicho, por ejemplo: la existencia de la realidad y la posibilidad de su conocimiento, a que se hace referencia al tratar las técnicas de trabajo de investigación.

Estas técnicas específicas de cada ciencia, pueden ser muy diversas, porque cada objeto de investigación reclama sus propias técnicas. Es importante destacar que el método de investigación científico, se concreta en un conjunto de trámites, fases o etapas. Por ello, parece que la mejor manera de expresarla consiste, en describir las actuaciones que comprende.

Se puede decir, que el método científico consiste en formularse interrogantes sobre la realidad del mundo, de los hombres, basándose en la observación, en las teorías ya existentes, en anticipar soluciones a estas cuestiones y contrastar con la misma realidad dichas soluciones previas o hipótesis, mediante la observación de los hechos, su clasificación y su análisis.
De tal manera, de acuerdo con Mario Bunge (1982), en el método de investigación científico se distingue la siguiente serie ordenada de operaciones:

  1.  Formular las preguntas correctamente.
  2.  Arbitrar conjeturas fundadas y controlables con la experiencia, para contestar las preguntas.
  3.  Derivar consecuencias lógicas de las conjeturas.
  4.  Arbitrar técnicas para someter las conjeturas a contrastación.
  5.  Confrontar estas técnicas para comprobar su relevancia y la fe que merecen.
  6.  Análisis e interpretación de los resultados.
  7.  Estimar la verdad de las conjeturas y la fidelidad de las técnicas.
  8.  Determinar los dominios en los cuales valen las conjeturas y las técnicas, y formular los nuevos problemas originados por la investigación.

Por otra parte, la investigación científica reclama, en la búsqueda de la solución al problema de investigación elegido, en lugar de proceder a la aventura, se trabaje ordenada e inteligentemente, imaginando las soluciones al problema más probables o hipótesis, a fin de proceder primero a su verificación, guiándola y orientándola en todas sus fases.

Después de formular las hipótesis y las consecuencias que la especifican, es preciso proceder a su prueba con los hechos. No obstante, la actuación siempre ordenada e inteligente, presupone el método científico exigiendo la planificación previa de dicha prueba. A este fin se orienta el diseño de la investigación, determinando la forma concreta de realizar la verificación en un caso concreto.

Luego de establecer la pauta a seguir en la recolección y tratamiento de los datos, determinando cuáles son necesarios, el procedimiento de su obtención, la forma de tratamiento o análisis posterior, así como, las técnicas adecuadas para la recolección de los datos, que deben ser objeto de prueba para contrastar su validez y seguridad, puedo afirmar entonces que el método científico, es un conjunto de procedimientos generado para obtener conocimientos con una cierta garantía de seguridad y certeza, es por su naturaleza misma, el campo en el cual mayores, más profundos y rápidos cambios deberían producirse.

Las técnicas en la investigación

Mientras las técnicas tienen un carácter práctico y operativo, según Ander – Egg (2004), los métodos se diferencian de ellas por su carácter global de coordinación de operaciones. Estas se engloban dentro de un método, a la inversa, un método comporta el uso de diferentes técnicas. Sin embargo, en la práctica de determinadas tecnologías sociales, no siempre resulta fácil delimitar claramente las fronteras que separan los métodos de las técnicas. La confusión muchas veces deriva del hecho de considerar el método como un conjunto de técnicas generales, pero en sí, es un conjunto de instrumentos regidos por normas y reglas.
Por consiguiente, el método es más que un conjunto de técnicas, porque implica fundamentos epistemológicos y filosóficos que orientan, dirigen y estructuran todo el conjunto de operaciones, reglas y procedimientos fijados de antemano por el investigador. Por otro lado, con el modelo empirista, se puede confundir el método y las técnicas, por lo tanto, es necesario recordar que este modelo plantea la actividad científica como una reducción del registro de los hechos recogidos a través del despliegue de un instrumento técnico, observación, entrevistas, cuestionarios los cuales, se aplican a una realidad existente, percibida cotidianamente por el investigador donde la teoría, no tiene ninguna significación.
Este factismo empirista, puede operar sobre los hechos, de esta manera se ahorraría el trabajo de analizar los conceptos que se emplean prescindiendo de toda construcción teórica. No se trata de ignorar la teoría, sino de sustituirla por el método. La dimensión filosófica que orienta el método científico, es lo que permite diferenciar el método de la técnica. La falta de definición de estos dos conceptos ha devenido en confusiones entre el procedimiento y el camino para alcanzar un fin determinado, con los medios e instrumentos que los hacen posible.

La ciencia y la investigación científica

Investigación científica, proviene del latín in-vestigium que significa en pos de la huella, la planta del pie y por extensión la huella que queda; esto puedo interpretarlo de la siguiente manera: para alcanzar el conocimiento debo seguir un camino de manera sistémica en el que voy dejando una huella, la cual podría significar la generación, creación y proposición de nuevas teorías del conocimiento.

Visto de esta forma, a pesar de no existir un acuerdo entre los científicos para definir la investigación científica, se adopta en estas reflexiones el pensamiento de autores de diferentes épocas para considerar, que la investigación científica es el conjunto de actividades sistemáticas, críticas y reflexivas fundamentadas epistemológicamente en procesos metodológicos que el ser humano utiliza para resolver situaciones y descubrir conocimientos.

Dentro de ese marco de pensamiento, Martínez-Miguélez (2006) señala que el ser humano, como ser vivo, no es un agregado de elementos yuxtapuestos; porque es un todo integrado que constituye un suprasistema dinámico, formado por muchos subsistemas perfectamente coordinados: el subsistema físico, el químico, el biológico, el psicológico, el social, el cultural, el ético-moral y el espiritual lo cual, constituyen la personalidad, y su falta de integración o coordinación desencadena procesos patológicos de diferente índole: orgánica, psicológica, social, o varias juntas. Por ello, la complejidad y unicidad de la persona requiere también una interpretación diferente del concepto de ciencia, con su fundamentación filosófica y rigurosa metodología.

Reflexionando sobre la ciencia, se puede inferir en el sentido estricto de la palabra, que es un conjunto sistemático de conocimientos sobre la realidad observable obtenidos mediante la aplicación del método científico para su comprobación y descubrimiento. Desglosando en partes esta definición, se puede sintetizar, que está configurada por los siguientes su contenido, campo de acción, procedimiento y comprobación.

De la interrelación de estos elementos, se construyen nuevas teorías, lo que permite considerar que la ciencia es un cuerpo de conocimientos teóricos producto de la investigación científica. Debido justamente a esa necesidad de orden y seguridad, con la cual a los investigadores les gusta garantizar el progreso de sus indagaciones, la historia de la ciencia muestra que no necesariamente la producción de conocimiento ha seguido siempre los cánones establecidos. Sea a través de los procedimientos tradicionales o no; trátese de métodos cuantitativos o cualitativos, el carácter regulador del método científico y su acción, es una condición de fuente de seguridad y de legitimidad pues su carácter perfectible, vulnerable y la necesaria consideración de su transitoriedad, genera confianza en los procesos investigativos.

De allí la credibilidad que tiene el pensamiento de Mario Bunge (1982), quien establece que la ciencia amplía los conocimientos acerca de la investigación científica, porque enfoca algunos postulados relacionados con el método pues, a través de la reflexión, los seres humanos se capacitan para aprehender el mundo que lo circunda obteniendo, las ideas y representaciones conceptuales del espacio vital, en la convivencia con otros seres humanos generan las ideas reales, basadas en el comportamiento.

En esa perspectiva, el conocimiento, que se fue formando a través del conjunto de ideas obtenidas, puede coadyuvar la información para que pueda actuar, discernir entre el conocimiento científico y la ciencia en el campo de la realidad observable. Esta ciencia tiene el privilegio de ser más precisa, exacta, elaborada y cuantificada. Para entender cualquier actividad humana compleja, según Kerlinger y Lee (2002) es necesario comprender el lenguaje y el enfoque de quienes la realizan. Así sucede con la ciencia ya que se debe conocer y entender, al menos en parte, el lenguaje científico y su enfoque en la solución de problemas dado que, “una de los aspectos que tiende a confundir a los estudiantes es la forma particular en que los científicos utilizan palabras ordinarias y las inventadas” (p. 3). Para los autores, la ciencia es una palabra malinterpretada pues, parece ser que hay tres estereotipos populares que dificultan el entendimiento de la actividad científica:

  1.  Uno es el de bata blanca-estetoscopio-laboratorio, que percibe a los científicos como individuos que trabajan con hechos en laboratorios; usan equipo complicado, hacen muchos experimentos y amontonan hechos con el propósito final de perfeccionar a la humanidad. Así, aunque sean exploradores poco imaginativos en busca de hechos, se les redime por sus nobles motivos. Puede creérseles cuando, por ejemplo, dicen que tal o cuál dentífrico es bueno para usted, o que no debería fumar cigarrillos.
  2.  El segundo estereotipo de los científicos, consiste en que son individuos brillantes que piensan, elaboran teorías complejas y pasan el tiempo en torres de marfil alejados del mundo y sus problemas. Son teóricos poco prácticos, aun cuando su pensamiento y teorías ocasionalmente tengan resultados de significación práctica, como la energía atómica.
  3.  El tercer estereotipo equipara erróneamente a la ciencia con la ingeniería y la tecnología: la construcción de puentes, el mejoramiento de automóviles y misiles, la automatización de la industria, la invención de máquinas para enseñar. El trabajo del científico, según este estereotipo, está dedicado a optimizar inventos y artefactos. Se concibe al científico como una clase de ingeniero altamente especializado que trabaja para hacer la vida más cómoda y eficiente.

Estos estereotipos limitan a los investigadores noveles, para entender la ciencia, las actividades y el pensamiento del científico, y la investigación científica en general. Por tal motivo, a continuación abre un espacio para que el lector interprete otras definiciones y utilice la que considere más apropiada.

Según palabras de Ander-Egg (2004), al referirse a la ciencia, trata de no caer en la superficialidad del término por su complejidad y por tratarse de algo que todavía se está haciendo, unido a la diversificación de los quehaceres de las diferentes disciplinas científicas, y presenta con cautela una noción de la ciencia.

En su primera aproximación a partir de la etimología de la palabra; el término ciencia deriva del vocablo latino scientia, que significa saber, conocer. Esta noción concuerda con su raíz scio, que deriva del griego isemi, verbo que también equivale a saber en toda la extensión de este término, en el sentido de tener noticia, estar informado, conocer. En su sentido general, teniendo en cuenta su etimología, la palabra ciencia alude a toda clase de saber. Sin embargo, en el sentido moderno del término, la ciencia es una forma de saber (p. 57).

En este amplio espectro, Ander-Egg (2004) sugiere que la ciencia se entiende como proceso pues, designa un conjunto de actividades en los ámbitos académicos universitarios, cuya esencia es investigar problemas. En enmarcan los paradigmas epistemológicos de la investigación. Pero al mismo tiempo, alude al producto o resultado de esas actividades, métodos y procedimientos que conllevan al surgimiento de producción de conocimientos y fuente de aplicaciones procedimentales.

En ese marco referencial, se destaca que la formación de profesionales con competencias sobre la investigación, es una de las funciones fundamentales de la universidad la cual, se debe consolidar con los estudios doctorales orientada siempre .por la ciencia, la cual según Sierra Bravo (2005) se define, en sentido estricto, como un conjunto sistemático de conocimientos sobre la realidad observable, obtenidos mediante el método de investigación científico con tres los elementos que configuran su naturaleza: un contenido, un campo de actuación y un procedimiento o forma de actuar a saber:

  1.  En cuanto su contenido la ciencia, está constituida exclusivamente por un conjunto de conocimientos sobre la realidad, en forma de conceptos y de enunciados interrelacionadas entre sí o sistematizadas y forman lo que se llama la teoría.
  2.  El campo de actuación propio y único de la ciencia es la realidad observable de este mundo en que viven las personas. Considerando que lo no empírico o lo trascendente, cae fuera del campo de la ciencia en sentido estricto.
  3.  Mientras que, el método de investigación científico, se tipifica como procedimiento o forma de actuación en la formación de conocimientos que la integran.

La ciencia, en cuanto cuerpo de conocimientos teóricos, no es otra cosa que el resultado de la investigación científica realizada de acuerdo con el método de investigación científico.

Afirma Sierra Bravo (2005) que los objetivos fundamentales de la ciencia, en relación con su campo de actuación (la realidad de este mundo), son cuatro: analizar, explicar, prever o predecir y actuar. El primer objetivo de la ciencia es saber cómo es la realidad, qué elementos la forman y cuáles son sus rasgos. Después de conocer cómo es la realidad, su segundo objetivo es explicarla, llegar a establecer cómo se relacionan sus distintas partes y por qué es como es la realidad.

Estos son los objetivos básicos principales de la ciencia. Su consecución la capacita para alcanzar los otros dos objetivos indicados, que por ello son derivados o aplicados: la predicción y la actuación. Por una parte, si la ciencia logra saber cómo es un sector de la realidad y los factores que lo explican, entonces estará en condiciones de prever los acontecimientos que tendrán lugar en dicho sector de la realidad. Por otra parte, el mismo conocimiento del cómo y porqué de un sector de la realidad, faculta también para actuar, da poder para transformar esa realidad e influir en ella en mayor o menor grado.

La ciencia, de hecho, en nuestros días, ha concedido un poder inmenso al hombre, Este poder es peligroso, ya que puede ser utilizado para el bien o para el mal.

Posición del investigador frente a la ciencia y la tecnología

Me llama poderosamente la atención que entre los investigadores que han recorrido la historia de la humanidad, nos obligan a reflexionar sobre las posiciones que debemos asumir ante la ciencia y la tecnología dado que, ambas son las actividades humanas que más cambios importantes están sufriendo en todos sus paradigmas. Por ejemplo, en la Física, ha contribuido en la relativización de los grandes dogmas de la física mecánica o newtoniana, que a su vez descansa sobre la filosofía cartesiana, una forma de percibir la realidad a través de una racionalidad basada en el pensamiento analítico.

Cabe mencionar, que la física newtoniana no es válida para explicar lo muy pequeño o lo muy grande. Entre las aportaciones correspondientes destacan, la comprobación de que los átomos no son elementos sólidos y fijos, sino prácticamente vacíos en continua vibración, en los que sus partículas son a la vez ondas. Por otra parte, Einstein, en su teoría de la relatividad, descubrió que la masa (materia) no es más que una forma de energía comprimida, que el tiempo y el espacio son mutuamente dependientes. De acuerdo con este principio, según sea nuestra posición y velocidad, nuestras mediciones darán resultados diferentes, lo que supone un nuevo revés contra la objetividad cartesiana.

Al contrario que la Física, la Biología ha continuado aferrándose al viejo paradigma. Se ha pretendido contemplar la actualidad del debate biológico como una tendencia a que la Naturaleza deja de verse como una máquina y vuelva a la vida, es decir, una evolución desde el maquinismo hacia una especie de neovitalismo basado en la teoría de la naturaleza.

Debo destacar, que en la actualidad, la concepción organicista del planeta, conocida por Lovelock (1989), como hipótesis Gaia, para quien la Tierra se comporta como un organismo vivo (Gaia), en el que los diferentes seres que lo componen colaboran en el mantenimiento del equilibrio global, al igual que nuestros órganos y células contribuyen a mantener nuestras constantes vitales.

Esta concepción contradice la visión de los estudios científicos actuales, pero tiene la virtud de despertar la conciencia de la necesidad de cambiar las viejas metáforas sobre como funciona la Naturaleza, para permitir, con esta nueva metáfora, la creación de las bases de una práctica empírica de la medicina planetaria, especialmente para problemas netamente globales, como los que aquejan actualmente a la Tierra (disminución de la capa de ozono, calentamiento global).

En cuanto al avance Tecnológico, se considera que ha sido uno de los triunfos más palpables del antiguo paradigma, especialmente en el presente siglo. Sin embargo, este avance ha provocado importantes modificaciones en la percepción humana del mundo, convirtiéndose en un peligroso elemento de pérdida de identidad cultural y control de nuestras vidas.

En este sentido, Mcluhan en la década de los noventa (1990), planteó que la conciencia humana se proyecta hacia el mundo a través de la electrónica, empujando a la humanidad hacia un futuro basado en la robótica; es decir, que la naturaleza del hombre se está traduciendo rápidamente en sistemas de información, que producirá una enorme sensibilidad global y suprimirá todo secreto.

Ante el progresivo desfase entre cultura y desarrollo tecnológico, es muy importante tomar conciencia de la necesidad de un control democrático del desarrollo tecnológico, que según Diéguez (1993), significaría el abandono de las tesis deterministas (positivas o negativas) sobre el poder de la tecnología, y la adopción de una responsabilidad en su control por parte de todos.

La tecnología es la técnica basada en la ciencia cuyo desarrollo sirve a la vez de sostén a nuevas teorías científicas, hoy día representa para la humanidad una gran esperanza y al mismo tiempo es una gran amenaza. Por una parte, se confía en ella para resolver los grandes problemas que aquejan actualmente el planeta, pero, por otra parte, se constata el fracaso en el cumplimiento de muchas de las promesas que se le asociaban.

Para prevenir esos fracasos, Martínez-Migueles (2006: 6) reflexiona sobre; el “Enfoque Centrado en la Persona (ECP) de Carl Rogers, asume la Nueva Ciencia, bajo el punto de vista teórico, y la lleva a un alto nivel práctico de excelencia, primero en la terapia, luego en la educación y, más tarde, en toda relación interpersonal y social” el cual nace y se desarrolla asumiendo un enfoque de la naturaleza del conocimiento y de la ciencia que ya se había establecido en las áreas más avanzadas de la física, la lingüística, la biología y gran parte de la misma filosofía de la ciencia.

Para mayor claridad y simplificación del enfoque rogeriano centrado en la persona, Martínez-Migueles (2006) utiliza el concepto de asesor para referirse indistintamente a la persona que ejerce una función orientadora como el terapeuta, el psicológico, el maestro o docente, al responsable patronal, al trabajador o trabajadora (a) social, al líder sindical, líder social o líder político; e igualmente, asigna el término asesorado para referirse a la persona atendida por cualquiera de estos profesionales, ya sea un cliente, un paciente, alumno o tesista, una persona humilde objeto de ayuda social, un grupo de obreros, un grupo social o un grupo político.

Se ha podido evidenciar, a lo largo de todo el siglo XX, una transformación radical del concepto de conocimiento y del concepto de ciencia. Estamos llegando a la adopción de un nuevo concepto de la racionalidad científica, de un nuevo paradigma epistemológico.

Podemos afirmar, el momento histórico que viven los jóvenes les permite adquirir más conocimientos que los docentes por las habilidades desarrolladas a través de las tecnologías de la información y la comunicación. De allí que los investigadores y los profesores no pueden competir con la cantidad de que los jóvenes permanecen conectados en los diferentes sitios que les ofrece la INTERNET y no precisamente buscando conocimientos académicos.

A manera de reflexión

El desafío que hoy tenemos los docentes, en los diferentes niveles y modalidades educativas en el mundo entero, están reñidas con la creatividad y la velocidad que tienen las nuevas generaciones para utilizar las tecnologías entre la que destaca la computación ubicua y los blogs propiciando nuevas propuestas que podría plantear un caos de conocimiento en nuestros académicos.

Por ello, debemos aprovechar las oportunidades de un mundo en el que la tecnología marca los nuevos valores, los modos de enseñar, aprender, investigar, participar y hacer política. Por consiguiente, es necesario entender la curiosidad de la gente joven y ayudarla a comprender sus elecciones y las consecuencias que ellas tienen. En ese sentido, cabe preguntarse ¿Cómo orientaría un docente a los jóvenes sobre la ética de la investigación si no puede enfrentar los desafíos que representa la Internet en el aula? ¿Cómo será la participación cívica de los investigadores experimentados sobre los métodos científicos al lado de los jóvenes investigadores en la sociedad informatizada?

Cabría entonces preguntarse ¿Los docentes investigadores, tutores, asesores y la metodología de la investigación de hoy se quedaron en el pasado? Y los jóvenes ¿Pertenecen al siglo XXI o más allá, puesto que los niños y jóvenes viven en un mundo donde las imágenes, la violencia en los videos juegos y los métodos de enseñanza – aprendizaje no se han actualizado. Y para colmo las reformas educativas cuando se publican ya están obsoletas pues, existe ausencia total de jóvenes opinando sobre la educación que necesitan y les gustaría tener.

No obstante, cada vez más los niños y jóvenes demuestran entusiasmo con los proyectos de investigación sobre problemas de la vida diaria. Pero, funciones que los docentes realizan no poseen una base sólida de conocimientos, por consiguiente, no pueden desarrollar un pensamiento crítico en los investigadores noveles.

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Guanipa Pérez Mary. (2009, marzo 30). Hermenéutica de la ciencia y el método en la investigación. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/hermeneutica-de-la-ciencia-y-el-metodo-en-la-investigacion/
Guanipa Pérez Mary. "Hermenéutica de la ciencia y el método en la investigación". gestiopolis. 30 marzo 2009. Web. <https://www.gestiopolis.com/hermeneutica-de-la-ciencia-y-el-metodo-en-la-investigacion/>.
Guanipa Pérez Mary. "Hermenéutica de la ciencia y el método en la investigación". gestiopolis. marzo 30, 2009. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/hermeneutica-de-la-ciencia-y-el-metodo-en-la-investigacion/.
Guanipa Pérez Mary. Hermenéutica de la ciencia y el método en la investigación [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/hermeneutica-de-la-ciencia-y-el-metodo-en-la-investigacion/> [Citado el ].
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