Análisis de producción agroindustrial del proyecto Biocafé

Introducción

El artículo da cuenta de la importancia de la biodiversidad en los cafetales, el valor y el papel de la investigación participativa. Analiza las estrategias participativas del proyecto Biocafé  y, ante la expectativa de que la demanda comercial de café continúe en aumento, hace recomendaciones para incentivar su producción bajo sombra y buscar nichos de mercado (interno e internacional), especializado para café de altura de calidad. Concluye que los diferentes actores sociales que hoy se contraponen en la cadena de producción, deben lograr alianzas productivas y relaciones sociales solidarias para tener un nuevo arreglo del clúster cafetero porque la cafeticultora mexicana requiere de apoyos acordes a los cambios globales.

El trabajo está organizado en tres líneas: se muestra la importancia de la biodiversidad en los cafetales, el papel de la investigación participativa. Se describe la metodología de trabajo grupal; la tipología según elementos sociales, económicos y de manejo, para finalmente presentar las conclusiones.

En México, la producción agraria es de interés nacional pero sólo se cuenta con estudios de ciertas regiones, para algunos productos o la historia de ciertos periodos. Para su entendimiento tenemos algunas piezas del mosaico, aún más, con la relevancia de los criterios ecológicos en los últimos años, no solamente hace falta completar la evolución de la producción agraria sino evaluar sus impactos en la drástica transformación de las comunidades naturales. No menos importante es el entendimiento de la tenencia de la tierra y su impacto en las estrategias de organización.

Calidad del café

Las principales consecuencias de la modificación al artículo 27 constitucional (1992) y la integración de la tierra social al Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares (Procede) se promovieron cambios en el sistema ejidal de tenencia de la tierra, así como en la gestión, distribución y propiedad de la tierra. Las formas de propiedad de la tierra se han transformado desde los antiguos territorios indígenas, menguados durante la Colonia por la imposición de las haciendas, hasta el triunfo de la Revolución de 1917, cuando el estado repartió a los antiguos trabajadores de las haciendas, libres o solidarios, que posteriormente se convirtieron en ejidatarios cafetaleros. Así, ambos sectores sociales –ex hacendados y ejidatarios–, antagónicos por naturaleza, constituyen hoy el motor de la cafeticultora mexicana del siglo xxi, que integra un sólido sector agrícola, pero dependiente de los vaivenes del mercado internacional (Córdova, 2009).

En 1930, bajo la batuta de Estado, se dirigió al país hacia la modernidad, con la reorganización corporativa de los trabajadores, la participación de la banca, obras de infraestructura y el desarrollo de un modelo agro exportador. Con el Procede, los ejidatarios obtienen certificados individuales de titulación de sus parcelas, le dan al ejidatario el derecho a vender, rentar o arrendar legalmente sus tierras, además de no estar obligados a trabajar personalmente su parcela. Al mismo tiempo, se establecen los mecanismos legales que permiten la asociación de los ejidatarios con el capital privado nacional y extranjero.

Estos cambios en la Ley Agraria repercutieron fuertemente en la cafeticultura, no sólo en la ejidal, sino también abrió la puerta a la inversión industrial en el mercado de la tierra. Sus posibles consecuencias para la biodiversidad incluyen los cambios acelerados en el tamaño de los cafetales y también del bosque de niebla, el impacto de diferentes tecnologías en el aprovechamiento los recursos naturales, ahora de beneficio común, otros cambios de uso del suelo y la introducción de nuevos protagonistas sociales en cada región. Por ello, el estudio de la cafeticultora y su contribución a la sustentabilidad nos parece un tema de amplia trascendencia.

La interpretación integral es aún una tarea por realizar. Destaca el enfoque agroecológico que tuvo su origen en las investigaciones realizadas por el doctor Efraím Hernández Xolocotzi (1985) y la herencia que dejó en diferentes académicos; los estudios regionales con un enfoque de sistemas (García et al., 1988 y 2000); los estudios etnoecológicos (Toledo et al., 1972,1978) y recientemente los estudios de la sustentabilidad de sistemas de producción (Masera y López-Ridaura, 2000) que paso a paso, se integran en enfoques, métodos, técnicas y disciplinas para dibujar la complejidad del campo mexicano.

Importancia de los cafetales

En el marco histórico, el café es una aportación cultural de Europa al nuevo mundo a partir de que las tierras fértiles de América Latina recibieron el grano (1723), su producción se convirtió en una codiciada mercancía capaz de generar grandes capitales en un tiempo relativamente corto. La fiebre ocasionada por su producción afectó a criollos, mestizos e inversionistas extranjeros quienes lo bautizaron como grano de oro (Córdova, 2002).

Históricamente, la cafeticultora está íntimamente relacionada con el desarrollo del capitalismo del Porfiriato (Córdova, 2002). Preguntarse en plena crisis de café,  es una interrogante que puede contribuir a explicar el papel de la cafeticultura en el desarrollo regional.

En México, el cultivo de café es un renglón de relevancia económica, 3 social y ecológica.

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Su cultivo se extiende sobre las vertientes del Golfo de México y Pacífico en el centro y sur del país, con distintos tipos de manejo que se pueden simplificar en cinco principales sistemas de producción que influyen en diversos ecosistemas, formas de organización campesina y problemáticas regionales (Nolasco, 1985; Moguel y Toledo, 1999; Hernández-Martínez, Manson y Contreras, 2009). Se cultiva en 12 estados de la República Mexicana, predominando los pequeños productores. Se tiene una superficie de 761,000 hectáreas pertenecientes a cerca de 300,000 cafeticultores, de ellos, 180,000 son indígenas. En la década de los años noventa, 2.5 millones de personas dependían de él, directa o indirectamente, y no menos de un millón de jornaleros lo hacen durante los periodos de cosecha. El ciclo 1996-1997 alcanzó la cifra de 846 millones de dólares por exportaciones, a partir de este punto se presenta una situación descendente, con un leve repunte para el ciclo 1999-2000 en el que rebasó los cinco millones de sacos, representando cerca de 5% del mercado mundial. Para el periodo 2001-2004, la cifra no varía sustancialmente. En el cuadro 1 se muestra la elasticidad ingreso de los productores, destaca que desde 1997 mientras el volumen de exportación disminuye 25%, el valor se abatió en 69%, esta caída fue absorbida principalmente por los productores. El fenómeno destaca todavía más en el ámbito mundial, con un crecimiento en las exportaciones de 12.4%, al mismo tiempo de una disminución de casi 58% en los valores.

La región centro de Veracruz durante el ciclo de cosecha 2000-2001, contribuyó a la producción estatal con 42%, ya que cuenta con 21,000 productores y más de 58,000 hectáreas cultivadas con café, lo que corresponde a 7.3% de la superficie cultivada en el ámbito nacional (Consejo Mexicano del Café, 2002). La producción en los últimos años no ha variado sustancialmente y las cifras cambian según la fuente de información. Esto hace que la región sea considerada la segunda zona productora de café más importante del país (Marchal y Palma 1985; Manson et al., 2008).

El café tecnificado es producido con insumos externos a la finca, fue impulsado para aumentar la productividad de los cafetales en mercados con mayor explotación de mano de obra y menores costos. Así se incorporaron nuevos productores de África y Asia causantes de la sobreproducción actual. En México también se impulsó dicha tendencia a través de políticas agrarias e instituciones como el Instituto Mexicano del Café (Inmecafe), además de organizaciones de productores vinculados a los grandes exportadores (Nolasco, 1985; Guadarrama- Zugasti, 2000). En la tecnificación de los cultivos se emplean variedades especializadas.

La ruptura del balance en el sistema natural y la disminución de la biodiversidad, crean fuerte dependencia de insumos que elevan los costos de producción, situación que en el largo plazo no pueden mantener los productores descapitalizados que dependen de la producción del monocultivo, además de no contar con alternativas productivas (Grossman, 2002). En este sentido, la agroecología es útil para desarrollar estrategias de manejo que preserven la productividad de una superficie agrícola de manera sostenida y que atienda las necesidades de la mayoría de los productores (Nolasco, 1985; Jiménez y Gómez-Pompa, 1982; García 1988), en todos los casos, son sistemas de producción integrales que utilizan insumos naturales, maximizan el reciclaje de nutrientes y evitan el uso de productos derivados de la energía fósil, tal como los fertilizantes y plaguicidas químicos. En consecuencia, los productores de la agricultura orgánica deben evitar cualquier residuo tóxico en el producto, transporte, embalaje, envasado y etiquetado.

Con la red se quiere mostrar los aciertos y peligros de las actuales prácticas de cultivo del café en la región “Faja de oro de café”, sabemos que es grande la distancia que separa el quehacer agrícola y las explicaciones ecológicas. Tropezamos a cada paso con sistemas sensibles que responden a micro cambios con macro respuestas y presentan la necesidad como resultado de aleatoriedad. Se sabe, por la historia de la cafeticultura, que el sistema se modifica cualitativamente, a cada momento y que intentar explicaciones cuantitativas es sólo un modo de marcar el determinismo que hoy permite explicar sus fenómenos intrínsecos, ligados al carácter irreversible de los procesos.

En la dinámica y organización de la producción y, en otras circunstancias, son las innovaciones tecnológicas las que orientan el rumbo de la producción.

Ante la crisis del medio rural, resulta evidente que las soluciones no pueden depositarse en los gobiernos e instituciones, la sociedad civil demanda participar en los espacios de poder a través de sus actores sociales.

Actualmente la red

Agroecológica se propusieron investigar los procesos ecológicos y su repercusión en las alternativas de manejo sustentable, considerando la vinculación entre investigación y producción de café.

En particular, se caracterizó la composición florística y faunística en cafetales con varios tipos de manejo para evaluar su capacidad de conservar la biodiversidad de los fragmentos de bosque de niebla que permanecen en la región; se cuantificaron los servicios ambientales proporcionados por diversos tipos de manejo de café para evaluar su capacidad para conservar el funcionamiento ecológico del bosque de niebla; se evaluaron las relaciones entre la biodiversidad, los servicios ambientales y la rentabilidad económica de las fincas bajo varios tipos de manejo de café, que permitieron identificar las estrategias de manejo que optimizan los tres factores, se promovieron y divulgaron los resultados del proyecto en la comunidad cafetalera, así como en los sectores sociales relevantes para favorecer su transferencia y adopción en programas que fortalezcan un manejo racional de los recursos naturales.

Conclusiones

Frente a la problemática del medio rural, las organizaciones de productores de café demandan ampliar la participación de los productores de café en las políticas del sector. Se estima que la demanda comercial del café continuará en aumento, es momento de incentivar la producción de café bajo sombra, así como buscar los nichos de mercado especializado para café de altura de calidad y los mercados interno e internacional. Para ello, los diferentes actores sociales que hoy se contraponen en la cadena de producción de café, deben lograr alianzas productivas y relaciones sociales solidarias para tener un nuevo arreglo del clúster cafetero.

Se necesita mejorar la formación técnica y administrativa de la planta productiva. Superar las disputas entre colectivos de la producción de café –desde los jornaleros que cosechan el grano hasta los vendedores de café en taza– para ampliar los actuales espacios del mercado local y regional.

No reconocer el papel rector de las regiones, como el caso particular del centro de Veracruz, en el desarrollo regional significa perder los recursos naturales, aún existentes y las capacidades humanas locales frente a otros procesos de globalización que obligan a la desintegración de la cadena productiva y perder la experiencia histórica de la organización del sector.

La cafeticultura mexicana requiere de apoyos acordes a los cambios globales. Las medidas de compensación en la producción, la organización social y la investigación deberían instrumentarse para reducir el riesgo de perder la cultura cafetalera nacional.

Existe una compleja heterogeneidad de unidades de producción que demandan su evaluación crítica en lo económico, técnico y ecológico. El mantenimiento de los cafetales requiere de apoyos específicos en la producción y ajustes en las prácticas productivas que minimicen los impactos ambientales.

El análisis realizado permite reconocer las estrategias que han seguido los diversos productores para mantener la producción de café. Resulta evidente que el tamaño de la propiedad sigue siendo un criterio de diferenciación social, los costos por salarios y la posibilidad de complementar los gastos de producción con ingresos adicionales. En cuanto a las prácticas productivas, el panorama cambia en función de la infraestructura para la producción, las necesidades de la variedad de café y los costos en el control de malezas.

Se requiere la participación solidaria de otros sectores de la sociedad para incrementar el consumo interno de café mexicano y compensar los servicios ambientales de prácticas ecológicas comprometidas con la sustentabilidad.

Los esfuerzos por realizar investigaciones cada vez más integrales con un diseño intencional de vinculación social pueden coadyuvar a mejorar las condiciones de vida de grupos sociales regionales.

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Vichique Morales Rosa María. (2013, abril 22). Análisis de producción agroindustrial del proyecto Biocafé. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/analisis-de-produccion-agroindustrial-del-proyecto-biocafe/
Vichique Morales Rosa María. "Análisis de producción agroindustrial del proyecto Biocafé". gestiopolis. 22 abril 2013. Web. <https://www.gestiopolis.com/analisis-de-produccion-agroindustrial-del-proyecto-biocafe/>.
Vichique Morales Rosa María. "Análisis de producción agroindustrial del proyecto Biocafé". gestiopolis. abril 22, 2013. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/analisis-de-produccion-agroindustrial-del-proyecto-biocafe/.
Vichique Morales Rosa María. Análisis de producción agroindustrial del proyecto Biocafé [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/analisis-de-produccion-agroindustrial-del-proyecto-biocafe/> [Citado el ].
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