Los ojos de las autoridades del mundo industrializado y de las economías emergentes están puestos en el Perú. ¿Por qué? Simple y llanamente porque el llamado fenómeno de las microfinanzas está alcanzando excelentes niveles de desarrollo social que está impactando no sólo en la economía, sino en la vida misma de sus protagonistas. Es decir, en la vida de miles de empresarios vinculados a las pequeñas y micro empresas.
No en vano, ahora los grandes bancos comerciales se están acercando al empresario pyme o mype con la finalidad de otorgarles créditos «rápidos», aun con altas tasas de interés, no obstante que éstos usuarios son buenos pagadores porque trabajan con el dinero «en mano».
Atrás está quedando la experiencia pionera de la Caja de Ahorro y Crédito de Piura, la primera entidad municipal que tuvo la visión de incursionar en las microfinanzas en el país.
Ahora el sistema tiene doce cajas de ahorro y crédito y se ha convertido en «pequeños bancos» para sus ahorristas. La experiencia piurana reforzada hace 25 años con el apoyo de GTZ, entidad de cooperación técnica alemana, ha sido y es señera para muchas instituciones como las cajas rurales, cooperativas de ahorro y crédito, edpyme y organizaciones no gubernamentales que están siguiendo sus pasos. Incluso algunos bancos comerciales están emulando la experiencia de las cajas municipales mediante los servicios de muchos profesionales y analistas que trabajaron en las CMAC.
Sin embargo, pocos están atentos a los efectos positivos de las microfinanzas en el país. Primero, dinamiza el sector económico en su conjunto impulsando la demanda interna, y luego, permite que se generen diversos puestos de trabajo, combatiendo de esta manera a la pobreza y sus males sociales conexos (delincuencia, drogadicción, salud deficiente e informalidad empresarial).
Si hablamos de desarrollo social, las microfinanzas son gran parte de la solución para un mundo cada vez más globalizado. Las grandes empresas o corporaciones internacionales, si bien es cierto hacen negocios entre ellos, requieren de las pyme para dinamizar el motor de las economías nacionales.
El Perú tiene la gran oportunidad de posicionarse como líder en este tema y generar las herramientas necesarias para salir de la pobreza y alcanzar el ansiado desarrollo económico y social que la población espera.
