Es común oír hablar de estrategias de crecimiento, búsqueda de nuevos mercados, más diversificación para contrarrestar la caída en las ventas, mejorar la tecnología para producir más, bajar los costos y así ganar mercado.
Otros apuntan a la diferenciación, buscan la excelencia en sus productos o servicios, aplican sistemas de gestión altamente sofisticados, practican la capacitación del personal de manera planificada buscando el máximo de rendimiento de su plantel.
Algunos se replantean sus objetivos cada día, casi inexplicablemente.
Puede ser que debamos incorporar algunas ideas un poco más simples, no por ello menos sabias.
Una empresa no se forma con el objetivo único de ganar dinero.
No debe olvidarse que los recursos humanos son los que hacen posible el propósito y, por lo tanto, su estadía en la organización nunca podrá ser solamente por motivos económicos, al menos si se quiere que produzca al máximo de sus posibilidades. Por supuesto que hay muchas formas más de asegurar la importancia de esta regla, ejercite mentalmente alguna otra razón para demostrarla y vera cuan amplias son las respuestas, razón suficiente para asegurar que quien aplica la idea contraria seguramente estará torturándose con alguna de las premisas de la introducción.
Un Negocio puede originarse a partir de una idea, para transformarse en empresa necesita de la participación de mucha gente con ideas.
Por lo tanto hay que respetarlas en todos los niveles, generalmente se tratan los temas de creatividad e innovación en la cúpula gerencial, así se pierde ingenuamente el capital mental de la mayoría del personal.
Seguramente cuando se discute la planificación estrategia, no se descuida este detalle, o sí…?. Por las dudas si algo de esto está pasando en su empresa, no se desespere, las acciones correctivas en este sentido no dan resultados monetarios a corto plazo, pero pueden ponerse en práctica sin desenvolver dinero. Luego, es altamente probable que la empresa genere soluciones en todas las áreas.
El Crecimiento no puede ser permanente, debemos saber cual es él limite.
Este punto es un poco más difícil de aceptar, y creo que la causa es simple, tan simple que tiene que ver con los objetivos personales de la gente que integra el grupo de trabajo.
Normalmente todos queremos algo de felicidad para nuestra vida, algunos se apoyan más que otros en estos logros, pero no conozco a nadie que me haya manifestado lo contrario, quizás algunos se compliquen demasiado en encontrar la forma de hacerse de felicidad, el problema radica en que no se vende; aunque alguno lo ofrezca como slogan.
Si nuestra meta es el crecimiento continuo puede que no nos permita valorar lo que se logra, mucho menos mejorar lo que se hace, por ende es posible que perdamos parte de lo ganado.
Por otra parte, la idea del crecimiento continuo, me sugiere al menos pensar un momento en la imposibilidad lógica de llevarla a cabo, siento una gran angustia con solo pensarlo. No me imagino a los dirigentes que tratan de encontrar los medios para un objetivo tan ambicioso.
Me pregunto si no es mejor descubrir todo lo que se logra, disfrutarlo, buscar nuevas virtudes aun no descubiertas de nuestro producto o servicio.
La calidad es un factor que no producirá diferenciación en los productos, al menos en el largo plazo.
Esto parecerá una locura para los defensores a ultranza de los planes de mejoramiento de la calidad, no se asusten lo que quiero significar es que la tecnología futura hará imperceptibles las diferencias de calidad, solamente existirá la posibilidad de brindar un producto o servicio más a medida del usuario que la competencia, esto quizás pueda lograrse gracias a la utilización de planes de administración de la información, es decir, El despegue de un nuevo tipo de empresas, Las empresas inteligentes que producirán productos y servicios inteligentes.
Cuál cree usted que será el principal eslabón para convertirse en una empresa inteligente, pensemos que la tecnología estará al alcance de todos, entonces nos queda apostar nuevamente a los recursos “soft”, la gente.
El propósito principal de estas reflexiones, radica en el convencimiento que tengo y me gustaría compartir, acerca de la valorización de las cosas realmente importantes por sobre los intereses esencialmente materiales.
Los aspectos importantes que hacen a nuestra existencia son los valores espirituales, los motivos por los que nos emocionamos, y esto no descarta los logros empresariales cuando son legítimos, pero cuando las personas no se percatan de los logros obtenidos debido al afán de un crecimiento desmedido, especialmente motivado por una ambición material, lamentablemente no habrá acción estratégica que pueda salvarlo de un derrumbe de sus organizaciones. Porque los cimientos que debieran sustentar esta idea no estarán construidos sobre tierra firme. La tierra firme son las personas felices, para un proyecto que engloba dentro de sí la necesidad de contar con recursos humanos.
