Consejos para hacer una reestructuración a la policía

Cuando el policía actúa para generar el estado de confianza y tranquilidad en la ciudadanía, ocurren muchas veces, muestras y actitudes de reproche y crítica que afectan su vida, autoestima y la fuerza de ego; entonces recibir la aprobación por una correcta actuación y comportamiento policial, será otro de los elementos contributivos que acompañen a la Policía Nacional hacia una total y auténtica Reestructuración Policial; por lo que a seguidas se precisan un orden de reflexiones que secundarían al deseable propósito.

1. La habilidad del policía para procurarse el respeto del público y luego conservarlo.

El respeto merece una especial atención; esta manifestación se entiende por el acatamiento de valores, la deferencia y el aprecio que merece una persona de otra; en consecuencia, la buena practica de esta expresión entre el policía y el ciudadano al que sirve, romperá las barreras de distanciamiento y ojeriza, por defecto, se facilitara la aparición peligrosa de un tercer elemento: La Criminalidad.

El ciudadano, sea este niño, joven o anciano, hombre o mujer, urbano o rural, aspira a que su policía, le facilite esa impresión de paz y tranquilidad en todo momento. Hasta aquí este sentimiento de propiedad (…su policía…), emana de la autoridad que surge del ciudadano, que se apersonó a una urna para elegir a sus representantes y éstos legislar para crear, organizar y remunerar a su policía. Está demás precisar que el policía no es una realidad ajena y distinta al ciudadano, se debe a él y es parte de esa colectividad que lo representa como el extenso brazo de la ley.

Un segundo nivel de análisis, respondería a la pregunta ….¿ cómo hace el policía para procurar y conservar el respeto del ciudadano…? Sobre el particular la primera respuesta no espera y …. Es que para procurar el respeto… la habilidad del policía debe basarse, en una actuación eficiente y en una conducta adecuada, básicamente orientada a una labor de protección anticipada con espíritu preventivo y no represivo, con apego a la legislación y no a una justicia callejera, a una pronta respuesta cuando el auxilio oprime, a una conducta decorosa, al uso debido de la fuerza y a la práctica coercitiva, para lograr los ideales de la policía, entre otros.

…Conservar el estado de respeto recíproco entre policía y ciudadano…., requiere además que los cuadros de policías, perfeccionen periódicamente las enseñanzas recibidas sobre: el trato, cortesía, esmero, pulcritud, serenidad, diligencia, escrupulosidad, presteza y valor que deben procurar a su respetable ciudadano. No nos olvidemos .. “Policía que no estudia, será cada día menos policía”…. Si se lleva esta lección a la práctica, es seguro que un cambio, una reestructuración, reingeniería o citase otra forma al cambio de actitud del policía, no importaría una gran inversión económica, solo de una revolución mental.

2. ¿… Cómo el policía lograría la cooperación de la ciudadanía para que esta observe y cumpla con la ley….?

En primer término, para que la ciudadanía observe y cumpla con las leyes, usos y costumbres que rigen la vida en comunidad en el país, se lograría a partir del respeto que ahora le corresponde al ciudadano mostrar, evidenciar y prodigar a su policía. Este tratamiento sucederá siempre y cuando, y sobretodo y de manera anticipada el policía haya satisfecho las demandas justas y de un buen trato a su ciudadano.

Además de la exigencia anterior, el policía por sí solo no estaría en condiciones de adecuar el comportamiento del ciudadano que desobedece o quebranta la ley, usos y costumbres sociales. Requerirá como desafío de la participación y contribución de otros actores sociales como: el hogar, la iglesia, la escuela, la universidad , centros de trabajo, el estado, la prensa etc., ….pero qué labor cumplirían éstas…, básicamente sería la difusión y práctica del respeto a los constitucionales derechos de las personas en un extremo y al otro a las obligaciones de estas personas, de tal modo que germine un equilibrio o balance entre derechos y obligaciones, y no solamente la pre-existencia del primero. No olvidar aquella máxima de ….. aquél que se aleja de sus obligaciones, así se aleja de sus derechos……..; parafraseando se explicaría mediante el típico caso, de aquel ciudadano que rauda y concientemente con su vehículo se pasa la luz roja, en este caso se alejo de su obligación de respetar la señal de tránsito, obviamente no le queda el derecho de reclamar la imposición de la multa correspondiente. A la sazón, no cabe la menor duda que es la sociedad en sí, la responsable de asumir juntamente con su policía y los medios masivos de comunicación social el inicio de programas educativos de urbanismo y civismo, garantizando así que las futuras generaciones al nacer traigan con ellos la cultura del respeto a su policía y que ésta no sea convocada como agente de temor para que el niño tome la sopa.

En este artículo se estima que reeducar a esa parte inconsecuente de la ciudadanía
en su compromiso por el cumplimiento de las leyes, usos y costumbres que rigen la existencia civilizada, se iniciaría con el reflexivo juicio ….. el cumplimiento de las promesas. Este planteamiento como ímpetu de cumplir solemnemente con los compromisos y deberes que asumimos en nuestros actos cotidianos; por ejemplo, al prestarnos un libro y hacer la promesa de devolverlo en determinada fecha, generalmente no se cumple; es en este momento donde se promueve la desobediencia al compromiso asumido, para luego y con mucha naturalidad obviar o esquivar el cumplimiento de las legislaciones que tutelan las buenas costumbres y leyes de la nación.

3. En la medida que se obtenga la cooperación de la ciudadanía, proporcionalmente disminuirá el empleo de la fuerza policial.

El propósito de esta tesis, como se observa va delineado alternativas de cómo
lograr a través de ciertos juicios conductuales, perfeccionar una convivencia entre la comunidad y su policía; pues bien, si el policía da ese gran salto cualitativo de agenciarse el respaldo por mediante el respeto emanado de su comunidad, los difíciles asuntos de la lucha contra la delincuencia, se contraerán, porque ya solo no está, tiene el respaldo y la cooperación del vecino que como ciudadano pasa a ser de un agente pasivo-reactivo a un agente proactivo, es decir se cumplirá la ley de transitividad matemática, en la medida que el binomio policía-comunidad actúen de la mano, los esfuerzos policiales tendrán un frente poco complicado, es decir a menor número de agresores, menores faltas y delitos, por ende menor índice delincuencial; en otros términos menos cárceles, más colegios y sobre todo más tranquilidad y paz social, insumos significativos para el progreso y desarrollo de la sociedad y el país.

El binomio policía-comunidad como una sólida alianza de cooperación entre la comunidad y sus autoridades locales tendrán -además- la misión de impulsar un modelo auténtico de cooperación para garantizar el respeto a los derechos y libertades de los ciudadanos y las ciudadanas, para el cual ya se tiene una experimentada organización: el Sistema Nacional de Cooperación con la Policía a nivel nacional, sobre la cual se diseñaría nuevos objetivos y estrategias, con políticas acordes con la reestructuración policial y la revolución mental que debe operarse en el sentimiento del policía.

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4. Buscar y conservar el reconocimiento del ciudadano, no complaciendo a la opinión pública, sino demostrando constantemente que se sirve con absoluta imparcialidad a la ley.

El policía cuando brinda atención a una persona, asumirá el rector principio de la igualdad que tiene todo ciudadano ante la ley, no propiciando atenciones especiales o discriminativas por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquier otra, en su defecto desmejorará su rating.

El heroísmo o valor puesto de manifiesto por el policía, para brindar el pronto auxilio en salvaguarda de la vida y propiedad de la persona, merecerá un reconocimiento que positivamente patrocinará a su ego persona-policía, además de ennoblecer la imagen del policía-institución.

Obtener ambos perfiles de operatoria exigen cuidadosamente además que, el futuro Policía Comunitario trabaje para el logro de los fines de la paz social y no para satisfacer exigencias particulares o egocéntricas de jefes inmediatos y sobre todo que actué con absoluta independencia política.

5. Conservar en todo momento una relación con el ciudadano que haga realidad la tradición histórica de que el policía es el ciudadano y el ciudadano es el policía.

El policía nace y viene de una población o comunidad, éste se aparta momentáneamente para formarse en una escuela policial, y luego vuelve para integrarse, pero ahora sirviendo a su comunidad como un agente de seguridad ciudadana, pero continua siendo un ciudadano, y es ciudadano porque al igual que sus pares tiene derechos y obligaciones constitucionales, salvo la restricción de no ser deliberante y ejercer el voto popular; entonces no debe existir un espíritu de separación entre ambos actores sociales ni sentimientos de desigualdad social y generacional.

6. Reconocer siempre la necesidad de apegarse de manera estricta a las funciones ejecutivas de la policía.

Y ni remotamente dar siquiera la apariencia de que se usurpa facultades de otros poderes públicos, sobre todo la de no juzgar la culpabilidad de manera autoritaria, ni castigar de la misma manera a los culpables. reconocer siempre que la prueba de la eficiencia policíaca es la ausencia de delitos y desórdenes y no la evidencia visible de la acción policíaca al reprimirlos.

7. El policía debe ser conciente de que su trabajo vale mucho más que el sueldo que recibe.

En realidad, aunque le añadieran dos ceros a la derecha al importe que recibe, la sociedad nunca podría pagarle adecuadamente por la labor que realiza y por los riesgos que asume. su satisfacción personal respecto de su profesión como policía puede estar basada en este hecho incontrovertible: él da mucho más de lo que recibe. pero cuando se rebaja a recibir algo que no sea su sueldo, el mérito de su labor desaparece, mancha su uniforme y se convierte en un enemigo de su institución.

8. El policía debe ser conciente del privilegio que para él significa representar la autoridad del estado, dondequiera que él actúa como policía.

La autoridad que él asume es una autoridad delegada, por una cadena de delegaciones sucesivas en el escalafón jerárquico de la institución. pero aunque él no sea más que un individuo al final de la cadena, la autoridad que él esgrime no es una pequeña parte o cuota de la autoridad del estado, sino que él está imbuido de toda la autoridad del estado en el campo específico de su competencia y de su función. por tanto, debe actuar de una manera acorde con la autoridad que esgrime, es decir, de una manera digna, imparcial y objetiva.

Si es policía de una Comisaría, él tiene en esa función toda la autoridad del Presidente de la República. El no es simplemente un «tipo» o una «tipa» que viste uniforme. El o ella actúan en ese campo como representantes del Presidente y en nombre de la nación. Su autoridad deriva de la autoridad del Presidente. Así como él obedece a sus superiores, el ciudadano debe obedecerle sin cuestionamiento. Pero para ello el policía debe cuidar de cómo ejerce la autoridad que detenta, pues de ello depende cómo responda el ciudadano al ejercicio de su autoridad.

9. La autoridad del policía sólo es cuestionada cuando actúa de una manera abusiva, extralegal, dolosa o débil.

Donde quiera que actúe el policía debe cuidarse de no caer en esas cuatro trampas que desacreditan su autoridad.

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De la Vega Rubén. (2005, julio 17). Consejos para hacer una reestructuración a la policía. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/consejos-hacer-reestructuracion-policia/
De la Vega Rubén. "Consejos para hacer una reestructuración a la policía". gestiopolis. 17 julio 2005. Web. <https://www.gestiopolis.com/consejos-hacer-reestructuracion-policia/>.
De la Vega Rubén. "Consejos para hacer una reestructuración a la policía". gestiopolis. julio 17, 2005. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/consejos-hacer-reestructuracion-policia/.
De la Vega Rubén. Consejos para hacer una reestructuración a la policía [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/consejos-hacer-reestructuracion-policia/> [Citado el ].
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