La mente del entrevistador en una entrevista de trabajo

Muchos nos hemos preguntado alguna vez lo siguiente: ¿qué piensa y siente el entrevistador cuando encara e interactúa con cada uno de los candidatos a una plaza vacante? En otros términos, ¿es posible que el entrevistador se mantenga neutral u objetivo en todo momento? Como es de suponer, dada la compleja naturaleza humana, la imparcialidad absoluta no existe. Analicemos entonces qué ocurre al interior de la mente del entrevistador.

Hace ya buen tiempo se estableció entre los psicólogos un fenómeno propio de la mente humana llamado categorización. Para entenderlo debemos recordar que el mundo que nos rodea es amplísimo y sumamente diverso en sus manifestaciones.

Y aún cuando las capacidades humanas son altamente potentes para captar e interactuar con este entorno, en cada uno de nosotros se produce un curioso fenómeno. Dada la multiplicidad del medio, el ser humano tiende a simplificar o agrupar cuanto le rodea estableciendo para sí, de esta manera, una serie de categorías de lo que le agrada, lo que le desagrada, lo que le interesa y lo que prefiere desechar.

Es decir, que todos nosotros simplificamos el mundo en una serie de gavetas o compartimentos. Y al momento de tropezar con algo nuevo instantánea e inconscientemente lo colocamos en una de esas imaginarias secciones de nuestra mente.

Este mecanismo nos ahorra trabajo y nos permite responder de inmediato a lo desconocido. Si bien resulta una herramienta psicológica útil, también puede llevarnos al exceso.

Ocurre que, debido a las razones antedichas, cuando el entrevistador se encuentra con el candidato casi automáticamente lo examina a partir de una serie de parámetros psicológicos apoyados únicamente en someras muestras de la conducta del aspirante.

Algunos de estos serían:

Su apariencia: Es decir, se repara en el aspecto exterior de la otra persona. Su rostro, su atractivo, su estatura, su complexión, su color de piel, su vestimenta, etc.

Su lenguaje: En concreto, su buen o mal dominio del idioma, sus modismos al hablar, su acento regional y su riqueza o pobreza de vocabulario.

Su grado de instrucción: Evidenciado por su nivel de estudios y por su comportamiento social.

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Su comportamiento social: Esto es, sus modales, su forma de conducirse ante otras personas, su tono de voz, su lenguaje corporal, su aplomo o auto-confianza, si mira a su interlocutor, etc.

Su lugar de residencia: ¿En qué lugar de la ciudad o del país vive esta persona? ¿Viene de una zona residencial o de un barrio antiguo, populoso y venido a menos?

Su procedencia socio-económica: Esto se refiere al lugar que ocupa la persona en la escala social. Esto es revelado en buena medida por las 4 últimas características examinadas líneas arriba.

Decíamos antes que este fenómeno, la categorización, si bien es útil para ahorrarnos trabajo mental, tiene su peligro o lado negativo y este se resume en una palabra, PREJUICIO. Cuando nos dejamos llevar por nuestras creencias y no las confrontamos con evidencia real que tal vez podría cambiarlas, estamos juzgando por adelantado y sin base. Y esto es dañino cuando se trata de hechos y personas.

El prejuicio se hace más vigente en sociedades con creciente migración interna hacia sus ciudades principales o en países con altas tasas de extranjeros o descendientes de estos.

Lo más serio es que a veces se contrata a una persona hacia la cual se tienen prejuicios. Una estadística sorprendente revela que varones obesos o con sobrepeso y mujeres en compañías de los Estados Unidos perciben un pago inferior al de sus colegas por realizar exactamente el mismo trabajo.

Todo entrevistador debe estar prevenido ante nuestra intrínseca tendencia a categorizar hechos y personas, es decir, a encasillarlos de determinada manera. Tan poderosa es esta tendencia que se dice que el entrevistador decide si el candidato pasará o no a otra etapa del proceso de selección tan sólo en los primeros 5 minutos de la entrevista.

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Orbegoso Arturo. (2007, marzo 1). La mente del entrevistador en una entrevista de trabajo. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/la-mente-del-entrevistador-en-una-entrevista-de-trabajo/
Orbegoso Arturo. "La mente del entrevistador en una entrevista de trabajo". gestiopolis. 1 marzo 2007. Web. <https://www.gestiopolis.com/la-mente-del-entrevistador-en-una-entrevista-de-trabajo/>.
Orbegoso Arturo. "La mente del entrevistador en una entrevista de trabajo". gestiopolis. marzo 1, 2007. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/la-mente-del-entrevistador-en-una-entrevista-de-trabajo/.
Orbegoso Arturo. La mente del entrevistador en una entrevista de trabajo [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/la-mente-del-entrevistador-en-una-entrevista-de-trabajo/> [Citado el ].
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