La educación en México ante la sociedad del conocimiento

Introducción

La realidad mundial actual se encuentra sujeta a dinámicas y variadas fuerzas que afectan a los países y a los individuos trascendiendo las antiguas fronteras territoriales. Las estructuras sociopolíticas y económicas que gobernaban el status quo de sociedades, individuos e instituciones se transforman y, actualmente, se encuentran en proceso de definición. Esto significa que vivimos una etapa de incertidumbre en la que debemos replantearnos el qué, cómo, cuándo y para qué. Históricamente la educación, sus fines y objetos educativos, sociales y éticos, se encontraba respaldada por modelos establecidos a través de los cuales sustentar la certeza y justificación de su existencia y quehacer.

La educación y las universidades no pueden quedar al margen de la constante y vertiginosa transformación, ya que de su rapidez para responder a las nuevas necesidades, dependerá su pertinencia, eficiencia y validez en la nueva realidad. Encontrar el camino pertinente, cualquiera que se elija y conforme, representa transformar la naturaleza de las Instituciones de Educación Superior (IES) tal como existen hasta ahora.

Las universidades, son instituciones a las que, desde un Estado rector, se les ha impuesto la responsabilidad de dar una respuesta paralela, una con sentido economista y práctico, y otra, con sentido humanista y ético. La primera exige responder a las necesidades de un sector laboral a través de una instrumentalización de las profesiones. La segunda intenta elevar al ser humano a planos más sublimes que le permita alcanzar su autoactualización, concepto este último utilizado en la Teoría de Maslow y señalado también por Savater al referirse a esa segunda gestación que tiene el ser humano en la matriz social en que se cría y en la cual al sistema educativo cada vez se le asigna un rol más preponderante.

La función social asignada a las instituciones de educación en México, cualquiera que sea su nivel, se ha ido transformando con el paso del tiempo. Ahora, además de ser un espacio en el cual se adquiere un conocimiento y se forman profesionales capacitados, debe ser la preservadora y formadora de los valores éticos que hasta hace poco eran función prioritaria de la institución familiar.

La Universidad y el desarrollo económico

La universidad en México, de corte napoleónico a partir del siglo XIX por la influencia francesa, en las últimas décadas ha realizado fuertes intentos para reflejar el modelo norteamericano neoliberal, ha intentado en la segunda mitad del siglo XX, dar una respuesta más pertinente a las necesidades de un sector laboral que lucha por el avance y modernización para incrementar su competitividad.

A través de políticas gubernamentales nacionales, que se modifican sexenalmente y que, a pesar de la alternancia gubernamental, se han encontrado fuertemente influenciadas por organismos internacionales como la UNESCO, Banco Mundial y la OCDE, en México se les ha exigido a las universidad formar al individuo para que sea capaz de insertarse al sector laboral e impulsar el desarrollo económico del país. Se ha visto en la educación, la panacea para crear el efecto salvador ante la situación de retraso económico, social y cultural en el cual vive la mayor parte de la población. Las banderas del liberalismo y la democracia no han logrado conducir al país y a sus instituciones hacia el bienestar social anhelado. La brecha entre los polos económicos, sociales y culturales se ha profundizado.

Ahora, le toca a la educación la responsabilidad de lograr un desarrollo económico más justo y equitativo en el cual se reduzca el atraso educativo, la pobreza extrema, el analfabetismo funcional, la carencia de infraestructura física y tecnológica y la falta de investigación científica por mencionar algunos ejemplos.

Esta responsabilidad, señalada desde el Estado, responde a los intereses tanto del sector laboral como de las directrices manifiestas de instituciones mundiales. Esta definición de los fines y objetivos educativos surge de un contexto externo a las Universidades por encima de su libertad y soslayándole la posibilidad de participación en su autodefinición, dejando el concepto de autonomía solo para los discursos.

Savater (1997:146) recupera el pensamiento de Durkheim manifestado en Pedagogía y sociología, quién insiste de manera más nítida en este punto al mencionar que “el hombre que la educación debe plasmar dentro de nosotros no es el hombre tal como la naturaleza lo ha creado, sino tal como la sociedad quiere que sea; y lo quiere tal como lo requiere su economía interna…” Y dado que la escala de valores cambia conforme se transforma la sociedad, debe cambiar la educación brindada al hombre y al hacerlo, cambiará el hombre mismo.

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Este cambio educativo, innegablemente imprescindible, debe en primera instancia enaltecer la humanización del individuo liberándolo de intereses economicistas o de influencias de un poder transitorio.

  • Sociedad global

México no puede situarse al margen de la acelerada transformación que a nivel mundial se está presentado en los países desarrollados. Sin embargo, aún nos encontramos tratando de reducir la brecha que nuestro país tiene en relación al avance económico, político, educativo e industrial lo cual nos coloca en una posición de debilidad estructural para emprender la transformación que en una sociedad global es imperativa. ¿Cómo podemos seguir el paso de los países desarrollados hacia la sociedad del conocimiento cuando aún tenemos problemas para contar con una participación igualitaria en la sociedad industrial que va quedando atrás?

Si deseamos entrar al juego debemos contar con cartas del mismo mazo porque de lo contrario aislaríamos y reduciríamos nuestro papel y nuestro futuro como sociedad. Se profundizarían las desventajas competitivas que como sociedad tenemos y sería imposible convertirnos en agente activo en el intercambio de la nueva sociedad en proceso de definición y a la cual unos llaman sociedad de la información mientras que otros, sociedad del conocimiento.

Aunque organismos internacionales como UNESCO, Banco Mundial o OCDE, la denominan indistintamente sin realizar una distinción en cuanto a su diferenciación, para fines de éste ensayo se entenderá como sociedad de información, a la producción, tratamiento e intercambio de información factual sin que haya de por medio un manejo, reconstrucción o creación, a partir de la información hacia el conocimiento.

Así es como Savater (1997:32) efectúa la distinción entre información y conocimiento al afirmar que “no es lo mismo procesar información que comprender significados”. Aunque el avance de las tecnologías de información y comunicación (TIC´s) hacen posible la movilidad y transferencia de un sin número de información rompiendo la barrera del tiempo y del espacio, al permitir su envío, recepción, ubicación desde cualquier punto del planeta y hacia cualquier lugar en segundos, es indispensable que se cuente con la intervención de un ser humano que posea las competencias necesarias para su aprovechamiento. El mismo autor menciona que “la verdadera educación no sólo consiste en enseñar a pensar sino también en aprender a pensar sobre lo que se piensa…”, ya que es en este momento de reflexión e interiorización de la información que ocurre en el ser humano, y que es función que aún no ha sido posible transferir a la tecnología, que se crea y recrea el conocimiento.

Esto viene a sumarse a la hipótesis manejada por Ramírez Romero y otros, cuyo estudio editado por Navarro (2005:27) señala que en “la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación en Latinoamérica se ha realizado respondiendo más a intereses mercadotécnicos y políticos que a intereses académicos”, por lo que a la escasa tecnología que se tiene se suma la deficiente capacidad para su manejo y aprovechamiento. La compra y asignación de equipos tecnológicos muchas veces responden a intereses políticos y electorales, en lugar de responder a necesidades reales de sus destinatarios.

En el contexto de una sociedad global los imperativos educativos para la educación, aún a pesar de las diferencias que existen al interior de los sistemas educativos nacionales estructurados hasta ahora, deberán presentarse de manera parecida en las distintas regiones y países, independientemente de su situación de desarrollo.

En América Latina, y México en particular para efectos de la presente reflexión, aún no se cuentan con estudios suficientes que nos permita conocer el estado del arte de las universidades nacionales en cuanto al impacto de las TIC´s. La carencia de información se debe a que los estudios de Educación Comparada en México, que mucho podría aportar, es un espacio en construcción. En Europa se realizó una investigación para conocer cuáles serían las fuerzas capaces en el futuro para generar el cambio requerido en las universidades, y los resultados retomados por Brunner (1999), tras la cual señalaron como prioridades las crecientes posibilidades tecnológicas, los presupuestos más ajustados y los nuevos descubrimientos científicos.

Si estamos en el camino correcto al considerar que éstas serán también las fuerzas requeridas por nuestras instituciones de educación superior (IES) para poder hacer frente a los requerimientos educativos que se van perfilando en el proceso de definición de la nueva sociedad del conocimiento, estamos en problemas. Nuestro país actualmente tiene un nivel de escolaridad básica. Solo un reducido sector tiene acceso a la educación superior necesaria para desarrollar las capacidades para el manejo, uso y desarrollo de tecnologías, aspecto determinante en la sociedad del conocimiento. Por otro lado, pensar en contar con presupuestos más ajustados cuando en los últimos años se ha presentado un descenso en la asignación de recursos a las IES no es factible; mientras que la situación de la investigación científica en las IES es muy poca y se encuentra circunscrita a unas cuantas IES como es el caso de la UNAM, el Politécnico Nacional y un número similar de IES privadas, ya que se carece de la infraestructura y el presupuesto para su estimulación y desarrollo.

Aunado a lo anterior, tenemos el hecho de la fuga de cerebros que, al no encontrar un contexto propicio para su desarrollo, emigran a instituciones con mejores condiciones y reconocimiento internacional.

  • Bien libre, bien económico

En la medida que la información acumulada pueda ser accesible a través del desarrollo de las TIC´s, quienes posean la capacidad para contar con ellas y usarlas como instrumento para poseer información y además, contar con el capital humano capacitado para realizar el análisis simbólico de ésta, estarán en una posición de ventaja y superioridad a todos aquellos países, corporaciones e individuos que no se encuentren en esta situación. Esto se derivará en atribuciones de valor transformando un bien libre, que había podido estar al alcance de una mayoría, en un bien económico, cuya movilidad está condicionada por un mercado en el cual las leyes de la oferta y la demanda deberán adquirir nueva perspectiva.

Al considerarse la información un bien económico, las instituciones educativas, que hasta ahora habían participado en gran medida en su producción y gestión, serán un agente más en el mercado sujeto a la dinámica mundial. Ante esta situación y el hecho de que, en México y Latinoamérica entre otros, no existen los recursos necesarios para responder a la demanda educativa, la posibilidad de desarrollo, utilización y expansión de TIC´s en el sector educativo, y acceder a ellas con fines de aprendizaje e investigación, se reduce.

  • Bien de consumo, bien de inversión

En la sociedad del conocimiento, la información ha pasado a ser un bien de consumo cuya posesión se traduce en ventaja competitiva, donde la gestión, calidad y velocidad con que se mueva será determinante.

Esto hace que el destinar recursos a la educación sea considerado como una inversión que puede producir una rentabilidad, aunque hasta ahora no se ha podido determinar el impacto que produce.

Para poder avanzar en la comprensión del impacto que el conocimiento tendrá en la economía, Paul Hirst (2000) nos brinda una clasificación: el científico-teórico factible de reproducirse y utilizarse, el rutinario recopilado por instituciones, el considerado como propiedad intelectual que sería el caso de las patentes y copyright como ejemplos y el tácito producto de prácticas y habilidades desarrolladas en el trabajo. Como se puede observar estos tipos afectan a diferentes espacios con impactos económicos distintos.

Si no nos preparamos, y anticipamos, a la economía del conocimiento sufriremos efectos negativos tanto a nivel social como personalmente. Las desigualdades se acrecentarán. Al interior de las empresas nuevas fuerzas jugarán para asegurar la transmisión y el acceso a la información, creada o comprada.

La propiedad y control que se tenga sobre el conocimiento se traducirá en beneficios económicos por lo que su posesión será restringida a un sector con la capacidad de poseer el bien. Aquí se nos presenta un reto, determinar quién decidirá y cuál será la información pública y privada, con las derivaciones éticas que por lógica se desprenden de este hecho.

  • Estado y financiamiento

El sistema educativo mexicano es una pirámide con una amplia base, la educación inicial y básica, hacia la cual han existido políticas educativas que la han favorecido con la asignación de la mayor parte de los recursos económicos que el Estado destina a la educación a nivel nacional. La cobertura de matrícula en estos niveles es casi total. Sin embargo, conforme los niveles académicos ascienden, la asignación de recursos se reduce.

Esto ha provocado que los niveles medio y superior no cuenten con la capacidad para atender la demanda. Las IES son insuficientes, están concentradas en las áreas urbanas de gran población, no existe una actualización en los modelos educativos, falta una diversificación de la oferta, la cual además es rígida y se presenta una brecha de desconocimiento e incomunicación entre las IES y el sector laboral.

Los subsidios ordinarios recibidos por las IES sufren una caída a partir de 1995 producto de la crisis económica que vivió el país. Estos recursos están destinados a cubrir el gasto corriente requerido para el sostenimiento de operación y las nóminas. Sin embargo para 1997 inicia un periodo de recuperación que se mantiene hasta el 2002 año en el que prácticamente se iguala el del periodo anterior. Los periodos del 2003 y 2004 presentan una constante disminución de los subsidios ordinarios en relación a la matrícula.

MATRÍCULA SUBSIDIO ORDINARIO
2001-2002 2003-2004 2001 2004
1,070,443 1,123,164 26,241,142.4 27,365,691.7
% DE INCREMENTO 4.69 % DE INCREMENTO 4.10

* SEP (2005)

Ante esta realidad nacional, sobre todo en el último quinquenio, la asignación de recursos a las IES ha adoptado nuevas formas producto de procedimientos de evaluación y acreditación cuyos parámetros son establecidos por el Estado. Los recursos se asignan, además del subsidio ordinario, por medio de subsidio extraordinario. El subsidio extraordinario es actualmente la posibilidad de las IES para introducir procesos de calidad y mejoramiento a su actividad. El subsidio extraordinario, aunque es distribuido a través de una mayor cantidad de programas, en lugar de irse incrementando conforme la demanda de matrícula crece, con el tiempo ha ido reduciéndose como muestra la siguiente tabla:

* SEP (2005), Subsecretaria de Educación Superior.

Los instrumentos utilizados por el Estado para la asignación de subsidios extraordinarios se diversifican. Son más programas a través de los cuales se maneja su asignación. Sin embargo, al tiempo en que se crean nuevos programas como FIUPEA, PRONABES, PIFI, PIFOP, FAEUP Y PIFIEMS, todos ellos de creación del actual gobierno, los recursos no aumentan.

La cantidad de recursos canalizada a través de estos programas presenta un alza considerable durante 2002, año a partir del cual inicia una tendencia hacia la disminución que permanece hasta el 2004 (el año 2005 aún no está totalizado).
Vemos que el subsidio de 2001, en relación con el subsidio del 2000, aunque crece el número de programas a través de los cuales fluye, en realidad disminuye la aportación de recursos como se puede ser en la siguiente tabla.

2000 2001
MILES DE PESOS DE 2003 4,234,370.5 3,006,987.9
MILES DE PESOS CORRIENTES 3,511,960.3 2,641,415.9

* SEP (2005)

Estos datos indican que el crecimiento, aunque limitado, sólo ha sido en la matrícula, ya que los aumentos en subsidios ordinarios y extraordinarios es prácticamente inexistente, sino que disminuyen si se considera simplemente la tasa de inflación acumulada de los últimos cinco años aunado a los incrementos en salarios, servicios públicos y costos generales de materiales, entre otros.

La Universidad y la práctica pedagógica

  • Autonomía universitaria, definición de fines

La autonomía universitaria representa para las IES la posibilidad de autodefinición. Dentro de los rasgos más distintivos de este estatus tenemos la opción a elegir a sus autoridades, la de administrar sus recursos así como la libertad para el diseño de sus propuestas curriculares, metodológicas y evaluativas.

Los recursos escasos han permitido a nivel mundial y nacional el surgimiento de instituciones y procesos orientados a la evaluación y acreditación de la educación, dentro de cuyos principales fines tenemos el uso eficiente de los recursos así como la observancia de parámetros de calidad educativa.

Bajo este contexto, se ha incrementado la intervención de organismos externos a las IES los cuales están definiendo los parámetros de calidad para ellas pertinentes. Es desde el exterior que se definen los problemas y se esclarecen las soluciones para el quehacer universitario soslayando el valor, que la participación de sus docentes, investigadores, autoridades y alumnos, puede aportar.

¿Qué tipo de autonomía existe cuando se vive a la sombra de la asignación presupuestal determinada por organismos externos a las IES?

  • Imperativos educativos del futuro

Las instituciones educativas no pueden abstraerse al maremagnum del cambio y requieren pugnar por el desarrollo tecnológico para lo cual se requerirá que tanto los docentes como los alumnos desarrollen capacidades en el manejo de tecnologías así como estimular en ellos un pensamiento crítico que les permita diferenciar y manejar la gran cantidad de información a disposición.

Se requieren nuevos enfoques educativos que pongan énfasis el aprendizaje a lo largo de la vida dirigido a que el alumno aprenda a razonar, a ver y a entender, no solo el mundo actual sino que esté capacitado para moverse en un mundo futuro aún desconocido. Aprender significativa y reflexivamente requiere estimular un pensamiento crítico que permita al hombre una conciente toma de decisiones que le evite caer en el determinismo tecnológico.

Desafortunadamente como menciona Savater (1997:210) “…la nueva idea de la importancia de la educación para el bienestar y progresos humanos fue apresada por intereses nacionales, y pertrechada para realizar una obra cuyo anhelo social era definitivamente reducido y exclusivo”, es imperativo que se busque un camino educativo cuyos fines y objetivos sean más libres, flexibles y diversos.

Además, la organización de las instituciones debe cambiar a la par de sus objetivos y metodologías, ya que de lo contrario, la estructura organizacional se convertirá en la jaula que no permita la transformación.

  • Objetivos y metodología

La ventaja que da la experiencia no siempre es sostenible. Sobre todo, si ésta no va enlazada a lo que Garner (2004:12) llama “aprender a pensar de una manera científica”. La riqueza de información, su acumulamiento exponencial, hace imposible para el hombre poseer el conocimiento existente. Ya que no se estará en posibilidades ni de ser el propietario de todo el bagaje informativo ni podrá, a partir de la simple posesión de la información, utilizarla para enfrentar situaciones aún no definidas y a las cuales necesitará ofrecer alternativas.

El sistema educativo nacional, en sus distintos niveles educativos, está organizado para ser representante del pasado al cual se aferra y en el cual, parece ser, encuentra su razón de subsistir. A partir del nivel inicial y básico hasta el superior, es pertinente cuestionarnos los objetivos educativos planteados hasta el día de hoy. Existen pruebas, producto de valoraciones internacionales, que nos indican que nuestros procesos educativos no están dando los resultados esperados. Al menos no aquellos que nos igualaría a los que se producen en los países desarrollados.

Si tenemos la valentía como sociedad de ver nuestras deficiencias podremos rediseñar nuestros programas y lograr formar al estudiante libre, abierto y flexible, que no esté encadenado por grilletes de datos e información que, en el mejor de los casos, se volverá superflua y no actualizada. Esta información que ha sido transmitida y reproducida en el cerebro del estudiante por el maestro tradicionalista, se convierte en una barrera que le impide concebir el aprendizaje a partir de nuevas perspectivas, más creativas e innovadoras. Debemos poner un alto a las recetas cognoscitivas y abrir un nuevo espacio al cuestionamiento, análisis, pensamiento científico y creativo, capacidad de síntesis y en especial, a que se desarrolle la habilidad para establecer vínculos y conexiones entre datos, situaciones, problemas, áreas de conocimiento y soluciones.

Todo ello necesita el aglutinador y facilitador vínculo, el lenguaje. Este factor, que nos distancia del animal y nos ha permitido humanizarnos y desarrollar nuestra capacidad intelectual, también se ha transformado. En la actualidad el lenguaje materno solo es un primer peldaño. Debemos construir la escalera completa con un lenguaje extranjero, un lenguaje tecnológico y un lenguaje simbólico.

Situación de las TIC´s en la realidad educativa mexicana

  • Infraestructura

El desarrollo de tecnologías de información y comunicación (TIC´s) en México se encuentra limitado a unas cuantas instituciones y personas. La tecnología y su uso, aún no se ha extendido a nivel masivo. Su costo no se encuentra al alcance de la mayoría y solo unos cuantos privilegiados saben utilizarla. Pensar en multiplicar el uso de TIC´s en México a corto plazo es utópico. Ni el Estado ni la sociedad en general tienen los recursos y las capacidades para hacerlo realidad.

El nivel de escolaridad y formación científico tecnológica es aún básica. Debido a ello, los esfuerzos realizados por el Estado para introducir en las escuelas la tecnología, como es el ejemplo del programa de enciclomedia para nivel básico, es, las más de las veces, una inversión de recursos no aprovechada racionalmente. Esto es debido a factores como la falta de capacidad de los docentes para su manejo, el desconocimiento de metodologías a través de las cuales hacer eficiente su aprovechamiento en bien del aprendizaje o, simplemente, la carencia de una infraestructura que permita su adecuada preservación y mantenimiento.

A nivel mundial se vive la formación de una economía de la información en dónde la posibilidad de desarrollo económico de un país o región recae en su capacidad para la producción, absorción, adaptación, difusión y uso del conocimiento. En la última década se ha producido y puesto a disposición con fácil acceso, más conocimiento científico del que se había tenido a lo largo de toda la historia previa de la humanidad.

Ante esta realidad no tenemos más que revalorizar el papel del ser humano: el hombre es el único que crea riqueza ya que es indispensable su intervención para transformar tal cantidad de información en conocimiento. Para poder cumplir su función el hombre requiere desarrollar nuevas capacidades que lo transformen en un analista simbólico. Ante la inmensidad de información y conocimiento generado, las capacidades metodológicas y de aprendizaje manejadas en el sistema educativo mexicano en la actualidad son insuficientes.

El éxito de la educación podría ser medido por la densidad media de la información que los individuos de un país son capaces de manejar y usar.

  • Capital humano

Bajo esta nueva realidad el rol del recurso humano como fuerza de trabajo activa y creativa es invaluable. El desarrollo de los países dependerá de la capacidad de su sociedad para utilizar el conocimiento y adaptarse a las nuevas exigencias. En consecuencia el papel de las universidades, como espacio gestor de capital humano, debe replantearse. Las instituciones educativas, a todos los niveles, deben ser capaces de transformar, tanto su forma de organización como sus objetivos educativos.

Si las IES no tienen la visión, y encuentran el camino, para modificar su papel históricamente asumido como preservadoras y transmisoras de conocimientos y cultura y asumir un nuevo perfil más dinámico, flexible, diverso, abierto, perderán su ahora ya condicionada credibilidad.

Si las políticas educativas insisten en encasillarse en acciones tales como beneficiar fuertemente con recursos, programas e infraestructura a los niveles educativos básicos sin atender los niveles medio y superior, apoyar determinado modelo de formación profesional, incrementando la rigidez en estratificación de grados o instituciones cada vez más especializadas, no se podrá dar el cambio necesario para responder a las nuevas necesidades que se perfilan condicionantes para la inclusión de México en la Sociedad del Conocimiento de manera pertinente y factible para bien del desarrollo del país y la sociedad.

Por ello, uno de los principales retos para la universidad gira en torno a dos aspectos críticos: su capacidad para convertirse en generadora de conocimientos y su flexibilidad curricular para crear posibilidades de educación continua y actualización profesional. Pasar de la simple transmisión y preservación del acervo de información a la gestión del conocimiento significa un cambio de raíz, un replanteamiento de su estructura y organización, una operación a corazón abierto. ¿Serán nuestras universidades capaces de encontrar la fuerza para hacerlo? Este impulso deberá nacer de sus entrañas, meta utópica si vemos la fuerza con que los mecanismos de asignación de recursos le mantienen atrapados sus puños.

Es indiscutible que el desarrollo económico de una nación o región del mundo recibe mayor influencia del capital humano que del capital económico. Un ejemplo claro lo tenemos en países como Alemania los cuales, después de la 2° guerra mundial, quedaron en una situación de crisis total y que sin embargo despegaron mientras que países como México, aún tienen problemas estructurales que les ha impedido un desarrollo económico.

  • Valores y Ética

En el nuevo contexto mundial, la sociedad el conocimiento, se debilitarán las interrelaciones e intercambios, el contacto directo entre individuos disminuirá. Las transacciones serán a través de TIC´s, a gran velocidad y a distancia. Esto conlleva un riesgo. El retroceso en la humanización que los seres hemos logrado alcanzar a través de la historia gracias a la interacción humana.

Por ello es indispensable que la transformación hacia la sociedad del conocimiento se realice acompañada de lo que Gardner (2005) llama la mente respetuosa y la mente ética.

Desde la antigüedad los seres humanos hemos utilizados marcas para diferenciarnos, para identificarnos con nuestro grupo. Las cuentas de colores o pintura sobre la piel se han transformado en saco y corbata, celular y laptop. Continuamos buscando marcas que nos diferencien, aún cuando las diferencias sociales en el mundo actual son tan polarizadas que difícilmente se confundirían. Esta tendencia a formar grupos, propia de la naturaleza humana, se presentará bajo nuevos patrones aún no claramente definidos.

Cada días es más imperioso aprender a convivir con quienes son diferentes cosa que será también cada vez más difícil de realizar cuando ese a quién es necesario respetar solo lo contactamos a través de un teclado y una pantalla. Percibir las diferencias es un primer estado para la cognición humana y debemos, como parte del proceso educativo, aprender a etiquetar e interpretar estas diferencias para respetarlas y apreciarlas.

Otro gran reto para la sociedad del conocimiento es la preservación y uso de una mente ética. Aunque la orientación ética inicia durante los primeros años de vida en el hogar, las IES y la sociedad, tienen una responsabilidad ineludible. Esto debido a que la influencia formativa de los seres humanos es cada vez más diversa, abierta y perdura a lo largo de la vida.

El contexto de la sociedad del conocimiento no posee límites precisos. Es por naturaleza abierta y flexible, por lo que la ética puede convertirse en el farol que nos indique si estamos cruzando la línea. Un trabajo ético en educación y en el uso de las TIC´s será el escudo que proteja de una degeneración del proceso de conformación de la sociedad del conocimiento.

Conclusiones

Para que las IES puedan responder a los nuevos imperativos educativos que deberán asumir dentro de la sociedad del conocimiento, deben encontrar mecanismos a través de los cuales participar, colegiada y eficientemente, en la definición de sus fines y objetivos educativos y su esclarecer su responsabilidad social.

Esta libertad necesita independizarse de los procesos de evaluación y acreditación cuyo principal objetivo es la asignación de subsidios. Organismos como la Comisión Nacional de Evaluación de la Educación Superior (CONAEVA) debe iniciar una revisión a sus funciones para permitirse observar que en ellas se establece su papel de…“proponer” criterios y estándares de calidad para las funciones y tareas… (Navarro, 2005:58), no de marcarlos como obligatorios.

Si no contamos con los recursos requeridos para contar con TIC´s que nos permitan intervenir en la nueva sociedad del conocimiento, debemos volver los ojos a lo que si tenemos: individuos. Es imprescindible que iniciemos acciones tendientes a desarrollar seres con las capacidades que se requerirán en el futuro.

En este sentido Gardner (2005:14) señala “no es posible ni siquiera empezar a desarrollar un sistema educativo si no se tienen presentes las aptitudes y los conocimientos que se valoran y la clase de personas que se pretende formar cuando el proceso educativo formal llegue a su fin”. Las personas que conforman la demanda educativa de las IES se han ido transformando también, ya no son exclusivamente jóvenes que concluyen su educación media. La educación a lo largo de la vida presiona ya al sistema educativo formal el cual requiere modificar su organización para poder dar una respuesta pertinente.

La sociedad actual no siempre valora las mentes respetuosas y éticas. Muchos ejemplos de intolerancia se han presentado a lo largo de la historia. Un ejemplo que nos debe hacer reflexionar es lo sucedido en la “Conferencia de Wannsee” en 1942, donde se tomo la decisión de llevar a cabo la “solución final” para el nazismo. En esta conferencia de catorce asistentes, ocho se habían doctorado en las universidades europeas de mayor prestigio de la época. Esto nos muestra que la educación no siempre garantiza el desarrollo de los valores. Nuestras IES deben, dentro de sus prioridades educativas, reservar un espacio para ellos. En este momento de definición de la sociedad del conocimiento es pertinente que retomemos estos aspectos como prioritarios y tratemos de preservarlos para poder alcanzar niveles de justicia y equidad que la humanidad requiere para subsistir.

Bibliografía

Brunner, José Joaquín (1999). Educación superior en una sociedad global de la información. Documento PDF. Universidad Piloto-ASCUN, Bogotá, Colombia.

Gardner, Howard (2005). Las cinco mentes del futuro: un ensayo educativo. Ediciones Paidós Ibérica, S. A. Barcelona, España.

Hirst, Paul (2000). La economía del conocimiento. Artículo publicado por Este País, sección Economía, noviembre.

Mora, José Ginés (2004). La necesidad del cambio educativo para la sociedad del conocimiento. Revista Iberoamericana de Educación No. 35.

Navarro Leal, Marco Aurelio, editor (2005). La Educación Comparada en México: un campo en construcción. Universidad Autónoma de Tamaulipas. México.

Priestley, Maureen (1996). Técnicas y Estrategias del Pensamiento Crítico. Editorial Trillas. México.

Savater, Fernando (1997). El valor de educar. Editorial Ariel, S. A. Barcelona, España.

SEP (2005). Aspectos financieros del sistema universitario de educación superior. Subsecretaría de Educación Superior. Documento PDF. México.

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Montero Higuera Ma. Enriqueta. (2007, abril 1). La educación en México ante la sociedad del conocimiento. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/la-educacion-en-mexico-ante-la-sociedad-del-conocimiento/
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Montero Higuera Ma. Enriqueta. "La educación en México ante la sociedad del conocimiento". gestiopolis. abril 1, 2007. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/la-educacion-en-mexico-ante-la-sociedad-del-conocimiento/.
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