Semblanza de Peter Drucker

En la década del cuarenta, en plena guerra, el Profesor Karl Polanyi (austríaco de origen húngaro) público La Gran Transformación; obra que se ocupa de las relaciones entre el Estado y el mercado, participando en una polémica que se prolonga hasta nuestros días.

En la página destinada a los agradecimientos, Polanyi menciona al joven periodista Peter Drucker, quien «a pesar de estar en desacuerdo con los resultados del autor fue una fuente de constante aliento». Polanyi sostenía la necesidad de un capitalismo regulado, Drucker se inclinaba por un mercado más libre.

La guerra había sido la causa por la cual una importante generación de intelectuales europeos emigrara a Estados Unidos, Drucker formaba parte de esa brillante pléyade. Su formación humanista y su vasta cultura hicieron posible que impulsara el desarrollo de las disciplinas administrativas, cuyas incipientes teorías se encontraban estrechamente ligadas a la visión ingenieril de sus fundadores.

La primera obra de Drucker fue El fin del hombre económico (1939) donde habla de la sustitución de los móviles económicos por el heroísmo militar que pregonaban en ese entonces las corrientes totalitarias.

La primera obra en el campo de la administración en América Latina fue La gerencia de empresas, escrita en 1954 y publicada en español años más tarde. En ésta aparece la clásica pregunta «¿Cuál es nuestro negocio, y cuál debiera ser?». Anteriormente, en 1940, en la obra Concepto de corporación, había expuesto las bases de la administración por objetivos.

La Gerencia efectiva es publicada en español en 1966, allí el autor advierte a los lectores que se trata de un libro «práctico», anticipándose a las críticas de aquellos que no suelen comprender que – como dijo Kant- no hay nada más práctico que una buena teoría.

Las preocupaciones de Drucker no se limitan al campo de la administración. Ya en 1954 pudimos conocer su libro La nueva sociedad donde se ocupa de la importancia de las organizaciones, y de las relaciones del Estado, las empresas y los sindicatos. Posteriormente, en 1969, vuelve sobre el tema en La era de la discontinuidad, donde habla de los cambios en la economía global.
Finalmente, en 1993 habla de La sociedad postcapitalista, trabajo en el que centra su atención en el surgimiento de la sociedad del conocimiento.

A lo largo de su trayectoria, Drucker siempre estuvo adelantado a su tiempo, basta recordar sus trabajos sobre contextos turbulentos o sobre el diseño de organizaciones tales como las unidades estratégicas de negocios y la corporación virtual, aunque mencionándolas con otros términos.

El estilo de Drucker es claro y dinámico, y la claridad de sus exposiciones puede dejar en el lector inexperto la idea de que se encuentra ante una teoría simplista o, por el contrario, que la naturaleza de las cuestiones que aborda es demasiado simple. Sin embargo, sus conclusiones son el fruto de numerosas observaciones obtenidas a través de la investigación sistemática y la consultoría. Es también cauto al efectuar predicciones. Este es precisamente un comportamiento que, al decir de Bertrand Russell, diferencia a los científicos de los predicadores políticos y religiosos.

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Vila De Prado Roberto. (2006, septiembre 9). Semblanza de Peter Drucker. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/semblanza-de-peter-drucker/
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