Valores morales y objetivos empresariales

Por su naturaleza en esencia, el hombre es un ser libre que solo vivirá en sociedad mediante un acuerdo que según Rousseau es el “contrato social” establecido con la sociedad. Al ser un ente débil pero con necesidades, está dispuesto a atacar a todo aquel que le impida la realización de sus fines, por lo que Hobbes define “al hombre como el lobo del hombre”.

Estará siempre listo para la guerra y aceptará la lucha por naturaleza, sin embargo aceptará la paz y estará de acuerdo en someterse a las normas de la sociedad si descubre que en grupo resuelve sus necesidades con mayor facilidad. Su capacidad negociadora lo ha convertido por su naturaleza en un animal político “zoon politikon” (Aristóteles).

Las evidencias de la historia son un reflejo de tales afirmaciones ya que en su origen la guerra es su actividad cotidiana y su convivencia en sociedad constituye la razón fundamental para su sobrevivencia.

No obstante, la sociedad impone formas de subordinación aceptadas por las partes que la ejercen donde por ejemplo el esclavismo se caracteriza por el establecimiento de controles en el logro de objetivos donde hay hombres que vigilan esclavos en el cumplimiento de obligaciones como una característica propia de sociedad en su forma moral estática (Bergson). Propia en la organización de algunos animales y de los humanos en sus primeras formas sociales.

El hombre al ser poseedor de la conciencia, la ley natural y el Decálogo es libre de decidir e incluso revelarse ante la obligación, porque antes de integrarse a la sociedad y a las obligaciones desea saber por que debe limitar su libertad o privarse de ella.

Como una forma más evolucionada en las empresas modernas, aparecen los capataces con la función de vigilar a los trabajadores en el cumplimiento de metas, de acuerdo a lo dispuesto por los principios de Taylor (Braverman H. 1981) o a las teorías X y Y de McGregor (1957).

Evidentemente la labor de los trabajadores en esta etapa está lejos de constituir un acto consciente en el que se asuma el compromiso y el convencimiento de aceptar y cumplir por iniciativa propia las obligaciones ante una total deshumanización de los procesos de producción. La preocupación de los humanistas en la función del trabajador dentro de las organizaciones los lleva a evaluar de acuerdo a las experiencias de Owen R., Elton Mayo, Maslow, Munsternberg, Herzber y Likert (Davis y Newstrom, 1988) la importancia de entender la naturaleza humana como un medio para lograr los objetivos de la empresa con la colaboración del trabajador.

De esta forma los trabajadores dejan de ser una pieza más de la empresa (Marx K. 1975) en el cumplimiento de las tareas para convertirse ante los teóricos en seres vivientes dignos de tomarse en cuenta en las decisiones de la empresa. A partir de esta etapa se inicia el estudio de las necesidades de los consumidores, que para mantenerse satisfechas deben incorporarse a las empresas como única opción para atenderlas; la motivación propiciada por la necesidad impulsará a los consumidores a desarrollar tareas al servicio de las organizaciones que les ofrezcan capacidad de compra; la cultura empresarial como principio garantizará hábitos que comprometan al trabajador con las rutinas cotidianas de la organización, no en función de las tareas sino por los objetivos a cumplir; valores morales formadores de hábitos que garanticen el compromiso del trabajador con la institución en el logro de objetivos como la acumulación de capital para la generación de mas empleos, calidad en los productos y procesos, mantenimiento y servicio de las instalaciones y atención y esmero en el servicio al cliente.

Al dudarse del convencimiento del trabajador en el cumplimiento oportuno, eficiente, eficaz y con calidad de la tarea, se ha avanzado en el refinamiento de controles racionales generadores de resultados que darán seguimiento al desempeño empresarial, por centros de responsabilidad, precios de transferencia, contabilidad de gestión y costos analíticos (Amat, 1998).

El ritmo de trabajo que exige la competencia global, nacional y local a las empresas en un proceso de mejora continua solo puede descansar en los trabajadores mediante la delegación de tareas que esté sustentada en dos aspectos que corresponden al trabajador, y son:

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La motivación que se genera como respuesta en la satisfacción de las necesidades y los hábitos como resultado de la cultura y los valores morales.

La atención de las necesidades del consumidor puede ser resuelta a través de las múltiples formas que ofrece la sociedad, algunas lícitas y otras ilícitas que ponen en aprietos a las autoridades en turno. La atención lícita de necesidades depende de los hábitos de los individuos, estos de su cultura y esta última de los valores morales con los cuales fueron formados.

El presente trabajo representa un esfuerzo por vincular los valores morales individuales con las necesidades de las empresas y de la nación en el desarrollo de sus funciones.

Moral

El hombre es un ser social que, en cuanto tal, siente la presión de la sociedad y de la religión estática que mantiene a la sociedad unida. La obligación es un hecho innegable anudado a nuestro ser social y una necesidad de vida social. La sociedad no excluye la soledad, la intimidad y la conciencia individual. Sin embargo, el ser no es dotado con inteligencia solo para aceptar obligaciones.

La inteligencia es inherente al hombre de invención al servicio de la sociedad que le permite cuestionar y dudar de sus obligaciones, sus deberes y en sentido general de la vida. La facultad de la inteligencia se convierte en protectora de los hábitos e instintos sociales.

Según Bergson el hombre se crea una “función fabuladora” de mitos y leyendas e inventa protecciones imaginarias que le impiden destruir por la inteligencia, aquel ser social que ha llegado a ser por el instinto. De esta forma surge la religión estática gracias a la cual se mantiene la moral estática de la obligación en el hombre.

La religión es una reacción defensiva de la naturaleza para protegerse del poder disolvente de la inteligencia humana y una reacción defensiva de la naturaleza contra la representación, por la inteligencia, de la inevitabilidad de la muerte. La capacidad de la inteligencia de transformar el entorno solo se encuentra limitada por el temor del hombre a la naturaleza a la que el mismo pertenece con la única arma a su alcance que es la religión.

Frente a la moral y religión estática están las verdaderas morales y religiones abiertas y dinámicas resultado de una sociedad abierta y en constante cambio, en la búsqueda de una sociedad amorosa y mística. No dudando de que el ser es la unión de alma y cuero, la parte espiritual no es necesariamente realizable en la tierra, ya que su meta debe estar fuera del alcance de todos los hombres como verdadera clave de bóveda en la vida moral donde solo el alma se atreve a sobrepasar. La mística es la acción, creación y amor que se desarrolla plenamente con el cristianismo como fuente de la moral y de la religión como un impulso vivo de amor.

La moral, reflejo de la unión cuerpo alma se traduce en el conjunto de costumbres que determinan el comportamiento de una persona. Es la ciencia que guía nuestros actos y ordena nuestra conducta de acuerdo con una determinada moral o regla. La moral puede ser natural, cristiana y laica según los principios y normas en que se sustenta.

La Moral natural se basa en la sola luz de la razón. La Moral cristiana guía los actos del hombre hacia un último fin sobrenatural de acuerdo con los dictados de la razón y con las verdades y preceptos revelados por Dios mismo al hombre. En tanto que la Moral racional, prescindiendo de Dios y de todo fin sobrenatural y ultraterreno se basa tan solo en la buena disposición del individuo para cumplir sus deberes, considerándole exento o liberado del egoísmo y las demás pasiones desordenadas, como producto del pecado original.

La moral natural se perfecciona y se eleva con la moral cristiana y se dignifica por medio de la gracia al ser dirigida a través de la luz y la fe, impidiendo al ser caer en el error. La moral laica priva a la moral natural de elementos naturales de juicio, que en principio son dones naturales de Dios y que constriñen al individuo a actuar según normas cívicas y dominio de si mismo llevado por una buena disposición.

La moral se respalda en tres elementos: El fundamento en que descansa, el fin al que conduce, la obligación que impone y la remuneración con que sanciona. El fundamento está en la autoridad en que se apoya la moral para permitir o prohibir la realización del acto.

El fin es el objeto o la meta que se propone alcanzar la moral. La obligación es la exigencia con que la moral conduce la voluntad a realizar el acto y La remuneración es el premio que se otorga al que cumple o el castigo que se aplica al que quebranta la obligación.

La moral verdadera requiere unidad, uniformidad e inmutabilidad. Unidad en cuanto que como un conjunto equilibrado y armonioso presta al hombre paz y tranquilidad de conciencia.

Uniformidad en el ámbito humano al regir los actos del hombre con la misma moral, sin diferencia de criterios, porque ella se sustenta en la verdad única de Dios. Inmutabilidad al no estar sujeta a cambio alguno ya que siendo Dios su supremo legislador, su ley permanece para siempre.

Valores

Scheler logra en oposición a Kant hacer que el deber ser dependa del valor. Si existen valores morales a priori nuestra conducta esta ligada a ellos y depende de ellos y nuestra voluntad nuestro sentido del deber depende de la realización o de la no realización de un valor.

El bien es siempre el mismo lo que es relativo es nuestro punto de vista hacia el bien o nuestra manera de realizar el bien. Los valores están ligados a nuestra conducta cotidiana y a nuestra vida concreta, Schéler establece jerarquía entre los valores, más elementales y mas sensibles que nos dan las cualidades de agradable o desagradable. En un escalón intermedio están los valores vitales como nobleza, valentía, generosidad, honor.

Los valores mas altos son de tipo religioso.

La jerarquía de valores permite proponer escalas de conducta. La más elemental sería la sensible, la más alta sería la religiosa. Según Scheler piensa que realizamos en todo momento valores religiosos en la vida cotidiana con altos grados de amor. Los valores positivos son actos propios de la conducta humana cuyas características reflejan generalmente actos de amor. (Xirau R. 1980).

Valores morales

Los valores morales surgen en el individuo por influjo y en el seno de la familia y son valores como el respeto la tolerancia, la honestidad, lealtad, el trabajo, la responsabilidad, etc. Una persona con altos valores morales promoverá el respeto al hombre, la cooperación y comprensión, una actitud abierta y de tolerancia, así como de servicio para el bienestar común.

La formación de los individuos debe fortalecerse por principio en la familia donde se generarán los valores morales como base del desempeño de los individuos en sociedad.

Los actos humanos se determinan por la moral y sus tres normativos: la conciencia, la ley natural y el Decálogo que gobiernan los actos del hombre como única criatura inteligente y libre de la creación visible y corpórea. Solo son actos humanos del hombre aquellos que éste ejecuta con conocimiento y libre voluntad.

De los valores morales a los actos institucionales

Dos condiciones deben llenarse para que exista el acto humano: El pleno conocimiento o advertencia por parte del entendimiento y la libre elección por parte de la voluntad.

El decálogo impedirá en adelante el desvió por confusión, ignorancia o falta de sensibilidad y advertencia de la Ley Natural y la voz de la conciencia. Como un aviso que le previene al hombre hasta donde le es lícito y si ha traspasado a lo ilícito. El mandamiento de amor viene a consolidad la ley natural y el decálogo que en conjunto permitirán mayor armonía de los hombres al trabajar juntos en sociedad preservando la conservación de su naturaleza misma.

Los actos humanos que se ejecutan con conocimiento y libre voluntad por el individuo en la sociedad solo están regidos por sus valores morales, normados principalmente por su conciencia. Su desempeño en la sociedad le impulsará a seguir dos caminos.

El primero con una integración plena a la sociedad y a un cúmulo de normas y obligaciones que si son cumplidas lo harán acreedor a todos sus beneficios, incluida la preservación de la vida. La segunda opción puede permitirle ejercer su libertad al margen de la sociedad y de las obligaciones que impone, y como consecuencia, de sus beneficios, debiendo resolver por su cuenta todas sus necesidades.

Las Normas son las exigencias que impone el grupo sobre la conducta de sus miembros. Se llama sanciones a los castigos o recompensas que el grupo utiliza para inducir a una persona a comportarse de acuerdo a las normas informales que orientan constantemente la opinión y ejercen poder para someter cualquier conducta que tienda a desviarse de las normas del grupo. A los inconformes se les puede presionar y obstaculizar hasta que se sometan o se retiren. Las reglas de conducta o preceptos sirven para lograr la interacción de los individuos así como entre estos y las estructuras sociales e implican un conjunto de sanciones y recompensas para quienes las violen o las adopten.

Ante las normas, los individuos pueden adoptar, una actitud (posición) ideal y de madurez con mayor probabilidad de integración a las transacciones como: yo estoy bien tu estas bien, o posiciones inmaduras y de conflicto que son menos eficaces en la integración de grupos como yo estoy mal – tu estas mal; yo estoy bien – tu estas mal yo estoy mal – tu estas bien.

La predisposición a la información del entorno genera una forma de actitud del individuo al reaccionar positiva o negativamente ante los estímulos como respuesta a un esquema interno básicamente emotivo.

Valores morales empresariales

Los valores morales en las empresas están regidos por los individuos que las dirigen y le sirven o que se sirven de la misma. Desde los proveedores, consumidores, accionistas, trabajadores, administrativos, fisco, comunidad, competencia autoridades, distribuidores, mayoristas, y todos quienes aportan o esperan algún beneficio de la empresa. El interés que cada uno vemos en la organización es simplemente de beneficio. Marx (1975) afirmó que la empresa trata a sus trabajadores como objetos, mercancías con valores de uso y valores de cambio, evidentemente cada uno de los que nos servimos de la misma la observamos con el mismo enfoque y ofrecemos mercancías (fuerza de trabajo, dinero, conocimientos), esperando recibir a cambio productos, dinero, trabajo, equivalentes al menos, a la cantidad física que supuestamente entregamos.

Los accionistas esperan ganancias razonables al monto de sus aportaciones a riesgo de canalizar sus recursos a empresas con mejores oportunidades en el futuro y con prometedoras ganancias capaces de hacer más atractivas sus inversiones actuales.

Los proveedores esperan fuertes y continuos pedidos por parte de la empresa aceptados al 100% y sin reclamaciones y con pagos completos y oportunos.

Los consumidores son las personas más importantes para nuestra empresa, pero exigen cada vez mayor calidad y menor precio, con la amenaza permanente de irse con la competencia.

No les importan los problemas que haya sufrido la empresa para poner el producto a su alcance en la cantidad y precios accesibles, y siempre están buscando mayor valor en el producto al precio que están pagando. En un esfuerzo por cumplir con las expectativas del cliente y no perder su preferencia la empresa está dispuesta a sacrificios lícitos y en el marco de la ley para sobrevivir.

En los trabajadores asalariados (obreros) descansa la responsabilidad de la producción y gracias a sus valores morales la calidad de los productos estará garantizada, sin embargo, manifiestan con frecuencia actitudes de explotación por parte de la empresa al suponer con o sin fundamento que el salario recibido es inferior a la cantidad de trabajo entregada a la empresa.

Si la empresa les exige horario de entrada, la hora de salida se convierte en religión para el trabajador, y si por alguna razón deben trabajar tiempo extra, se hará siempre y cuando se respeten las disposiciones de ley.

Los administrativos es el personal que disfruta de mejores sueldos y prestaciones, administra la empresa al lado de los accionistas y protege sus intereses garantizándole la sobrevivencia de la empresa.

Sabe que aun ofreciendo a la empresa servicios de calidad no garantiza su empleo y que permanentemente deberá entregar trabajo con un valor mayor al pago recibido cumpliendo con un principio básico que sostiene la presencia de la empresa en el mercado y es generador de ganancias.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, (SHCP) encargada de la recaudación de impuestos maneja por principio la filosofía de que el contribuyente es evasor por naturaleza, se le debe vigilar y anticiparse a sus operaciones para que pague los impuestos correspondientes. Las sanciones para los evasores deberán ser ejemplares para que estas prácticas no se repitan.

La comunidad que convive con organización estará feliz si recibe beneficios de las empresas como servicios telefónicos, pavimentación, alumbrado, empleo, drenaje, posibilidades de hacer negocios, buen trato.

Sin embargo, exigirá su reubicación si sufre problemas de ruido, incomodidad en la conservación de sus costumbres, presencia de gente poco grata, deterioro ambiental progresivo, peligro en la conservación de sus bienes, riesgo en su seguridad personal y social.

La competencia espera lealtad, buen trato, respeto a sus mercados y ausencia de agresiones con productos de mejor calidad y menores precios capaces de afectar sus puntos de venta y participación en la demanda.

Las autoridades municipales, estatales y federales esperan que las empresas traten con equidad a todas las entidades con las que tienen relaciones, que trabajen en armonía y que operen con apego a la ley, ya que a mayor margen de ganancia, mayor grado de conflicto, mayor poder de negociación de la empresa y mayores posibilidades de violación de las leyes formuladas con principios éticos fundamentados en la moral. (Serra, R. A. 1996)

Los distribuidores y mayoristas esperan márgenes atractivos de ganancia, productos con amplias estrategias de marketing que gocen de la preferencia del cliente, facilidades de pago y variedad de productos de fácil venta.

Cada una de las instituciones colaboradoras de la empresa esperan algo de ella, expectativas que deben ser contempladas en la misión de la firma, sin embargo, en el cumplimiento de sus objetivos difícilmente podrá cumplirle a todos sus colaboradores.

En su deseo de lograrlo y con el compromiso que la impulsa se involucrará en decisiones que en apariencia cumplen con el marco legal pero están al margen de los valores morales.

La presencia de valores en la familia crea personas dispuestas a aceptar normas, obligaciones, y motivación para el trabajo, asumir responsabilidades y contribuir a una sociedad en actividad constante. El objetivo es una sociedad cada día más fuerte y sólida en la conformación de una estructura de nación. Sin embargo, se tienen problemas en consolidar los valores morales familiares con los valores morales empresariales.

Existen valores fortalecidos con la identidad familiar, que se inician con el deseo de mantener unida a la familia, conservar las costumbres comunitarias que otorgan identidad a los individuos y preservan las costumbres de la región y la nación con lazos de amor a la patria. La línea entre el bien y el mal está perfectamente identificada con los valores morales para la familia, sin embargo tal diferenciación es opacada cuando las personas con sólidos valores morales familiares son situadas al frente de las empresas y se ven obligadas a tomar decisiones que en múltiples casos violan los valores morales aprendidos en la familia a favor de los valores entendidos por la empresa que pueden afectar gravemente a la sociedad, al medio ambiente, y a la familia, empeñando el futuro de las nuevas generaciones.

Estas decisiones, autores como Max H: Bazerman y Dolly Chugh (Enero 2006), las califican como decisiones sin anteojeras que se presentan cuando los tomadores de decisiones no incorporan información correcta a su conocimiento consciente crucial presentando el fenómeno de “conciencia restringida”.

El ejemplo de Merck que pudo estar relacionado con hasta 25000 infartos coronarios y accidentes cerebrovasculares al haber indicios de que el analgésico Vioxx lanzado al mercado estaba provocando ataques cardiacos y accidentes cerebrales. No obstante que tal información estuvo al alcance de los tomadores de decisiones las medidas correctivas no se tomaron al ser un producto de fácil venta y generador de beneficios.

Empresas productoras de Cigarrillos, cerveza, vinos y licores que ofrecen sus productos con la leyenda “nocivos para la salud” o “consumase con medida”, sin importarles las consecuencias en los consumidores siempre y cuando sigan consumiendo y las empresas mantengan a salvo su margen de ganancia y participación en el mercado.

Empresas como los ingenios azucareros, papeleras, industria química y los Ayuntamientos municipales que realizan las descargas de aguas contaminadas a los ríos de aguas limpias terminando con la vida acuática y convirtiéndolos en ríos de aguas negras aun conociendo la creciente escasez de agua para consumo humano.

Las empresas productoras de envases y empaques no biodegradables que contaminan ríos, ciudades, playas y que ofrecen pocas esperanzas de ser retirados por quienes provocan tal contaminación.

Empresas que venden fertilizantes químicos y plaguicidas que deterioran el suelo, dañan el ecosistema, transforman la calidad de los granos, frutas y verduras y provocan enfermedades a los consumidores.

La práctica generalizada de los productores pecuarios en el uso de hormonas como aceleradores en el crecimiento de pollos, cerdos y ganado vacuno que ofrecen leche, carne y derivados nocivos a la salud, capaces de generar enfermedades a los consumidores en el largo plazo.

El deterioro ambiental y destrucción de ecosistemas provocado por la extracción de aguas para usos industriales como es el caso de Cuatro Ciénagas, Coahuila en México donde las empresas en su afán por cumplir con los grupos de interés están secando las lagunas y convirtiendo las zonas verdes en desiertos y desapareciendo la flora y fauna silvestre terrestre y acuática de la región.

El deterioro ecológico continuo que provoca PEMEX al contaminar el mar y los ríos con daños irreversibles. La destrucción y muerte de flora y fauna acuática que se presenta con mayor frecuencia al aparecer peces muertos en las playas y que inocentemente nos preguntamos ¿porque?

La industria de la construcción que tala bosques y desparece cerros en el abasto de materiales para obra privada y pública contribuyendo a la destrucción. Con orgullo las autoridades presumen el avance de obras.

Deberíamos preguntarnos, ¿de donde salen los materiales? Constantemente nos preguntamos por que la escasez de agua, pero ¿solo el agua se está escaseando?

La tala de árboles sin el compromiso en la renovación de bosques provoca cambios climáticos y deterioro ambiental.

Los valores morales forjados en las familias de las personas que dirigen las empresas difícilmente les permitirían realizar estas prácticas, sin embargo, al frente de las organizaciones sus valores se ven distorsionados al ser impulsados por los grupos de interés que justifican tales prácticas redefiniendo el punto del bien y del mal al tener a quien culpar de los daños creados si hay repercusiones, puesto que todos somos culpables.

Tales prácticas serían limitadas si cada individuo tuviera que participar en las decisiones que provocan la transformación del entorno y sufriera directamente el temor a la naturaleza a la que el mismo pertenece.

La droga que todos consumimos y que parece mantenernos aletargados conscientes inconscientes del deterioro de los valores morales, justificará nuestra pereza de la que somos relativamente culpables.

Permitimos que evolucione tal degradación, de la misma forma como las ranas al ser introducidas en un recipiente de agua expuesta a la lumbre de donde, pudiendo haber saltado a tiempo y salvarse, difícilmente lo harán, dispuestas a llegar hasta el fin, cuando el agua alcance el punto de ebullición.

“La naturaleza para sobrevivir exige que le devolvamos al menos lo mismo que le hemos quitado”

Valores morales institucionales

Las empresa han perdido el rumbo justificando su proceder en el cumplimiento de objetivos planteados por los grupos de interés, sin embargo, los gobiernos han sufrido un aletargamiento similar.

Cumplir con las exigencias de la sociedad consistentes en la demanda de empleo y de bienes y servicios cada día más complejos lo han facultado para autorizar todo tipo de abusos a las empresas violando los derechos más elementales y permitiéndoles el derroche de los recursos propiedad de la nación.

La exagerada explotación y venta de los recursos no renovables como el petróleo, gas natural, minas al servicio de otros países con escasa industrialización y beneficio para los mexicanos.

Permitir la explotación legal e ilegal de los recursos renovables como bosques, flora y fauna silvestre terrestre y acuática a nacionales y extranjeros sin el compromiso de reposición de los mismos.

Permitir la explotación exagerada de la mano de obra por algunos grupos empresariales y el abuso de exagerado de trabajadores sindicalizados que escudados en el poder de grupos se asignan salarios a discreción o cobran sin trabajar.

Favorecer grupos inversionistas extranjeros en situaciones ventajosas porque pagan en dólares antes que a grupos de inversionistas nacionales que pagarían en pesos mexicanos.

Descuidar presupuestalmente a grupos que están comprometidos con la nación como micro y pequeños agricultores e industriales, que cuentan con capacidad para generar empleo y autoempleo y que son olvidados porque se supone que al ser de casa no merecen ser atendidos.

Favorecer el ingreso de instituciones financieras extranjeras en la administración de capitales del pueblo mexicano en lugar de permitir inversionistas mexicanos en la banca.

Fortalecer la presencia de un presupuesto comprometido con una burocracia excesiva y gastos a favor de grupos de poder que influyen en la manipulación de su destino.

Sustituir bienes producidos en el país por bienes importados argumentando libre mercado y libre competencia en beneficio del consumidor sin importar la desaparición de fuentes de empleo nacionales de micro, pequeñas y medianas empresas.

Preferir la emigración de nacionales por falta de empleo antes que generarlos en el país y producir los bienes que hacen falta y que se están importando. Es un hecho que el capital no tiene patria y los gobiernos de todos los países tratan por todos los medios de retenerlos sacrificando parte de su soberanía e incluso algunos están dispuestos a luchar para garantizarles su estancia o facilitarles el camino.

Los empresarios que manejan sus capitales buscan acrecentar sus ganancias y acelerar sus inversiones ante un mercado globalizado en el que el estatismo es sumamente peligroso. El que no crece retrocede con riesgo de desaparecer, por lo que deberán buscar constantemente nuevas estrategias para mantener su liderazgo no en la nación sino en el mundo.

Las personas comprometidas con la nación estarán dispuestas a cumplir con las tareas y la ganancia exigida por los capitales a merced de sufrir la guerra en la que se enfrascan los corporativos sin importarles la seguridad de las familias que hacen posibles sus operaciones cotidianas y la incertidumbre en la conservación de sus empleos. En cada nación hay familias, grupos sociales e instituciones comprometidas con el país, con la sociedad y con el ritmo de las actividades diarias. Pagan impuestos, generan empleo, justifican la presencia de las instituciones e infraestructura en el país, mantienen la tranquilidad y la seguridad nacional.

Pero parecen ser los olvidados dentro de los planes nacionales y generalmente se les culpa o se les castiga si se complican los problemas sociales. Los campesinos, los micro, pequeños y medianos empresarios, obreros, la clase media son los que cargan con la tarea de todos los días.

Las familias de los países desarrollados cuentan con valores morales muy arraigados que los impulsa a proteger sus instituciones y sus empresas, otorgando oportunidades a la competencia mundial en mercados protegidos y cerrando la puerta en los renglones donde nada tienen que ganar y todo que perder. Imponen barreras en impuestos, en precios, calidad, volumen de importaciones, y generalmente abren sus puertas para salir con sus productos, más que para aceptar la intromisión de otros países en sus mercados.

La columna vertebral integrada por sus trabajadores, micro y pequeños empresarios, clase media, instituciones, cuenta con subsidios o nichos de mercado protegidos frente a las empresas globalizadas. Los subsidios, créditos preferenciales, asesoría, exenciones fiscales, mercados protegidos están destinados al fortalecimiento de los grupos comprometidos con la nación y marginalmente con los capitales fuertes que se establecen en el país con capacidad para mover capitales, trabajadores, materia prima y tecnología de cualquier parte del mundo.

Conclusiones

El bien es siempre el mismo y lo que es relativo es nuestro punto de vista hacia el bien o nuestra manera de realizar el bien. Los valores están ligados a nuestra conducta cotidiana por lo que nos daremos cuenta que muchas cosas a la vista de todos se están haciendo bien o se están haciendo mal. Los únicos que no ven la diferencia son quienes lo realizan. Es el caso de los partidos políticos que ponen presidentes, diputados y senadores, gobernadores y presidentes municipales que abusan de sus puestos y creen que el pueblo es ignorante de lo que hacen o que sus actos se olvidan fácilmente ya que insisten en repetirlos en puestos diferentes.

Cuando hay acuerdos para violar las leyes entre las empresas y el gobierno es evidente el abuso que por supuesto, mantiene al margen los valores morales que rigen nuestra conducta y nuestro sentido del deber ser.

El negociar los bienes de la nación con las empresas a precios que generalmente no son representativos de su valor generan compromisos de entregas inmediatas en algunos casos, como la venta de los Bancos En otros empeñan los recursos de la nación por varios años, tal es el caso del FOBAPROA con una carga que difícilmente pagaremos.

Inversiones en obras públicas no recuperables en el corto plazo por decisiones de “conciencia restringida” en beneficio de empresas o políticos. Pagos que representan una carga insoportable para algunas empresas que son o fueron públicas y que están obligadas a pagar las pensiones de los jubilados, quienes además de recibir su sueldo en la empresa cobran su pensión en el IMSS.

Estos acuerdos facultan a los jubilados a declararle la huelga a las emresas en caso que no cumplan oportunamente con sus pagos. Hay leyes que pueden favorecer en delito, sin embargo, los valores morales deben impedir que los cometamos ya que están por encima de estas.

Comprometer en el presente o en el futuro los recursos del pueblo o los bienes de la nación, consciente o inconscientemente lleva a los tomadores de decisiones a violar sus valores morales. Cuando nos mantenemos al margen del ejercicio del poder tanto público como privado, podemos adoptar una actitud imparcial, puesto que los involucrados parecen estar ausentes y distantes de los valores morales que les fueron inculcados por la familia y la sociedad a la que pertenecen.

Bibliografía

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Perea Quezada Joaquín. (2006, noviembre 6). Valores morales y objetivos empresariales. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/valores-morales-y-objetivos-empresariales/
Perea Quezada Joaquín. "Valores morales y objetivos empresariales". gestiopolis. 6 noviembre 2006. Web. <https://www.gestiopolis.com/valores-morales-y-objetivos-empresariales/>.
Perea Quezada Joaquín. "Valores morales y objetivos empresariales". gestiopolis. noviembre 6, 2006. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/valores-morales-y-objetivos-empresariales/.
Perea Quezada Joaquín. Valores morales y objetivos empresariales [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/valores-morales-y-objetivos-empresariales/> [Citado el ].
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