Análisis del Ciclo de vida (ACV)

Hoy en día, asegurar para las generaciones posteriores un medio ambiente apto para la permanencia de la civilización se considera una de las primordiales preocupaciones de la humanidad. Debido a la globalización de los mercados esta preocupación se convierte en un tema importante, ya que la economía de los países debe de crecer a la par de una nueva conciencia en la preservación de los recursos naturales. Conforme pasa el tiempo, los consumidores son más exigentes, en temas como la conservación del medio ambiente y sus recursos naturales, así como en la calidad de los productos y servicios que reciben. Por consecuencia, las empresas tienen un gran reto que es producir con calidad, satisfacer al cliente y al mismo tiempo estar a la vanguardia en sistemas de producción que conserven el medio ambiente.

El impacto que genera un producto al ambiente, inicia con  la obtención y extracción de materias primas y termina cuando la vida útil del producto llega a su fin, transformándose en desecho que se debe de tratar adecuadamente. Durante la producción, las organizaciones evalúan el impacto ambiental del proceso, a su vez son responsables sobre el impacto que producen las partes involucradas en el proceso hasta que el producto llega a manos del consumidor final. Esta cadena, que “va desde el nacimiento hasta la tumba” es lo que se llama ciclo de vida de un producto. (Romero Rodríguez, 2003)

El Análisis del Ciclo de Vida (por sus siglas ACV) de un producto es una metodología que intenta identificar y cuantificar los diferentes impactos ambientales potenciales, relacionados a cada una de las etapas del proceso del ciclo de vida de un producto. Se concentra en rediseñar productos bajo el conocimiento de que los recursos y materias primas no son infinitos y que por lo general, se consumen más rápido de lo que se pueden reemplazar. Por este motivo la protección de los recursos promueve reducir la cantidad de desechos generados por medio del producto, pero siendo realista se seguirá con la fabricación de productos,  el ACV propone manipular y controlar los residuos de manera sustentable, reduciendo todos los impactos relacionados con el sistema de manejo. (Fundación Forum Ambiental, 2003)

La Organización Internacional de Estandarización (ISO) es la institución que se ha encargado en desarrollar un conjunto de estándares dentro de la Administración o Gestión Ambiental. Estos estándares lo conforman la serie ISO -1440 sobre el ACV.

Este artículo se pretende posicionar al ACV como opción para evaluar el nivel de impacto que tienen los sistemas de producto[1] en el medio ambiente. El ACV proporciona información vital que ayuda a los directores a tomar decisiones enfocadas a mejorar el desempeño ambiental de sus productos y/o servicios. A su vez otorgará ventajas competitivas al presentar mayores elementos de análisis, a las organizaciones que quieran certificar sus productos o servicios bajo el modelo de sellos ambientales.

Definición de Análisis de Ciclo de Vida

El Análisis de Ciclo de vida es el proceso por el cual se evalúa de la forma más precisa las cargas ambientales relacionadas a un producto o proceso, logrando identificar y medir la materia y energía requerida; y posteriormente su reincorporación al entorno para definir el impacto que ese uso de recursos provocan en el medio ambiente, y para generar y aplicar  estrategias de mejora ambiental.  (Romero Rodríguez, 2003)

De esta manera el ACV permite adherirle a los productos todos los impactos ambientales provocados por el consumo de materias primas y de energías requeridas para su fabricación, las emisiones y desechos generados en el proceso de producción así como las cargas ambientales derivados del fin de la vida útil del producto cuando este se consume o ya no se puede utilizar.

“El ACV consiste por tanto en un tipo de contabilidad ambiental en la que se cargan a los productos los efectos ambientales adversos, debidamente cuantificados, generados a lo largo de su ciclo de vida”. (Vallejo, 2004)

Orígenes

A finales de la década de los 60 y principios de los 70, se tienen registrados los primeros estudios sobre algunas etapas del ciclo de vida de algunos productos. Esos primeros estudios destacaron el análisis de la eficiencia en el consumo de recursos y energía y, con menor énfasis en el manejo de los desechos generados.

En 1969 la empresa Coca-Cola impulsó un programa enfocado a investigar la relación entre el consumo de recursos para producir envases de bebidas y las emisiones relacionadas con el sistema de producción correspondiente.

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En un principio el ACV le daba mayor prioridad al consumo de energía con respecto a la generación de desechos y residuos emitidos al medio ambiente. Una de las posibles explicaciones es que antes no había exigencias por parte de la opinión pública para que las organizaciones tuvieran consideración por la preservación del medio ambiente, a esto se le suma que el precio de combustibles y energéticos habían subido tan estrepitosamente como para justificar dicha prioridad. (Trojano & Trama, 2001)

La Sociedad Ambiental de Toxicología y Química (SETAC)[2] es la organización más importante que ha desarrollado y liderado las decisiones científicas entorno al ACV. En 1993, creó el primer código internacional: Código de prácticas para el ACV (Code of Practice for Life Cicle Assessment), con el objetivo de estandarizar los diferentes estudios realizados para que tomaran una misma metodología. Esto promovió el inicio del desarrollo masivo de ACV en diferentes áreas de interés, ya que se impartieron talleres, conferencias y políticas de ACV.

Después de unos años, la ISO dio soporte a este desarrollo para determinar estructuras de trabajo, homogeneizar métodos, procedimientos y terminologías, debido a que cada vez más salían a la luz nuevos procesos, etapas, se desarrollaban nuevas metodologías dedicados a ejecutar ACV en las empresas.

Pasados 30 años a partir de su origen, el ACV ha tenido avances muy importantes, no obstante se reconoce que la herramienta se encuentra en una etapa temprana de su desarrollo. Por consecuencia se han tenido ACV con solo aplicaciones parciales, limitados a la fase de inventario, y aplicados en su mayoría al giro de envasado (aproximadamente un 50%), seguidos del sector químico y plástico, materiales para la construcción y sistemas energéticos, y otros en menor medida como el sector de pañales y residuos. (de Buruaga & Mayté y Zúfia, 1996)

Metodología del ACV

La Norma ISO 14040:1997 establece que “el ACV es una técnica para determinar los aspectos ambientales e impactos potenciales asociados con un producto, lo cual se efectúa recopilando un inventario de las entradas y salidas relevantes del sistema; evaluando los impactos ambientales potenciales asociados a esas entradas y salidas, e interpretando los resultados de las fases de inventario e impacto en relación con los objetivos del estudio”. (International Standard Organization, 1997)

La metodología considera una serie de etapas de trabajo dependientes entre sí, que siguen un orden más o menos definido, aunque hay ocasiones en que el estudio no es tan complejo y se puede prescindir de alguna etapa. De acuerdo con la ISO 14040, el ACV se conforma de 4 fases (ver Ilustración 1):

  1. Definición de los objetivos y el alcance.
  2. Análisis del inventario.
  3. Evaluación del impacto.
  4. Interpretación de resultados.
Fases de un ACV, de acuerdo con la serie de normas ISO 14040.

Fases de un ACV, de acuerdo con la serie de normas ISO 14040.

Etapas del Análisis del Ciclo de Vida

Las etapas del Análisis del Ciclo de Vida según (Gonçalves, 2004) son:

  1. Adquisición de materia prima: etapa de actividades de acción directa sobre el medio natural. En este punto se incluye el material no renovable, el agua y la biomasa de recolección.
  2. Procesamiento de material a granel: tratamiento de la materia prima (separación y purificación por ejemplo) para adecuar los materiales a transformaciones posteriores.
  3. Producción de materiales técnicos y de especialidad: algunos autores combinan esta etapa con la anterior designándola “tratamiento de materiales”.
  4. Fabricación y ensamble: en esta etapa se acaban de producir los materiales de base y los materiales técnicos.
  5. Transporte y distribución: con el actual sistema globalizado, esta etapa adquiere especial importancia dadas las grandes distancias que deben recorrer los productos para su comercialización en lugares distintos a donde se han producido. En muchos casos, los componentes necesarios para la fabricación del producto final también recorren importantes distancias.
  6. Uso y servicio: en esta etapa se contabiliza el mantenimiento y las reparaciones que necesita el producto durante su uso por el consumidor (algunos productos no pueden usarse directamente, necesitan acciones, como por ejemplo los alimentos congelados). En esta fase también se considera la reutilización interna de materiales, por ejemplo la reutilización de botellas de cerveza en una casa.
  7. Retiro y tratamiento: en este paso es clave la posibilidad de reutilización o reciclaje de los materiales (valorización del material), en algunos casos es posible cerrar los ciclos de vida insertando el material retirado en un punto de la fabricación de un nuevo material.
  8. Disposición, destino final: cuando el material no es valorizado termina su ciclo de vida. En este punto se valora la forma en que éste es depositado en el medio natural. En el depósito de un material se pueden tener en cuenta y controlar sus características físico-químicas por ejemplo y tomar medidas para evitar efectos negativos del material desechado sobre el entorno.

Estructura del ACV

La estructura del ACV se simboliza como una casa con cuatro cuartos principales que estarían representados por las normas ISO 14040, ISO 14041, ISO 14042 e ISO 14043. (Ver

Estructura del ACV. (Modificado de Trama y Troyano, 2001)

Estructura del ACV. (Modificado de Trama y Troyano, 2001)

En la norma ISO 14040, se definen los fundamentos de la Evaluación del Ciclo de Vida, es decir, se establece el marco metodológico, y se explican a grandes rasgos cada una de las etapas, la preparación del informe y el proceso de revisión crítica. Mientras tanto, en las tres normas restantes se determina de forma detallada cada una de las etapas del ACV.Ilustración 2).

Actualmente se encuentran en revisión la norma ISO/TR 14047 (sobre explicaciones ilustrativas de cómo aplicar la norma ISO 14042), y la norma ISO 14048 (explica el formato para la documentación de datos para el ACV). Así como un reporte técnico ISO/TR14049 que consiste de ejemplos ilustrativos de la manera de aplicar la norma ISO 14041. (Marsmann, 2000)

Puntos fuertes: una herramienta para medir el impacto sobre el medio ambiente

Según Artur Jorge de Jesús Gonçalves en su trabajo “El análisis de ciclo de vida y su aplicación a la arquitectura y al urbanismo”, redacta: “Una de las principales virtudes del ACV, al igual que ocurre con otros indicadores como la Huella Ecológica, es que permite integrar en un solo valor la complejidad de los sistemas de producción y consumo de productos, haciendo visibles impactos que otros indicadores no reflejan. En su cálculo se ha conseguido reflejar el factor duración y los ciclos de reutilización y reciclaje. Dado su enfoque integral permite saltar entre disciplinas relacionando diseño, fabricación, construcción y mantenimiento. Finalmente, en relación al sistema de consumo actual, permite valorar los productos desde el punto de vista de su impacto sobre el medio ambiente contrastando el simple enfoque económico del mercado.” (Gonçalves, 2004)

Puntos débiles: complejidad

Por su complejidad se toma como un método de valoración en su etapa inicial y cargado de controversia:

  • El ACV, por su complejidad requiere tiempo y recursos tanto materiales como humanos, por lo general incompatibles con la capacidad actual de la organización de poder desarrollar este tipo de propuestas.
  • La información referente a los inventarios de impacto ambiental necesita un gran nivel de información de materiales y procesos, que puede estar no disponible.
  • La aplicación de ACV sobre productos complejos, en los que las restricciones del sistema se extienden a innumerables variables, puede resultar incompatible con evaluaciones fiables del Ciclo de Vida.

(Gonçalves, 2004)

Ubicación del ACV dentro del marco de la gestión ambiental

Dentro de la gestión ambiental se han desarrollado conceptos que han tenido su origen en diferentes disciplinas y que han ido transformándose de manera independiente, con poca comunicación entre expertos de las diferentes disciplinas.

De los conceptos actuales se pueden destacar 5:

  1. Ciclo de vida.
  2. Ecodiseño.
  3. Tecnología limpia.
  4. Ecología industrial.
  5. Gestión de la calidad ambiental total.

Todos estos métodos se enfocan en alcanzar un solo objetivo: el desarrollo sostenible. Sin embargo, hoy en día estas herramientas tienen un objetivo más simple: dar soporte a las áreas de la empresa mediante el suministro de información cuantificable para alcanzar el objetivo requerido. Estas herramientas deben otorgar un enfoque diferente y empezar a dar soluciones al sistema, en vez de solo proponer soluciones de forma aislada. (Fullana & Rita, 1997)

El principal objetivo del ACV es la de otorgar soporte para la toma de decisiones relacionadas con productos y servicios, a su vez conocer las posibles consecuencias ambientales relacionadas con la utilización de un producto o el uso de un servicio. Por consecuencia para diferentes tipos de decisiones se debe aplicar diferentes tipos de herramientas de decisión. Por ejemplo, seleccionar el lugar óptimo para la construcción de una planta industrial es una decisión basada en estudios de evaluación del impacto ambiental (EIA), mientras que para la creación de ecoproductos se ejecuta el ACV. Para ejecutar el primero, el objeto de estudio es un proyecto; para el ACV, se centra en un producto o servicio y, por ejemplo, para la Auditoría Ambiental (AA), por lo general es una empresa o planta industrial.

En la Ilustración 3, se presentan diferencias generales entre herramientas de gestión ambiental.

Comparación del ACV con dos herramientas de gestión ambiental más conocidas: auditoría ambiental (AA) y estudios de impacto ambiental (EIA). (Romero Rodríguez, 2003)

Comparación del ACV con dos herramientas de gestión ambiental más conocidas: auditoría ambiental (AA) y estudios de impacto ambiental (EIA). (Romero Rodríguez, 2003)

Para las organizaciones es muy valioso conocer los detalles y efectos que sus productos, servicios o actividades puedan provocar en el medio ambiente, específicamente los impactos ambientales negativos para responder ante las diligencias legales, sociales y políticas que estas cargas implican, además de las cuantiosas pérdidas económicas y daño a la imagen corporativa.

Beneficios del ACV

De acuerdo a la norma ISO 14040, el ACV es “una herramienta de gestión ambiental que brinda una base sólida para que la dirección de una organización pueda tomar decisiones técnicas adecuadas con base en las cuestiones que podrían plantearse sobre el lanzamiento de un nuevo producto o la modificación de productos existentes, para hacerlos más eficientes en cuanto a su desempeño ambiental y que sigan realizando igualmente la función para la que fueron programados.” (International Standard Organization, 1997)

El concepto de desempeño ambiental del producto se enumera temas como su diseño, procesos de fabricación, medios de transporte, tipo de energía requerida en las distintas etapas de su ciclo de vida, recomendaciones de uso y la forma de disponer cuando termine su vida útil, si no es que antes se recicla o rehúsa. En la medida que la aplicación del ACV se involucre cada vez más en los temas mencionados, se identificarán áreas de oportunidad y mejoras en el producto, a su vez se habrá logrado una mejora en el desempeño ambiental del producto.

En el ámbito financiero, el ACV puede ser una herramienta muy útil para reducir los costos en la medida que el nuevo diseño y los nuevos procesos de fabricación, transporte y distribución; estimulen y promuevan mayor eficiencia en la asignación y el empleo de materias primas, insumos y energía. (Trama & Troyano, 2002)

El ACV no solo es una herramienta para la conservación del medio ambiente y recursos naturales, también es una poderosa técnica para reducir costos y mejorar el posicionamiento en el mercado.

Ventajas competitivas: etiquetas ecológicas

El ACV proporciona ventajas competitivas al otorgar todos elementos de análisis a las organizaciones que quieran certificar sus productos con sellos ambientales o etiquetas ecológicas (Ecoetiquetado[3]). El organismo World Trade Organization, identifica que cada vez son más las etiquetas ambientales que basan su análisis en el ACV. (Ver Ilustración 4)

Algunas etiquetas ecológicas que utilizan el ACV para establecer sus criterios. (Romero Rodríguez, 2003)

Algunas etiquetas ecológicas que utilizan el ACV para establecer sus criterios. (Romero Rodríguez, 2003)

El ACV como herramienta para la industria y para la administración

El ACV es una técnica útil que proporciona información a los sectores público y privado, que toman decisiones a la mejora ambiental. Mencionada información junto con datos económicos, sociales y laborales, puede ser tomada en cuenta por dichas instituciones para la toma de decisiones estratégicas, que por consecuencia ampliaría su panorama más allá de la gestión ambiental.

Aplicaciones del ACV para el sector industrial

Dentro del sector industrial, el ACV tiene diferentes propósitos dependiendo si su aplicación es interna o externa:

  • Como usos internos:
    • Planificación de estrategias medioambientales.
    • Selección de alternativas de gestión de residuos.
    • Herramienta de decisión en la fase de creación de nuevos productos.
    • Comparativa con base a la función de productos similares.
    • Comparación de nuevos procesos con el objetivo de reducir la carga ambiental.
    • Identificación de procesos y sistemas que contribuyen al impacto ambiental.
  • Como usos externos:
    • Mejora de imagen y marketing ambiental.
    • Desarrollo de programas de investigación.
    • Ejercer presión sobre proveedores.

Aplicaciones del ACV para la administración

Entre los usos que la administración le puede dar al ACV, son los siguientes:

  • Apoyar en el desarrollo de legislación y políticas ambientales que puedan favorecer la preservación de recursos y disminución del riesgo ambiental relacionado con productos y servicios.
  • Estudio de diferentes alternativas de gestión de residuos.
  • Otorgar información a los clientes sobre atributos ambientales de productos y materiales.
  • Establecer criterios de valoración y diferenciación de productos en los programas de ecoetiquetado.

(Romero Díaz de Ávila, 2002)

Conclusiones

En la actualidad muchas empresas, gobiernos y centros de investigación han creado estudios interesantes aplicando la técnica de Gestión Ambiental del Análisis del Ciclo de Vida. No obstante, debido a que el conocimiento generado es estratégico, los resultados obtenidos son difíciles de encontrar publicados, a pesar de la importancia que representa llevar a cabo este tipo de investigaciones.

El ACV es una poderosa herramienta que puede ser utilizada por los directivos de las empresas para ayudar a tomar decisiones más acertadas, se puede emplear  esta herramienta sola o en conjunto con otras técnicas que aporten otra perspectiva y generen soluciones más robustas, tales técnicas complementarias pueden ser la evaluación del riesgo y la evaluación del impacto ambiental.

La legislación en materia ambiental ejerce una presión constante sobre las empresas. Pero la presión por acatar ciertas legislaciones ambientales, no solo vendrán del cumplimiento obligatorio, sino también de vendrá de la competencia ejercida por las empresas que si quieran acatar estas normas, se convertirán en empresas ambientales proactivas, que tratan de aprovechar este nuevo escenario hacia la preservación del medio ambiente.

El tema central que aborda el ACV, es una propuesta que rompe paradigmas empresariales, es decir, actualmente se vislumbra a la contaminación como rentable, este nuevo sistema y metodología de ACV, propone que la contaminación que generan los procesos productivos y el mismo desecho del producto no son redituables. En un futuro se espera que la base de los negocios gire en torno a la conservación de los recursos y el medio ambiente y se espera que los países tengan barreras de entrada hacia empresas e industrias que generen contaminación, ya que los países desarrollados no aceptaran negocios que promuevan lo no sustentable, debido a que estos países están invirtiendo grandes sumas de dinero por revertir el impacto ambiental.

Propuesta de tesis

Título: “Desarrollo y ejecución de un sistema de Análisis del Ciclo de Vida para la generación de un modelo de arquitectura sustentable”

Objetivo: Fabricar viviendas sustentables utilizando materiales ecológicos y duraderos.

Bibliografía

de Buruaga, S., & Mayté y Zúfia, J. (1996). Análisis de ciclo de vida para la reducción de impactos medioambientales generados por el sector agroalimentario Vasco. Revista Agroalimentaria, 49, 48-50.

Fullana, P., & Rita, P. (1997). Análisis del Ciclo de Vida. Barcelona: Rubes.

Fundación Forum Ambiental. (2003). Forum Ambiental.org. Obtenido de www.forumambiental.org/cast/archivos/eines12.htm

Gonçalves, A. J. (2004). El análisis de ciclo de vida y su aplicación a la arquitectura y al urbanismo. Por una ciudad más sostenible. El planeamiento urbano frente al paradigma de la sostenibilidad del Doctorado en Ciudades, Periferias y Vitalidad Urbana. Madrid.

International Standard Organization. (1997). ISO 14040:1997. Environmental management – Life cycle assessment – Principles and framework.

Marsmann, M. (2000). The ISO 14040 Family. International Journal of Life Cycle Assessment, 5, 317-318.

Rieznik Lamana, N., & Hernández Aja, A. (Julio de 2005). Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Obtenido de http://habitat.aq.upm.es/temas/a-analisis-ciclo-vida#fnmark-2

Romero Díaz de Ávila, M. T. (2002). Análisis del Ciclo de Vida. Análisis del Ciclo de Vida (ACV) Herramienta de Gestión Ambiental. España: EOI: Escuela de Negocios.

Romero Rodríguez, B. I. (1 de Septiembre de 2003). Universidad ICESI. Obtenido de http://www.icesi.edu.co/blogs/mercadeosostenible2012_02/files/2012/10/ACV_MEDIO-AMBIENTE.pdf

Trama, L., & Troyano, J. C. (2002). Análisis del Ciclo de Vida según las normas de la subserie IRAM-ISO 14040. Construir(57), 6.

Trojano, J. C., & Trama, L. (2001). Análisis del ciclo de vida según las normas de la subserie IRAM-ISO 14040. Construir, 6.

Vallejo, A. (2004). Metodología del análisis del ciclo de vida. Utilización del Análisis del ciclo de vida en la evaluación del impacto ambiental del cultivo bajo invernadero mediterráneo. Tésis doctoral de la Universidad Politécnica de Cataluña. Obtenido de http://www.tdx.cesca.es/TESIS_UPC/AVAILABLE/TDX-0420104-100039/#documents

[1] Un sistema de producto es una serie de procesos unitarios interrelacionados por flujos de productos intermedios que realizan una o más funciones definidas.

[2] Society of Environmental Toxicology and Chemistry.

[3] Las etiquetas ecológicas son sistemas voluntarios de calificación ambiental que identifican y certifican de forma oficial que ciertos servicios o productos dentro de una categoría determinada tienen un menor impacto sobre el medio ambiente. El ecoetiquetado intenta premiar con un liderazgo ambiental aquellos productos que no contaminen.

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Castillo López Sergio Eduardo. (2016, septiembre 30). Análisis del Ciclo de vida (ACV). Recuperado de https://www.gestiopolis.com/analisis-del-ciclo-vida-acv/
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