General Motors anunció pérdidas récord en la industria automotriz del orden de los U$S 38.700 millones.
Si bien la pérdida informada resulta extraordinaria y gigantesca, míresela por donde se la quiera mirar y cualquiera sea la manera o forma en que trate de explicársela, lo cierto aquí es que los máximos directivos cobraron suculentos sueldos, los accionistas no verán dividendos y un total de 74 mil operarios se verán afectados por un plan de retiros voluntarios.
En primer lugar resulta sorprendente como a la compañía más gigantesca del planeta, que presumiblemente cuenta entre sus directivos y funcionarios con una gran cantidad de titulados en las principales escuelas de negocios de los Estados Unidos, y disponen de los sistemas informáticos más avanzados puedan generárseles unos resultados negativos de tal envergadura, o dicho de otra forma como se les escapo tal situación de las manos.
Lo primero a considerar al momento de analizar una noticia de tal magnitud es considerar de qué manera piensan y actúan en sus operaciones la dirección de la empresa. Si una empresa pequeña sufriera pérdidas en un país subdesarrollado, producto de los errores de su propietario y/o asesor, podría ser comprensible, pero últimamente las noticias son realmente sorprendentes. Sólo basta recordar la pérdida sufrida recientemente por el banco francés Société General.
Visto todo ello desde la perspectiva e ideas fundamentales del TCM© (Gestión Competitiva Total) ello no podría producirse de llevarse un control estricto sobre cada uno de los dieciséis puntos fundamentales de control, el cual comprende entre otros:
- Cero desinformaciones.
- Cero improductividades.
- Cero incomunicaciones.
- Cero fallas o defectos.
Así si los sistemas de controles presupuestario y de gestión carecen de fallas, si la información se genera a tiempo y con bastante exactitud, y no existe problemas comunicacionales entre las diversas áreas de la empresa, la improductividades y la correspondiente generación de pérdidas deberían detectarse con suficiente tiempo como para torcer el rumbo de los resultados. Las preguntas son: ¿Qué tan malos son los sistemas de gestión de GM? ¿Qué tan capaces son sus directivos si generan una pérdida de semejante magnitud? ¿Qué tan reales son tales pérdidas? ¿O se trata de una triquiñuela financiero-contable para no pagar impuestos o bien para pedir ayuda a Washington?
Lo que si es cierto es que GM se ve aún anclada a los viejos paradigmas de gestión, paradigmas ya no válidos para los nuevos momentos de la economía mundial. Así como una empresa aérea como PANAM desapareció de los cielos, no nos sorprenda que en el futuro los vehículos de GM sean vistos como objetos a coleccionar.
Los serios y graves errores al tomar decisiones estratégicas se vienen sucediendo de manera continua y sistemática por parte de los directivos de General Motors, por lo cual es clave que debe cambiarse radicalmente la manera de pensar la organización y sus procesos, y para ello es menester un cambio radical en la manera de pensar y sentir por parte de la cúpula directiva.
Mientras tanto su principal competidor global, la japonesa Toyota, viene informando de ganancias año tras año. Hay una clara diferencia en la manera de gestionar ambas empresas. Mientras la norteamericana hace uso y alarde de grandes programas informáticos y profesionales con demasiados master y poco o escaso sentido común, los nipones hacen uso de herramientas tan simples como un kanban y desarrollan sus futuros dirigentes desde los niveles más bajos de la organización.
Sin lugar a dudas que GM se enfrente a una carencia de liderazgo, además de un alto grado de irracionalidad en sus decisiones estratégicas, lo cual la lleva a una situación totalmente contraria a la fijada por el TCM ©, el cual prevé la necesidad de un liderazgo positivo y ético, además de tomar medidas no sólo de prevención sino también de sumo cuidado con la adopción de comportamientos irracionales.