Modelo de responsabilidad social

Durante décadas, el discurso en torno a la administración de empresas incorporó y otorgó a ciertos conceptos un valor indiscutible. Sin darnos cuenta y con la idea de resolver todos nuestros males, definimos y aceptamos como un dogma de fe orientado por ideas como la búsqueda de la productividad, la eficiencia y la eficacia, la optimización de procesos, la mejora continua, la gestión del servicio, la supremacía del usuario/cliente y el aumento de la rentabilidad como fin primordial de las empresas competitivas.

Con algo de ignorancia (en el buen sentido de la palabra) y nuestra incapacidad de entender que todos estos conceptos no tienen sentido si nos olvidamos del actor principal de la vida organizacional que ha pagado el precio de todos los errores y aciertos de las acciones empresariales: los seres humanos al servicio de las organizaciones y con ellos, las familias y por ende la comunidad.

Hoy, básicamente encontramos un claro consenso que se pone de manifiesto en el discurso de políticos, empresarios, supervisores y supervisados, educadores, científicos y ciudadanos en general, decir que vivimos en una sociedad del conocimiento y en una época de cambios caracterizados por la denominada explosión del conocimiento.

Explosión que no es más que la consecuencia del progreso particular y de la interrelación entre diversas disciplinas del saber, la física, la biología, la economía, la matemática, la neurociencia, las ciencias del comportamiento, la administración y la reflexión filosófica, entre otras, plantean una concepción del mundo que se orienta a lograr la coherencia lógica, dinámica y sistémica de un todo integrado de saberes, y a considerar el conocimiento como un bien con valor, que se gestiona, y se vuelve cada vez más, pieza clave del progreso organizacional, individual y colectivo.

Excelente, por un lado está la importancia del ser humano, del trabajador del conocimiento y por el otro lado, la necesaria interrelación de las diferentes áreas del saber, ahora tenemos la Responsabilidad Social que no es más que la suma holística de ambas con un ingrediente, rector y fundamental en su gestión, como lo es la ética.

La Responsabilidad Social, más que un tema empresarial, es en primera instancia un asunto esencialmente ético. Le Möuel [1] nos dice: “El sujeto ético no se somete a reglas simplemente porque esté obligado o por temor a una sanción, sino porque cree en ellas y está convencido de su valor y de su legitimidad. (…) La ética no le dice a un individuo lo que debe hacer, no le exige aprobar un proyecto o una visión del mundo; a lo sumo, le indica en qué casos tiene el deber de decir no.”

De esta forma, de nada sirve construir prácticas socialmente responsables en cualquier organismo, si determinada estrategia de inversión social o interacción con el entorno de cualquier de ellos, en áreas como educación, salud, ambiente, mantenimiento de áreas verdes, dotación de escuelas, voluntariado o donaciones, no se ve acompañada de una conducta ética que a lo interno, valore a sus colaboradores, y permita dar el ejemplo en las relaciones laborales, y en toda la dinámica interna de dicha organización.

Y así, este nuevo modelo pretende mostrar que la Responsabilidad Social no debe ser manejada como un mero acto de filantropía o simplemente, un acto de comunicación resaltando lo que hacemos bien. La Responsabilidad Social es la puesta en marcha de una gestión ética e  integral, con un enfoque de estrategias, objetivos, acciones e indicadores de gestión, no solo de las empresas, más bien de todo organismo que tiene vida en la Nación, ya que todos estamos involucrados en ella.

En este nuevo enfoque se resalta las necesarias interrelaciones entre todos nosotros, trabajadoras y trabajadoras, accionistas, directores, gerentes y supervisores, usuarios, consumidores, proveedores, científicos, universidades, cooperativas, contratistas, competencia, administradores, colaboradores, medio ambiente, entes gubernamentales, la comunidad, el entorno social, etc., etc., etc., en definitiva, un modelo más humano, fundamentado en las relaciones “persona a persona” y usando como estandarte, los principios morales y éticos, la honestidad, transparencia, respeto y sostenibilidad, en pro de la máxima felicidad. Recordemos a Aristóteles y el principio general del holismo “el TODO es mayor que las sumas de sus partes”.

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Nota al pie

  1. Le Möuel Jacques (1992). Crítica de la Eficacia. Editorial Paidós. Francia.

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Tarantino Salvatore. (2013, enero 18). Modelo de responsabilidad social. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/modelo-responsabilidad-social/
Tarantino Salvatore. "Modelo de responsabilidad social". gestiopolis. 18 enero 2013. Web. <https://www.gestiopolis.com/modelo-responsabilidad-social/>.
Tarantino Salvatore. "Modelo de responsabilidad social". gestiopolis. enero 18, 2013. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/modelo-responsabilidad-social/.
Tarantino Salvatore. Modelo de responsabilidad social [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/modelo-responsabilidad-social/> [Citado el ].
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