Liderazgo transaccional
Este tipo de liderazgo tiene rasgos muy parecidos al liderazgo laissez-faire, expresión que significa dejar hacer o dejar pasar, es decir dejar que cada cual trabaje por su cuenta, los mandos no ejercen control, con la desventaja o agravante que se origina en una transacción: “ustedes me apoyan para lograr algo y yo les dejo hacer lo que quieran” usado muchas veces para lograr un ascenso, o nombramiento; pero por la forma de querer lograrlo, se puede notar que la motivación para dicho ascenso sería la que David Mc Lelland cataloga como la necesidad de lograr poder, dejando de lado valores y solo se tiene como premisa: “el fin justifica los medios”, frase atribuida a Nicolás Maquiavelo, en el que la ética y la moral pasan a segundo plano. En esta clase de transacción entre administrador y administrados para lograr un apoyo interesado se olvidan que el principal afectado por este tipo de actitud es LA EMPRESA. Las personas que aplican el liderazgo transaccional olvidan una importante premisa: el liderazgo debe sintonizar con la misión, visión, la cultura organizacional y los valores de su empresa.
¿Se puede ser poco ético o de “moral elástica” y tener éxito? Quizá. ¿Este éxito será duradero a largo plazo? No. Inés Temple.
Este tipo de liderazgo en el que todos hacen lo que quieren o lo que les parece, deja de lado toda normatividad, el administrador o gerente tendrá posteriormente que desaprovechar su tiempo solucionando problemas; muchas veces ellos creen que es una forma de probar su capacidad como ejecutivo, llegándose a comentar que tal administrador es muy bueno porque soluciona muchos problemas que probablemente no se hubieran producido si se hubiera ejercido un liderazgo inspirador, transformador o de referencia, en el que sí se consideran los valores, normatividad, a los trabajadores y a la institución.
En una cultura más avanzada el mejor gerente o administrador, no es el que soluciona problemas, sino el que los evita con un adecuado análisis, gestión de riesgos y toma de decisiones, en su institución casi no se presentan problemas. No se olvidan de ejercer control de cumplimiento de normas y no dejan de lado valores y principios.
Cuando se habla de buenas interrelaciones personales, no se trata de lograrlas malinterpretando, lo que ello significa como parte de la inteligencia emocional o tolerancia, Este tipo de liderazgo basado en intereses mercenarios, sabemos es muy negativo para la empresa y para los trabajadores por el tipo de motivación, más aún si la institución tiene varias sedes, este tipo de liderazgo se vuelve un mal ejemplo; por el facilismo, permisividad y por su falta de principios los trabajadores de otras sedes u oficinas pretenden que el administrador o encargado de la oficina también lo implemente en la suya.
Inés Temple, en el libro Usted S.A., dice que para lograr un empleo, asumo que también para conservar el que se tiene, debemos manejarnos bien en el plano social: “Por ello el plano social es clave, en tres puntos nos hace más competitivos: el primero: la ética y valores; el segundo: manejar muy bien las interrelaciones personales; y el tercero: tener una actitud positiva, con energía, de colaboración proactiva.” (1)
Como vemos, el primer punto que nos debe hacer más competitivos es la ética y los valores; por ello, en nombre de la tolerancia no debemos caer en la permisividad. Sabemos que para las personas guiadas por intereses mercenarios y carentes de valores, estos aspectos no son importantes y lo aprovechan por ser la forma más fácil de lograr un apoyo interesado y una mal llamada unidad, confundiendo la tolerancia en permisividad, que bien podría ser catalogada como complicidad. No olvidemos que la tolerancia debe tener un límite, pasado el cual deja de ser una virtud.
Referencia
- Usted S.A. -Empleabilidad y Marketing Personal- Inés Temple.